Polo
Vive de su pasión
Julieta Murgio habló de su oficio de petisera con que el viene recorriendo el mundo en la actividad del polo.
Dedicada a la cuida de caballos, desde hace algunos años viene atravesando fronteras, un peregrinar por el mundo con escalas en la enigmática Arabia Saudita, la elegante Inglaterra o en la glamorosa Francia, siempre desarrollando su oficio en la actividad del polo.
Julieta Murgio sigue velando por el bienestar de sus amigos los equinos, lo que implica salud, alimentación, vareos, entre otras tareas, desde su capacidad innata de percibir el estado del animal.
Desde siempre los caballos la sedujeron, su primera etapa fue en los saltos hípicos, pero una invitación de su amigo Julián Bossa, la asomó al mundo del polo, escenario que la cautivó a punto de admitir que “me cambió la vida, fue increíble”.
Fue jugadora aunque descubrió que su mejor función pasaba por cuidar de ese incondicional amigo de cuatro patas.
“Toda mi vida estuvo ligada a los caballos, primero en el salto, después en el polo, primero arranqué jugando, pero después de me dediqué a cuidarlos, lo que se volvió mi pasión. De hecho me fui perfeccionando en la cuida y tuve la oportunidad en el 2019 de viajar a Arabia Saudita cuando por entonces daba clases en el Polo Jockey Club de San Francisco del cual soy fundadora junto a Julián”.
“Luego pasé a Francia a trabajar en la temporada para un jugador de 6 goles de hándicap, volví a Argentina temporalmente, pero nunca más me quedé, mi vida sigue siendo trabajar por temporadas”.
“Durante estos años siempre volví a Francia porque es el lugar en donde me siento como en mi casa, es muy importante a la hora de trabajar, tengo muchos amigos y he conocido muchos lugares hermosos en esta aventura”.
Al hablar de la tarea que desarrolla con total responsabilidad, se entusiasma y describe con detalles su rutina diaria.
“La rutina consiste en limpiar las camas donde el caballo duerme, como también cambiarle el agua todos los días lo que es muy importante”.
“El trabajo en pista son más o menos 45 minutos. Consiste en caminata, trote y caminata. Los tiempos se regulan de acuerdo a la actividad que tenga el caballo durante el día. Siempre manejo un lote de cinco a siete caballos”.
“Después se limpian, se rasquetean, y se los deja en el box a descansar hasta su próxima actividad. Estamos las 24 horas del día pensando y viviendo por los caballos”.
“Acá no hay un manual con una receta que diga cómo hacerlo, sino que todo el trabajo va variando de acuerdo a la actividad que tenga el caballo”.
Cuál mecánico que atiende el auto de su piloto, ella también debe entregar esa unidad de “tracción a sangre” con la mejor preparación, sabiendo la aptitud con que llegará a la competencia.
“El trabajo consiste en preparar los caballos para que lleguen en óptimas condiciones a la cancha de polo y que los reciba el jugador. Tenemos que garantizar que el animal esté en óptimas condiciones deportivas, que llegue lo mejor posible a la cancha de polo”.
“Si bien el patrón o el jugador son personas que frecuentan diariamente la caballeriza, y están en contacto con nosotros los petiseros, van viendo cómo están los caballos para la exigencia, que son los días de prácticas y partidos”.
“Tuve la suerte de ir a ayudar en muchos partidos donde aprendes mucho con diferentes profesionales De hecho esta temporada y la pasada hice muchas ayudas en los partidos de jugadores que juegan la Triple Corona del Abierto Argentino de Polo”.
No obstante la sanfrancisqueña continúa capacitándose en su oficio. “Durante estos años me fui perfeccionando en la cuida de caballos de polo. Hice cuatro temporadas en Francia y dos en Inglaterra. La verdad que estoy muy agradecida a todos los profesionales y gente que me dieron trabajo, porque sin eso no hubiera sido posible tener todo el aprendizaje que hoy tengo”.
Plano laboral en el que incluso alcanzó un bienestar personal por lo que no duda en afirmar que “cuidar de los caballos es un estilo de vida. Esta frase no la comparto solo yo, sino muchas personas que entienden lo que se refiere la frase, está bueno trabajar de lo que a uno lo hace feliz”.
Mientras disfruta del receso por las fiestas de fin de año junto a su familia, también aprovecha el tiempo para planificar la próxima temporada.
“Si bien este año trabajé en Francia, Inglaterra, volví a Francia y finalmente en Argentina en toda la zona de Pilar y General Rodríguez, la temporada venidera creo que va a ser algo similar”.
“Voy a arrancar por Francia, dónde espero quedarme un tiempo prudencial y después quizás vuelva a trabajar la temporada de polo acá en la Argentina en la zona de Pilar”, completó.
No obstante sigue intacto su sentido de pertenencia con el Jockey Club Polo de San Francisco al que recordó con nostalgia.
“Siempre tengo presente el lugar que hicimos con Julián a puro sacrificio, sigo las actividades del club, son mis raíces. Extraño mucho a los chicos, encontrármelos me da mucha nostalgia y les agradezco a ellos y a sus familias porque fueron parte de mi crecimiento como “profe””.
“Aunque está latente la opción de volver, todavía siento que tengo un poco más para aprender y seguir creciendo”.
En su rol de petisera, Julieta suma vivencias personales mientras crece profesionalmente en su relación con los equinos, “un estilo de vida” como lo define. Estrecho vínculo que disfruta y la hace feliz desde el día que decidió vivir de su pasión.