Entrevista
César Amuchástegui: “Viajar es el tesoro más grande que uno se puede llevar de acá”
Es uno de los referentes del rubro turístico en nuestra ciudad. Más de 40 años recorriendo el país y el mundo ayudando a concretar sueños a quienes como él, aman viajar.
Empezó detrás de un volante, guiando pasajeros por todo el país, y sus relatos están llenos de historias que reflejan su amor por el turismo. En esos años tempranos, César Amuchástegui ya soñaba con recorrer el mundo, más allá de las fronteras. Lo que empezó como un trabajo transportando equipos de fútbol y turistas por el país, se transformó en una pasión que lo llevó a explorar los rincones más fascinantes del planeta. Con el tiempo, su talento para conectar con la gente y su curiosidad insaciable lo llevaron a coordinar viajes internacionales, desde safaris en Sudáfrica hasta visitas al museo Ferrari en Dubái, sin olvidar su paso por Londres, donde sintió la magia de los Beatles, su banda favorita.
Hoy, a sus 76 años, César lleva más de cuatro décadas de experiencias en la industria del turismo. Desde la agencia Furi Viajes, continúa compartiendo con otros el entusiasmo por descubrir nuevos horizontes. “Empecé en el turismo allá por el ‘84, pero desde el ‘78 ya estaba manejando ómnibus, recorriendo casi todo el país”, comenta, recordando esos primeros años en los que, entre otras cosas, le tocó vivir como chofer las “peligrosas excursiones” que Sportivo realizaba por la capital provincial en épocas de Liga Cordobesa.
A medida que su trayectoria crecía, el mundo comenzó a abrirse ante él. Y desde 1987, las rutas nacionales dieron lugar a caminos que lo llevaron por toda América, Europa, Asia y África.
“Lo más importante de estos años no son los kilómetros recorridos, sino la cantidad de amigos que hice. Gente que me sigue escribiendo, saludando. Eso no tiene precio. Es el capital más grande”, afirma. Porque para él, el verdadero valor de su trabajo reside en las conexiones humanas, en haber sido parte de la vida de tantas personas que lo eligen para que los acompañe en sus aventuras. “He cosechado amigos, gente que hoy te hace sentir cariño, te aprecia. Eso no se paga con nada”, agrega con una sonrisa que refleja la calidez de su carácter.
Aunque los viajes siempre tienen sus desafíos, recuerda especialmente un episodio complicado en un viaje a Dubái y Tailandia, cuando una pasajera se descompuso y tuvieron que aterrizar de emergencia en Río de Janeiro. “Era una señora mayor y no podía dejarla sola, así que me quedé con ella. El grupo tuvo que seguir solo hasta Tailandia, pero los estaban esperando allá”, relata. Afortunadamente, la pasajera se recuperó y César pudo reunirse con el grupo en Bangkok. “Siempre surgen imprevistos, pero son parte de la aventura”, dice, restándole importancia a un acto que demuestra su sentido de responsabilidad y compromiso.
El turismo ha cambiado mucho desde que él comenzó. La llegada de plataformas digitales como Despegar y la transformación tecnológica plantearon nuevos desafíos para los agentes de viaje tradicionales. “Todos dijimos ‘se complica’, porque la tecnología permitió que las aerolíneas y los hoteles vendieran directamente al cliente, salteando al agente de viajes. Pero la experiencia y el trato personalizado siguen siendo esenciales”, destaca. César sabe que hay clientes para todo y que el turismo, como cualquier otro sector, está en constante evolución. “La gente joven va mucho por internet, pero cuando tienen algún problema y vienen, es ahí donde valoran nuestra experiencia”, explica.
Además de coordinar viajes, César se define como un facilitador de experiencias. “El coordinador no está para ser el guía turístico, sino para facilitar la experiencia. Que los pasajeros entiendan los trámites, que todo fluya sin problemas. Hay que estar en los detalles”, dice con la seguridad de quien ha aprendido a anticiparse a las necesidades de los viajeros. Desde ayudar con el check-in en un aeropuerto hasta resolver problemas con las habitaciones en un hotel, su trabajo va mucho más allá de organizar itinerarios.
Viajar, para él, es una forma de vida. “Si no disfrutás, se pierde el sentido. Viajar es aprender, renovarse, ver otras culturas, formas de vida. Yo creo que el que tiene la posibilidad de viajar, lo tiene que hacer, porque eso te abre la mente”, afirma con pasión. Aunque ha visitado innumerables países y ciudades, sigue amando Argentina. “No la cambio por nada. Cada rincón tiene algo único, y me encanta mostrarle a la gente lo hermoso que es nuestro país”, confiesa.
“La plata invertida en turismo es la mejor invertida”.
Hoy, César sigue firme en Furi Viajes, organizando experiencias y compartiendo su sabiduría con nuevos viajeros. La pandemia le robó dos años de planes, pero eso no ha disminuido su entusiasmo. Cuando se le pregunta qué significa viajar para él, su respuesta es clara y contundente: “Viajar, para mí, significa el tesoro más grande que uno se puede llevar de acá. La plata invertida en turismo es la mejor invertida. No es porque yo venda turismo, sino porque yo creo que el que tiene la posibilidad de viajar y conocer, lo tiene que hacer. Porque es lo que te va renovando y abriendo la mente. Eso me da mucho, porque no solo es viajar y ver un paisaje. Yo veo otra cultura, otra forma de vida, otra comida, otros sabores, otro color. Si uno le pone el deseo, el espíritu queda eternamente agradecido”.