Otro cuerpo, otra vida: la transición de Genaro
Cambió su DNI, al poco tiempo comenzó el tratamiento de hormonización y pudo acceder a una mastectomía. Aunque haya conseguido muchos logros personales, afirma que la realidad y el estigma social todavía siguen golpeando a las personas trans.
Por Cecilia Castagno | LVSJ
Genaro Charlie Perrone tiene 28 años y una gran madurez. Quizá todas las cosas que tuvo que superar le han fortalecido ese carácter. Este joven oriundo de Colonia Prosperidad cumplió la primera parte de su sueño de readecuar su cuerpo al género que siempre sintió. Pese a que su recorrido ha sido arduo, porque asegura que hay aún mucha desinformación, se reconoce un afortunado: pueden llamarlo por el nombre que ha elegido en su DNI, contó con el apoyo de su familia que entendió que era un hombre atrapado en un cuerpo de mujer y pudo acceder a una mastectomía.
En medio de debates encarnizados entre defensores y detractores que todavía persisten, Genaro tiene claro que la ley fue "el primer paso de muchos más ", pero que también el acceso a la salud es urgente y básico para defender los derechos humanos de un colectivo muy vulnerable.Algunos años atrás, lo entrevistamos cuando obtuvo su nuevo DNI, pero ¿cómo siguió su proceso de transición? Lo cuenta en esta sincera charla con LA VOZ DE SAN JUSTO en la que habla sobre la autodeterminación de género; los cambios más significativos a partir del tratamiento de hormonización que mejoraron su calidad de vida; los prejuicios y las dificultades que aún encuentra.
Más que inyectarse hormonas o someterse a una operación, afirma que lo más difícil del proceso fue "enfrentarse a la sociedad, que nos entiendan que hacemos todo esto para ser felices".
Derribar barreras
Hace 4 años, Genaro comenzó con un tratamiento con hormonas en el Hospital Rawson de Córdoba, ya que en San Francisco en aquel tiempo no existía el Consultorio Inclusivo del Hospital Iturraspe.
"Son cambios que modifican tu cuerpo y tu vida. No es solo un cambio físico, sino también sentimental, hormonal... En los tres primeros meses no entendía qué me pasaba, lloraba por todo, aumenta la testosterona, te sentís diferente, necesitás más que nunca alzar la voz para hacerte escuchar, sobre todo cuando uno viene de ser reprimido", contó. "El cambio se siente desde todo punto de vista, incluso, en la autoestima, la confianza", dijo. En su caso, le cambió la voz en poco tiempo y eso lo puso muy contento, pero si no sucede, "son cosas para las que hay que estar preparado", advirtió.
"Antes del tratamiento, iba a la facultad y sentía timidez al hablar, ya en el último año de la carrera, y a medida que avanzaba en el tratamiento, los profesores me decían que iba mucho mejor, participaba más en clase, promocionaba materias", recordó.
"El tratamiento hormonal es para toda la vida. Hay altibajos, el apoyo psicológico es clave", sostuvo el joven quien recurrió a un psicólogo "no porque sintiera que era yo el equivocado, sino para que me brindara herramientas para manejarme con el resto de las personas".
En 2021, se sometió a una mastectomía (extirpación de ambas mamas), para que su cuerpo se vea como él lo deseaba. La suya fue una de las pocas intervenciones quirúrgicas de ese tipo que se realizaron a personas trans en el sistema de salud público de la provincia después de la pandemia y en plena vigencia de ley de identidad de género, sancionada el 9 de mayo de 2012, "lo mejor que pudo pasar", consideró sobre la importancia del respeto al derecho a la salud del colectivo de la diversidad de género.
"A fines de 2019 empecé el proceso previo a la operación en el Hospital Provincial 'Florencio Díaz', tenía fecha octubre o noviembre de 2020, pero vino el coronavirus y restringieron este tipo de servicios que no eran de vital importancia frente a una pandemia mundial, pero para nosotros sí era vital, porque nos condiciona para vivir".
Finalmente, llegó la cirugía que le cambió la vida después de mucha espera y de cumplimentar todos los requisitos. "No sé si hoy estaría vivo si no me hubiese operado", expresó. "Es muy importante que existan en el ámbito de la salud pública espacios como el Consultorio Inclusivo, para no tener que automedicarse o viajar 200 kilómetros para ver un médico y acceder a las hormonas, porque implica mucho sacrifico", resaltó y admitió que "está todo bastante lento en ese sentido, en muchos hospitales no se consiguen hormonas o no hay profesionales capacitados" en perspectiva de género.
