Entrevista
Francisco Barberis: “Se siente la satisfacción de haber puesto nuestro granito de arena en los JJ.OO”
Es director comercial de una industria con más de 100 años de historia. Bianchi Cueros es modelo en la fabricación de piezas de cuero. Su reciente éxito incluye la confección del cinturón azul para el Comité Olímpico Argentino en los Juegos Olímpicos de París 2024, elegido por Le Coq Sportif.
San Francisco se destaca por la pujanza de su industria. Un claro ejemplo de esto es el Parque Industrial, que es modelo para toda la provincia de Córdoba y el país.
En esa vorágine de crecimiento y nunca detenerse, la firma Bianchi Cueros avanzó con las exigencias del mercado y hoy es una de las empresas líder en la fabricación de piezas de cuero. Tal es su impulso que fue elegida por la marca Le Coq Sportif para confeccionar el cinturón color azul de la marca que viste al Comité Olímpico Argentino en París 2024.
Detrás de 111 años de historia hay un apellido, Bianchi, y una familia que hoy, con los más jóvenes, entre los 30 y los 40 años, lleva sus productos al mundo.
Francisco Barberis (34), el director comercial de la centenaria empresa sanfrancisqueña, está al frente junto a su hermano Agustín, su mamá Andrea y su papá Ricardo de la planta que confecciona marroquinería en cuero para las principales marcas y es un ejemplo de historia y modernidad.
La carrera de Relaciones Internacionales le dio a Francisco las herramientas para buscar nuevos mercados y oportunidades. “Cada vez que se suma una empresa, siempre es una satisfacción y una alegría. Nuestro cliente es nuestro principal activo, lo cuidamos, los valoramos y ellos mismos nos recomiendan. Esto fue lo que pasó con la empresa que nos encargó el cinto para el uniforme de los Juegos Olímpicos”, contó Francisco a Posta.
Entre la tradición y la innovación
“La palabra clave para nosotros es innovación”, afirmó. “Para nosotros, la innovación es uno de nuestros valores, de los más altos diría, porque es lo que nos permite estar acá después de tantos años. Uno no puede estar haciendo lo mismo durante tanto tiempo. Y no hay miedo a los errores porque todo es un aprendizaje”.
Siguiendo con su relato, el joven empresario dijo que “un problema es la distancia que te separa de donde querés estar hoy y donde querés estar mañana. ‘Si no tenés un problema, tenés un problema’, dice una frase y eso significa que si no te pasa nada, estás atascado. Problemas hay siempre, pero hay que salir, innovar. Así fue que nos sostuvimos un siglo y vamos por 100 años más”.
Con una tranquilidad que lo destaca, Francisco siempre piensa el lado B de las cosas o como él dice, “el lado Bianchi”. “No lo conocí a mi bisabuelo, el que creó todo esto, pero creo que como él hizo, hay que ser paciente y saber esperar. No hay que quedarse quieto porque lo que no crece, decrece”.
“Nuestro perfil es ir de a poco, pero sin detenernos. Tenemos cuestiones culturales que están arraigadas a la empresa y que se arrastran desde hace años”, indicó.
Francisco manifestó que “probablemente, mi bisabuelo no se imaginaría el rumbo que tomó la empresa porque él hacía cosas para el campo, la vestimenta del caballo, pero eso ya casi no se usa. ¡Mirá si seremos centenarios que, cuando empezamos, la gente se trasladaba a caballo!”, enfatiza entre risas.
“Tal vez mi abuelo diría qué hacen estos locos frente a una pantalla pero por otro lado, seguimos haciendo cosas como en la época de él, con las mismas máquinas o una costura hecha a mano, algo que se hace con mucho amor y dedicación”, agregó.
La filosofía puesta en el negocio
Francisco eligió primero el camino de la universidad y una carrera que poca relación tenía con la moda. “Mis estudios fueron en Relaciones Internacionales. Es una carrera que te da una visión muy amplia de todo, del contexto, del entorno. Tiene herramientas en la que se estudia política, economía y filosofía, esto último en el mundo empresarial se está usando y mucho. Muchos empezaron a estudiar filosofía luego de tener sus fábricas porque notaron que es una visión que te abre mucho la mente”.
“Cuando elegí la carrera, no sabía que estaría acá, o tal vez sí. A los 23 años, buscando trabajo y un rumbo, surgió la posibilidad de la empresa precipitada por la salida de un referente comercial que había acá por lo que me sumé al área comercial”, recordó.
Con el tiempo, Francisco se convirtió en el director comercial de Bianchi Cueros. “Tengo un equipo de personas que me ayuda en la atención al cliente, la venta y el despacho. Trabajamos con distintos clientes”.
Bianchi Cueros funciona también gracias a la labor de su madre Andrea en la administración; su hermano Agustín en el área productiva y su papá Ricardo, que hace las veces de consejero de la empresa. “El recambio generacional comenzó con mi hermano, él le dio su impronta. Con su idea, se armó la fábrica en el Parque Industrial y cuando yo ingresé, ya empezábamos a trabajar desde el Parque”.
Esta cuarta generación cuenta con el apoyo total de los más grandes. “Nuestros padres nos dieron un lugar importante y confían en las decisiones que podemos tomar. De hecho, mi papá es el que nos da el empuje para seguir haciendo”, manifestó Francisco.
“El cuero es un material noble que no es superado por nada, creo que el próximo gran cambio será cuando se desarrollen materiales con los mismos aspectos del cuero sin ser de origen animal. Se está trabajando en eso y nosotros estamos atentos al avance científico”, indicó.
“Pero estamos en la moda y la moda siempre te lleva a inventar cosas nuevas, distintas y siempre con su distinción y personalización porque cada marca tiene su impronta y su identidad. Nosotros tenemos que estar atentos, hacer lo que nos pide el cliente y cumplir con su deseo cada seis meses cuando cambia la temporada”, acotó.
La historia detrás del cinto olímpico
“El contacto llegó por nuestro vendedor que está en Buenos Aires. Por recomendación de un cliente, llegamos a la firma que subsidia a Le Coq Sportif en la Argentina”, dijo Francisco.
El proceso comenzó hace dos años. “Fue un largo trabajo, de idas y vueltas, de mucho trabajo. Cuando logramos ingresar como proveedores oficiales de la marca, empezamos a trabajar”, indicó sobre el cinturón que los atletas argentinos lucieron en los JJ.OO cuando navegaron el Río Sena y que fue producido 100% por Bianchi Cueros.
“Tiene un arduo trabajo de matricería y diseño”, detalló el entrevistado.
“Estuve prendido a la trasmisión para ver a nuestros deportistas, viéndolos en las redes sociales. Es un orgullo acompañarlos en este desafío. Se siente la satisfacción de haber puesto nuestro granito de arena en los Juegos Olímpicos”, destacó.