Ser mamá, una experiencia maravillosa
La abogada sanfrancisqueña Julia Paolasso se convirtió en madre por primera vez luego de un largo camino para tener a su deseada Juana en brazos.
Por Stefanía Musso | LVSJ
Desde hace un mes, la vida de Julia Paolasso cambió por completo. Los sentimientos a flor de piel, la risa y las lágrimas que caen sin desearlas pero que están.
La mujer de 50 años está atravesando el puerperio.
La abogada sanfrancisqueña se convirtió en madre por primera vez luego de un largo camino para tener a su deseada Juana en brazos.
A su edad, la mujer aseguró que es una experiencia maravillosa y "tenerla el tiempo que sea me alcanza y me sobra para vivir la experiencia de ser mamá y sentirme tan feliz y completa que no necesito más nada".
- ¿Caíste a la realidad que tenés a tu hija con vos?
Aun no caí que Juana está conmigo. La miro y no puedo creer que tengo a mi hija en mis brazos.
- ¿Cómo fue el camino hasta llegar a Juana?
Muy largo. Tuve pérdidas de embarazos naturales a los 38 y 39 años. Durante este camino, que fueron 10 años, en los primeros cinco traté de canalizar y maternar por otro lado. Cuando cumplí los 40 trataba de aceptar y convencerme que no iba a ser madre, que en la vida uno podía ser feliz de otra manera y permanentemente pensaba en eso pero con muchísimos altibajos emocionales.
Pasados mis cuarenta decidí ir a la ciudad de Córdoba para hacer consultas acerca de los tratamientos de maternidad. Para ese entonces tenía 45 años y fui con la idea de que me iban a decir que ya no era posible por mi edad, pero no fue así. Me volví entusiasmada asique comenzamos a hacer los intentos en una clínica de medicina y salud, el primero y segundo tratamiento no resultaron. La tercera vez, se hizo larga la espera, motivo por el cual decidí consultar en una clínica en Buenos Aires donde trabaja una prima.
Me puse como límite que, si no quedaba embarazada antes de los cincuenta, no iba a insistir. Así fue como en septiembre del 2022 me llamaron desde Buenos Aires para hacer el primer intento y resultó.
- ¿Hubo algún momento en que pensaste bajar los brazos?
Uno sufre muchos altibajos emocionales. Se pone a prueba millones de veces a la pareja, pero se puede. Siempre digo que en la vida hay que ir atrás de los sueños y desistir o darse por vencido o no seguir intentándolo es la mayor frustración que puede tener cualquier persona. Soy una persona con mucha fé y siempre sostuve que el que tenía la última palabra de esto era Dios y no me equivoqué. Estoy convencida de eso porque los médicos llegan hasta un punto, pero gran parte lo hace Dios.
Muchas veces dije basta, tengo que sacarme esto de la cabeza, tengo que disfrutar de todo lo que la vida me dio, tengo salud, una familia, grande, hermosa y divertida", tengo trabajo". Eso siempre lo agradecí porque sé que en la vida no todos tenemos todo, eso me mantuvo con calma, con esperanza y viviendo paso a paso.
Dentro mío el deseo persistía asique lo que estaba a mi alcance, lo hacía.
Buscaba caminos, investigaba, pensaba y luego decidía lo mejor para mí y mi pareja.
Tenía que ser de éste modo y de la forma más hermosa. Llegué a consultar en otros países para el alquiler de vientre, pero era muy complejo, por eso nunca di el paso. Ahora entiendo que este era el camino porque haberla tenido en mi vientre es maravilloso y nos conectamos desde el día cero.
- ¿La adopción era una posibilidad?
Fue una alternativa, estuve anotada.
Me parece un acto de amor inconmensurable. Muchas veces soñé con adoptar un grupo de hermanitos, pero no es sencillo en la Argentina. Si me hubieran llamado, lo habría aceptado.
- ¿Qué significa la maternidad para vos?
Ser mamá a los cincuenta es una experiencia maravillosa. Yo me siento totalmente bendecida por ello.
- A los cincuenta, una mujer es muy diferente a otra de 20 o 30 años. ¿Cómo estás y te sentis física y emocionalmente para la maternidad?
Me siento muy bien. Nunca antes lo había deseado, ni a los veinte ni a los treinta. Cuando era más chica trabajaba y estudiaba muchísimo, buscando algo nuevo en mi profesión y me parecía que no iba a poder dedicarle el tiempo y nunca se me había despertado el deseo.
- ¿Sentís la mirada social por la edad en que llega Juana?
Si existe o no esa mirada, no me detengo a pensarlo. Jamás me importó lo que dijeran los demás porque creo que cada uno tiene que vivir su vida como mejor se sienta y como pueda.
- ¿Y tenés miedo al paso del tiempo?
¿Miedos? Los mismos que toda mamá, que es estar actualizada pero no me torturo con mi edad ni nada de eso. Nosotros somos seis hermanos, mi papá fue un padre grande y me encantó compartir con él su tranquilidad porque actuaba más como un abuelo que un padre joven porque nos dedicó mucho tiempo, paciencia y amor.
Cuando la gente nos dice "Uh, pero ustedes son grandes", yo respondo que sí, lo somos. En la vida no es la cantidad de años sino la calidad de tiempo que uno le da a los hijos. Tal vez a mi padre lo disfruté poco, pero fueron momentos inolvidables y espero hacer lo mismo con mi hija; estemos el tiempo que tengamos que estar con ella.
Sé que me voy a perder cosas de la vida de Juana, porque es la ley de la vida, pero con tenerla el tiempo que sea me alcanza y me sobra para vivir la experiencia de ser mamá y sentirme tan feliz y completa. Y no es solo mi deseo de ser madre lo importante, sino que como hija, Juana disfrute de nosotros el tiempo que nos tengamos como familia. Ahora no me afecta la edad, estoy feliz y bendecida.
La "manada" de Julia
Julia es una apasionada del Derecho. Toda su vida la dedicó a este ejercicio, una pasión que arrastra desde niña, para quien las cosas siempre debieron ser justas y defender las cuestiones de los demás. En ese sentido, la flamante mamá es una defensora de los animales desprotegidos y se convirtió en proteccionista, ayudando y siendo parte de muchos que les dan un lugar a los perros de la calle. "Siento una conexión especial con ellos y también con los caballos, pero con los primeros en especial. Colaboro en lo que puedo, tengo perros adoptados y reconozco que una de mis preocupaciones era que mis mascotas acepten a la bebé. Yo estaba segura que iba a ser asi y así es. Ellos la cuidan y la quieren porque somos una gran familia.