Análisis
YPF: el tiempo fue juez
Tras la decisión de la expropiación, se abrió una etapa de imprevisibles repercusiones y consecuencias en materia de política energética en el país. El tiempo está dando su veredicto.
El 16 de abril de 2012, la entonces presidenta Cristina Kirchner anunció la decisión de expropiar el 51% de las acciones de YPF y envió el proyecto de ley al Congreso. Menos de un mes después, el 7 de mayo de ese mismo año, el Congreso aprobó por mayoría la estatización.
Mientras se sucedían las proclamas que alababan el retorno de la empresa petrolera al Estado y las alabanzas hacia el modo cómo se había realizado la expropiación, se inició un largo proceso que, por estos días, tendrá definiciones que serán onerosas para el Tesoro nacional.
Es que, luego de haber pagado una indemnización de US$5000 millones a la petrolera española Repsol por el 26% de las acciones que tenía cuando fueron expropiadas, se sucedieron juicios contra la Argentina porque el Estado nacional no abrió negociaciones con los otros propietarios minoritarios de la empresa. Las enfervorizadas autoridades del Ministerio de Economía de aquel año, encabezadas por el hoy gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, se negaron a lanzar una oferta pública de adquisición sobre el total de las acciones, disposición que está escrita en el estatuto de YPF. Por ello, los accionistas minoritarios tienen el derecho de vender su parte al mismo precio si cambia de manos el control de la mayoría de las acciones de la compañía.
“No le vamos a pagar lo que ellos dicen, sino el costo real de la empresa. Los tarados son los que piensan que el Estado tiene que ser estúpido y comprar todo según el estatuto de YPF”, había dicho el actual gobernador de Buenos Aires en su exposición ante el Congreso. Pues bien, la viveza del Estado no sirvió. La Argentina perdió el juicio por la expropiación de YPF en marzo pasado. Por ello, de acuerdo a todas las informaciones que se publicaron en estos días, tendrá que indemnizar a los fondos Burford Capital y Eton Park, que compraron el derecho a litigar contra la Argentina e YPF a accionistas de la petrolera en el momento de la estatización.
En el mejor de los casos, el país sin reservas en su Banco Central deberá abonar casi 5 mil millones de dólares más. Con ello, la Argentina habrá pagado casi 10 mil millones de la moneda norteamericana por el 51% de las acciones de la petrolera. La valuación actual de todo el paquete accionario de YPF en la bolsa de Nueva York es de poco más de 5,5 millones de dólares. El doble de lo que desembolsaría finalmente. Un negocio redondo.
En abril de 2021, mientras se discutía la decisión de la expropiación, se señaló en esta columna que esta decisión “abrió una etapa de imprevisibles repercusiones y consecuencias en materia de política energética en el país. Desde todas las veredas se alaba o se cuestiona en forma terminante la medida y los pronósticos son tan disímiles como las visiones de la realidad desde la cual se sustentan”. Ante ello, se escribió que “el tiempo será el mejor juez para conocer si la estatización de la principal empresa petrolera de nuestro país ha sido una decisión acertada o no”.
El tiempo está dando su veredicto.