"No se trata solo de vivir como sentís, sino que puedan percibirte como realmente querés que te perciban", asevera Genaro. (Fotos: Emiliano Lavezzini | LVSJ)
Salir del closet, y de la oscuridad
"La mirada de la sociedad todavía pesa, y mucho. Te dicen: 'No hace falta que cambies por fuera para saber o ser quien soy, pero no es tan simple. No se trata solo de vivir como sentís, sino que uno mismo y los demás puedan percibirte como realmente querés que te perciban", reflexionó.
Muchos se preguntan ¿cómo va a saber un niño que su sexo y su género no coinciden?, y también se lo preguntaron a Genaro, que de pequeño se dio cuenta de que no se sentía cómodo con el cuerpo que tenía. "Sé quién soy y cómo me siento desde los 6 o 7 años, cuando tenía comportamientos asociados a un hombre".
"Siempre que jugaba a la casita con mis amigas, yo quería cumplir el rol del varón o me gustaba jugar al fútbol con los chicos o 'andar en cueros' y todos me decían que debía taparme porque era una chica". Ya en la adolescencia, siempre usaba ropa holgada para ocultar sus mamas.
"De adolescente era una persona muy triste, depresiva, tenía que vestirme como mis amigas, me hacían usar pollera y sentía que no era yo vestido así. Después, salí del closet declarándome lesbiana y allí las cosas parecían encaminarse, pero siempre había algo que me detenía, hasta que en 2017, viendo Ellen DeGeneres, aparece un chico trans, ahí hice el clic y con mi pareja de aquella época empezamos a probar que ella se refiriera a mí como 'él' y yo empecé a fajarme el pecho".
Su experiencia en el ámbito laboral
Podría pensarse que en un poblado de unos 300 habitantes habría más resistencia a la inclusión. Sin embargo, la experiencia de Genaro derrumba ese dicho de "pueblo chico, infierno grande". En Colonia Prosperidad nació, creció y tuvo su primer trabajo formal, en una fábrica de plásticos, donde nunca tuvo que mostrar que era lo que no era para ser incluido.
Mientras brotan todos los días historias de trabajadores trans víctimas de violencia laboral o rehenes de un cupo como la única esperanza de un futuro con dignidad, Genaro ha tenido suerte. "Todos mis compañeros eran varones y se portaron maravillosamente conmigo. Yo llegué, parecía un gorrioncito, no tenía barba (se le escapa una risa), la aceptación fue inmediata y la adaptación, muy rápida".
Luego, algunas complicaciones en su salud y hernias de disco por el trabajo pesado influyeron para que dejara el oficio y lo motivaron a sacarle lustre al título universitario de traductor de Inglés.Actualmente trabaja para una empresa proveedora de mano de obra a una firma canadiense.
"Yo tengo una familia que me ha escuchado y apoyado, pero no todos la tienen. No se puede vivir con miedo a ser uno mismo -siguió el joven-. Las nuevas generaciones son las primeras en aceptarte. Mis sobrinos más chicos lo entendieron rápidamente. Cuando mis abuelos todavía me llamaban por mi nombre de nacimiento, ellos les decían: '¡pero no abuelo!, se llama Genaro'".
"Sé que ni mi familia ni mis amigos o vecinos lo hacían de malas personas, sino que como todo cambio, cuesta asimilarlo. Me costó a mí, que cuando regresé a mi pueblo en 2019 tras recibirme en la universidad decidí entenderlos y ponerme en su lugar", paradójicamente, porque esa empatía debería esperarse de los demás.
Luchar por los sueños
Aunque Genaro no se lo toma al pie de la letra, ser una estrella del rock dicen que es uno de esos sueños lleno de buenos augurios. El joven superó muchos obstáculos y cumplió otras tantas metas, pero siempre tiene anhelos por luchar. Uno es precisamente afianzar su romance con la música. Es bajista de una banda de rock llamada Ramé (@rameconacentoenlae en Instagram) y eso le apasiona.
Además, fue un salvavidas ante la repentina muerte de su hermana de 41 años, a causa de un ataque al corazón: "La música me salvó. Perder a mi hermana fue más duro que cualquier otra cosa".
Con la banda participaron de distintos actos de la comunidad LGBT+ y sueña con "romperla arriba del escenario" y quién dice, alguna vez poder vivir de esto. Está entre sus referentes Eruca Sativa, agrupación que siempre da visibilidad a la lucha contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género.
Por último, Genaro dejó un mensaje a las personas trans que estén en el proceso de reconocimiento y transformación de su cuerpo y es que se acerquen a quienes están trabajando la temática para informarse sobre sus derechos y posibilidades. "Si están decididos, tienen que seguir lo que los hace feliz. Muchos no hacen los tratamientos por miedo a lo que dirá la gente", instó.
"Espero que en el futuro sea un mundo mejor para las personas transgénero", anheló.