“Hay una marcada gordofobia en muchos lugares”
Noelia Benedetto, la joven que denunció discriminación en un boliche sanfrancisqueño "por gorda", lejos de entrar en guerra con su cuerpo, se enorgullece de él; de su voluptuosidad que sale de los patrones estéticos socialmente aceptados y la muestra sin tapujos en sus producciones como modelo plus- size.
En la ciudad santafesina de San Guillermo, a unos 120 kilómetros de la nuestra ciudad, Noelia Benedetto, de 32 años, camina tranquila, sonriente, feliz, orgullosa de su cuerpo. Toda una instagramer, muestra al mundo sus sesiones de fotos como modelo plus-size.
La belleza de esta mujer nos enseña a celebrar la diversidad, a romper el molde.
Lejos de amargarse o aislarse luego del episodio de discriminación que sufrió este verano en un boliche sanfrancisqueño, cuando no la dejaron ingresar al sector vip porque sus medidas no se adaptan a los parámetros que durante años dominaron, este maquilladora profesional aprende de cada prueba que la vida le pone en el camino.
"Lo que pasó esa noche no lo voy a olvidar porque son momentos que no se borran de la memoria así como así, pero tampoco lo recuerdo como una mala experiencia sino como un aprendizaje", confesó Noelia a VOZ MUJER.
"No me molesta tener unos kilos de más pero tampoco hago apología de la obesidad. No encuentro un problema, al contrario... ¿Por qué hay que seguir un estándar de belleza?", dijo orgullosa de sus 110 kilos.
"Soy una persona muy activa. Hago deporte, camino todo el día y me hago análisis continuamente porque tengo los niveles altos de tiroides y eso afecta mi aumento de peso", explicó y se reconoció como una "disfrutadora" de la pizza con amigos.
"Gran parte de mi sobrepeso es emocional pero estoy bien conmigo misma", expresó.
Maquilladora y mamá
En su ciudad, Noelia se dedica al maquillaje profesional, tiene su propia escuela de belleza pero también modela para marcas de talles especiales y de hecho, presentó un desfile de líneas curvy en un evento popular.
Su cuerpo nunca fue un límite y sus ganas de ayudar a otras chicas a través de su trabajo la hacen sentir viva.
"Hay una marcada gordofobia -rechazo que sufran las personas con sobrepeso- en muchos lugares pero en mi ciudad recibo muy buen trato por parte de la gente. Intento incentivar a las jóvenes a quererse a sí mismas, a potenciar su seducción sin importar el cuerpo. También les enseño la importancia de conocerse a sí mismas y a tener amor propio, porque no hay ningún problema en que una chica no sea 90 - 60 - 90".
Noelia es mamá de Juli, de 10 años que también es de contextura grande y a veces sufre el prejuicio de chicos de su edad. "Todo eso se aprende de chico y cuando ella me cuenta lo que le dicen, más me enojo".
"En el secundario era súper flaca y nunca me aprecié ni tuve cariño propio como ahora. A veces, con tal de no engordar no comía y tuve episodios de bulimia, o no salía porque me veía gorda, entonces me descambiaba y me largaba a llorar. Pero fui creciendo, madurando y cuando me separé del papá de Juli, empecé a pensar de otra manera y a encontrarme en las redes sociales con chicas como yo que son modelos plus y esa es mi mayor aspiración. Hoy no quisiera verme ni sentirme como aquella chica del secundario y aunque la gente me dice que era re linda, yo les respondo que lo sigo siendo y soy feliz así"
"Gran parte de mi sobrepeso es emocional pero estoy bien conmigo misma", aseguró Benedetto.
"Vos, no"
El 31 de enero pasado, Noelia fue a celebrar su cumpleaños en un boliche de calle Pueyrredón de nuestra ciudad, el mismo que ella elegía para disfrutar de la noche cada vez que visitaba San Francisco. "Decidimos ir con amigas como lo hacemos siempre pero esta era una noche especial porque celebrábamos mi cumpleaños. Cuando estábamos dentro del local, quisimos acceder al sector vip donde estaban el resto de nuestros amigos y justo en ese momento, se realiza el cambio de guardia. Ese nuevo guardia de seguridad permitió el ingreso de mucha gente pero cuando llegó nuestro turno, mi amiga pasó y a mí me pidió la tarjeta vip. Cuando mi amiga le contestó que ella tampoco tenía la credencial, el guardia le dijo que pase y a mí me dijo `vos, no´", recordó.
Las jóvenes se retiraron del lugar sorprendidas por lo que había sucedido. "En el momento no supe que contestar. Lo primero que sentí fue una sensación de culpa pero luego entendí que me estaban discriminando porque no había ninguna explicación de lo que había hecho conmigo".
"Acá no había una cuestión de tarjeta, era por ser gorda", sostuvo la joven.
La situación para Noe no fue casual. Pensando en lo ocurrido, recordó que ese mismo guardia ya le había impedido el ingreso al mismo sector del boliche el 25 de diciembre. "En Navidad pasó exactamente lo mismo, argumentando que no era clienta, cunado ellos me veían siempre en el boliche".
Noelia confesó que no irá más a ese lugar y siente pena por eso, pero no dejará de visitar la ciudad donde viven sus padres y donde se siente cómoda. Al fin y al cabo, unos pocos no son todos.