El valor de cuidar la historia de la mujer piamontesa
Ana Filippa es la presidenta de la Asociación de Mujeres Piamontesas de la República Argentina. Su labor junto a otras representantes del país, es valorar la figura de la mujer en la inmigración casi siempre silenciosa e invisible para la historia oficial.
Ana María Filippa es la presidente de la Asociación Mujeres Piemontesas de la República Argentina. Su labor es investigar las historias de mujeres inmigrantes, isibilizar a las pioneras y apoyar a las mujeres en su proyección personal, social y cultural.
Con su aporte como docente, la sanfrancisqueña busca revalorizar la figura de esas mujeres que tanto hicieron en esta "Pampa Gringa" y que dejaron su legado que hoy se palpita en las familias de nuestra ciudad y de la región.
- ¿Cómo es su participación con las mujeres piamontesas?
Desde hace 3 años, soy Presidente de la Asociación Mujeres Piamontesas de la República Argentina (A.M.P.R.A.) creada en el año 2003 y dedicada a investigar las historias de mujeres inmigrantes, a visibilizar a las pioneras y apoyar a las mujeres en su proyección personal, social y cultural. Tenemos asociadas en casi todas las provincias argentinas, con mayor concentración en nuestra "pampa gringa": mujeres de todas las edades, oficios y profesiones.
Además, soy Secretaria de la Asociación Familia Piamontesa de San Francisco, de larga trayectoria en nuestra ciudad. Allí, desde el año 2014 tenemos un Taller de Piamontés, donde se recrea la lengua y la cultura heredada en nuestras familias: canciones, dichos, literatura, se aprende también a leer y a escribir en piamontés. Norberto Alisio y yo somos los Coordinadores del Taller de Piamontés que denominamos "Un encuentro con la memoria"
- Se nota un enorme trabajo por sostener la cultura que llegó de Italia. ¿Cuál es el valor de la piamontesidad en la región?
En nuestra región podemos decir que más que una impronta piamontesa, hay una verdadera inmersión en una cultura de inmigrantes hecha de trabajo, de respeto a la palabra, de gusto por el trabajo bien hecho. Cada pueblo tiene su cultura expresada por medio de una lengua y una cosmovisión propia, ni mejor ni peor que los otros, cada uno con sus propios matices.
- ¿Cuál es el aporte que le hace la Asociación Mujeres Piemontesas de la República Argentina a la historia?
Buscamos valorar la figura de la mujer en la inmigración, casi siempre silenciosa, casi invisible para la historia oficial. También promovemos el trabajo, el estudio, las publicaciones, las acciones comunitarias de nuestras asociadas.
- ¿Cómo expresan su trabajo?
Nuestra Asociación tiene varios libros publicados. Cito solamente Los Motores de la Memoria, en italiano y en castellano, que recopiló memorias de cientos de mujeres de origen piamontés e italiano de diferentes generaciones. A esto le sigue la obra Conversaciones, también con entrevistas.
Actualmente, publicamos también una revista con un nombre en piamontésI soma sì (se lee I suma sí). Significa "aquí estamos", en una afirmación de lugar y tiempo presente en donde vivimos y trabajamos. Esta revista tiene diferentes temas: historias locales, literatura, pintura, jóvenes destacados, geografía, libros.
- Muchas veces nos olvidamos del lugar de las mujeres inmigrantes. ¿Qué hicieron ellas en nuestra comunidad?
Las mujeres inmigrantes trabajaron en las tareas más duras mientras amamantaban y criaban a sus hijos, cultivaban la tierra, criaban animales, cocinaban, cosían, tejían y transmitían su propia lengua, tradiciones, cantos, oraciones propias de su pueblo y su cultura.
- ¿Cuáles se destacan como descendientes?
Dar nombres de mujeres destacadas sería muy fácil, porque en nuestra ciudad y región hay mayoría de descendientes de piamonteses; vienen a mi mente nombres de docentes, artistas, profesionales de todas las áreas, empresarias. Las destacadas están en la prensa, o en los medios de comunicación. Preferiría en esta ocasión destacar el valor de lo anónimo cotidiano, lo que Miguel de Unamuno llamaba la "intrahistoria", aquella que no se publica en periódicos y libros, pero que sostiene el desenvolvimiento de la vida humana. De esta manera, queremos hacer visibles y rendir homenaje a nuestras madres y abuelas, anónimas, que constituyeron la base de las familias inmigrantes en la nueva patria argentina.
