Entrevista
Valentina González: la capitana del vóley... y la abogada
La sanfrancisqueña demuestra que es posible tener éxito en múltiples facetas de la vida. Como deportista, logró grandes hitos en el vóley, y como abogada, está decidida a seguir ayudando a la comunidad. Su historia es un ejemplo claro de que con esfuerzo, pasión y organización, se puede lograr todo lo que se propone.
Valentina González es un claro ejemplo de que se puede cumplir un sueño tanto en el deporte como en la universidad, de esos que te hacen feliz y sentirte orgulloso. Con 27 años, la sanfrancisqueña ha logrado una destacada carrera como líbero en clubes de renombre de la Argentina y en la Selección Nacional. Sin embargo, su vida no solo está marcada por los logros deportivos, sino también por una vocación de toda la vida: ser abogada. En diciembre de 2023, tras años de esfuerzo y sacrificio, Valentina se graduó de abogada, demostrando que la pasión por el vóley y el deseo de obtener un título universitario pueden convivir perfectamente.
“Me recibí de abogada en 2023, exactamente el 7 de diciembre. Incursioné en esta profesión tras graduarme”, recordó Valentina en una charla con Posta / LA VOZ DE SAN JUSTO. Su familia, que cuenta con varios abogados, no fue la única razón por la que eligió este camino, sino una vocación personal. “Desde chiquita me visionaba siendo abogada. Siempre me orienté más por lo social, todo lo judicial siempre me gustó”, confesó.
Valentina, conocida en San Francisco como “la chica del vóley”, siempre fue una mujer determinada. De hecho, antes de recibir su título, combinó su carrera profesional en el vóley con la universidad, enfrentando desafíos en los que su disciplina y sacrificio fueron claves. "Tuve la posibilidad de estudiar en la Universidad Nacional de La Plata mientras jugaba en Estudiantes. Los primeros años fueron difíciles, me tenía que acomodar con los horarios de los viajes y las concentraciones", contó.
Aunque el vóley fue siempre su gran pasión, la abogacía también ocupa un lugar muy especial en su vida. Valentina se desempeña en un estudio jurídico y también trabaja en la delegación local de la Uder (Unidad de Desarrollo Regional), dependiente de la SeNAF, una agencia que se encarga de los derechos de los niños, niñas y adolescentes en situaciones vulnerables. "Es un trabajo delicado, pero muy gratificante. Puedo aportar mi granito de arena para ayudar a los niños que atraviesan situaciones difíciles", indicó.
La experiencia adquirida en el deporte le brindaron herramientas valiosas que aplica en su carrera profesional. “El vóley me formó como persona, me enseñó disciplina y trabajo en equipo. Estos valores los traslado al ejercicio de la abogacía. El trabajo en equipo, en este caso interdisciplinario, es fundamental para velar por los derechos de los niños y adolescentes", explicó Valentina, quien asegura que el trabajo conjunto, tanto en el deporte como en el derecho, es fundamental para alcanzar los objetivos.
En cuanto a su regreso al vóley, Valentina tomó la decisión de volver a la competencia profesional en 2024, tras haber terminado su primer semestre sin jugar. Recibió una oferta del club San Isidro, que le dio la oportunidad de ser una de las piezas clave en el ascenso histórico a la máxima categoría de la Liga Nacional Femenina. “Jugar en San Isidro fue una experiencia increíble, fue muy especial volver a jugar en mi ciudad, con mi gente. El apoyo de la gente fue impresionante”, afirmó.
Valentina se muestra agradecida por la oportunidad de regresar a su ciudad y disputar la Liga Nacional Femenina de Vóley. "Fue una de mis mejores experiencias. No solo por el ascenso, sino por la emoción de hacerlo en San Francisco, donde el apoyo de la gente fue fundamental", señaló con una sonrisa.
A lo largo de su carrera, Valentina ha forjado no solo éxitos en el deporte, sino también amistades que le quedaron para toda la vida. "El vóley me permitió estudiar en una universidad como la UNLP, algo que me dio mucho valor. Me permitió crecer como persona, forjar amistades y aprender mucho fuera de las canchas", expresó la abogada y deportista.
En cuanto al futuro del vóley femenino, Valentina es optimista. “Hoy en día, el vóley femenino está luchando por la profesionalización, un camino que el vóley masculino ya ha recorrido un poco más. Pero estamos avanzando, las cosas se están haciendo mejor, y en la Federación Argentina de Vóley se están tomando decisiones muy importantes”, reflexionó.
La historia de Valentina demuestra que los sueños no tienen límites, y que, con esfuerzo y pasión, es posible combinar una exitosa carrera deportiva con una vida profesional sólida. “El vóley me transformó como persona, y ahora, como abogada, sigo aprendiendo y creciendo. Lo más importante es tener pasión por lo que haces. Y yo tengo pasión tanto por el vóley como por la abogacía”, dijo.
Profeta en su tierra
Valentina valora especialmente la posibilidad de cerrar su carrera deportiva jugando para su ciudad, San Francisco. “Si algo me faltaba era jugar acá, con mi gente. Lo disfruté muchísimo, me permití disfrutarlo”, confesó. Jugar en el Superdomo ante su gente, con un ascenso histórico a la máxima categoría, fue para Valentina la culminación de un sueño. “El apoyo de la gente fue increíble. Fue una caricia al alma. La ciudad vivió el deporte de una manera muy especial, fue un evento que no siempre ocurre aquí y fue algo muy lindo”, expresó.