- ¿Las nuevas generaciones valoran la historia de nuestros antepasados?
Las nuevas generaciones, ya adaptadas, integradas, sin sufrir las carencias y muchas veces la discriminación que sufrían los inmigrantes de todos los orígenes, estudian, trabajan, crean y se destacan. A veces, cuando uno es muy joven no llega a comprender la propia historia, con los años se conoce el esfuerzo y el amor puesto en la tarea colonizadora de nuestros abuelos y ahí se comienza la valorar la pequeña historia familiar.
- ¿Cuáles son los valores que nos dejaron?
Los valores se transmiten de manera espontánea con nuestras acciones, ya sea la honradez, la sencillez en las costumbres, el gusto por el trabajo y el estudio, en el amor y el cuidado de la naturaleza. Mis hijos conocieron a nuestros familiares que viven en Piemonte y vivieron momentos muy emotivos 120 años después de la llegada de sus bisabuelos a la Argentina. Se reconocieron no sólo en los rasgos físicos, también en la sencillez y en el cariño, en los gestos y en las palabras.
- ¿Quién es Ana?
Soy Ana María Filippa Garbarini, tengo 67 años, viví hasta los trece en el campo, cerca de Estación Luxardo. Tuve una infancia muy hermosa, en mi casa siempre hubo muchos libros porque en mi familia se leía mucho. Mis abuelos inmigrantes, que tenían 10 hijos, leían todos los días obras importantes de la literatura universal. Leían en castellano y hablaban en piamontés. En realidad toda la gente que yo conocía en la región hablaba castellano y piamontés. (Éramos bilingües y no lo sabíamos). Como me gustaba mucho leer, seguí por ese camino y estudié el Profesorado de Castellano, Literatura y Latín, en el Instituto Inmaculada Concepción, después fui Profesora en varias materias del Profesorado, especialmente en Literatura Española. Descubrí que en mis raíces había dos lenguas y dos culturas: la del castellano que hablaba y el piamontés que me rodeaba en la cultura regional.
- ¿Cómo fue su encuentro con la cultura piamontesa por primera vez?
Personalmente, me encontré con la cultura piamontesa de dos maneras: por un lado, por haber oído el piamontés desde antes de nacer, y por otro, a través de un Master presencial que dictó en los años 2007 y 2008 en San Francisco la Universidad de Turín. Allí me puse en contacto con la literatura en lengua piamontesa, que es una lengua reconocida por la Unesco como "Lengua Minoritaria Europea".
- ¿Por qué su compromiso con la historia?
Todo nació con el estudio de la lengua española, con el placer de encontrar etimologías, adivinar la evolución de las palabras, lo que me llevó a estudiar la otra lengua que ya existía en mí: el piamontés.
Y fundamentalmente, es un homenaje a nuestros antecesores que nos dieron todo lo que tenían, poco o mucho, como pudieron o supieron hacerlo.
Actualmente, colaboro con traducciones, aportes a congresos, charlas, talleres, cortometrajes, también con el canto. Actualmente estoy trabajando en un proyecto de audios, recopilados en el Taller de Piamontés y dirigido por Ana María Bovo, una descendiente de piamonteses destacada. Ya presentamos la primera parte y está punto de salir la segunda. Se llamaLa lenga dël cheur (La lengua del corazón), esa que sin ser oficial guarda las expresiones y la historia de su pueblo.
Creo que la diversidad lingüística es riqueza que debe ser protegida y cultivada; invito a todas las personas que sientan alguna identificación con estas actividades, para que se acerquen a nuestras Asociaciones, participen de los proyectos y aporten también sus ideas. Las puertas están abiertas.
Aclaración: Según la entrevistada en castellano lo correcto es decir "piamontés/ piamontesa". Sin embargo, algunas asociaciones se autodenominan "piemontesas"