Veganismo en la vida de Matías: “Respeto, salud y cuidado del medio ambiente”

 Por Isabel Fernández | LVSJ

Para Matías Daga (37), la decisión de adoptar el veganismo transformó su salud y su vida en todos los sentidos. Poco después de la pandemia, adoptó una alimentación vegana - que excluye carne, lácteos, huevos y otros productos de origen animal- y hoy se siente más saludable y enérgico, invitando a otros a explorar los beneficios.

Trabaja en el negocio familiar, es profesor de inglés y corredor inmobiliario, pero todas esas ocupaciones no le impiden planificar cuidadosamente sus comidas respetando esta decisión alimentaria, que él considera como “una forma de vida que alinea, respeto, salud y cuidado del medio ambiente”.

Cada 1 de noviembre se celebra el Día Mundial del Veganismo en honor a la creación de la primera sociedad vegana, promoviendo un estilo de vida libre de productos animales por razones éticas, ambientales y de salud.

Matías contó su experiencia de vida a LA VOZ DE SAN JUSTO y a través de su relato abordó los desafíos que enfrenta como vegano en una sociedad que a menudo muestra prejuicios hacia esta forma de vida, destacando la importancia de la empatía hacia todos los seres vivos. 

Aseguró que tomó esta decisión por su amor hacia los animales y también por cuestiones de salud porque tiene intolerancia a la leche de vaca y la miel. “Los animales son seres con emociones similares a las humanas, son sintientes. Desde que entendí eso, decidí que no iba a comer más carne ni ningún derivado de los animales, entendí el concepto del veganismo”.

Se siente muy bien y lejos de querer imponer a los otros su ideología, asegura que dando el ejemplo puede invitar a otros a probar el veganismo. “Es importante no buscar imponer sino dar el ejemplo, si te ven con buena energía, saludable, quizá la misma gente, se acerque a incursionar en esto. Creo que imponer no está bien y no estoy de acuerdo con el fanatismo, fui treinta años carnívoro y no soy nadie para juzgar a otro”.

Cómo tomó la decisión

Contó que primero comenzó siendo vegetariano, -ya que su mamá y su hermana también lo son-, pero avanzó hacia el veganismo cuando leyó la información nutricional de un paquete de masitas. “Descubrí que tenía grasa bovina y me dio impresión, asco, no me gustó y aunque ya era vegetariano decidí ser vegano”.

“Al mismo tiempo tenía algunos problemas de salud porque era intolerante a la leche de vaca y a la miel, cuando consumía me caía mal y tenía muchos problemas gastrointestinales, entonces el tema de los animales y esos inconvenientes me llevaron a adoptar una dieta vegana y ahora me siento muy bien”, afirmó.

El apoyo clave de la familia

Matías remarcó que el apoyo de su familia, especialmente de su mamá y su hermana que son vegetarianas y las impulsoras de su elección, fue crucial para que él pueda tomar el veganismo como forma de vida. “Al principio consulté a una nutricionista, pero también el apoyo de mi mamá y mi hermana fue fundamental porque son vegetariana desde hace años”.

“El apoyo de la familia es clave, para mí fue como un despertar y también me pude identificar con deportistas, pensadores y músicos, que son veganos. Por ejemplo Lewis Hamilton que corre fórmula uno, igual que el tenista Novak Djokovic, científicos como Einsten y músicos como Bryan Adams, Mick Jagger, ellos me inspiran”, dijo.

El desafío social

Todavía existe mucho prejuicio en la sociedad en cuanto al veganismo e incluso el vegetarianismo. Matías reconoció que ser “vegano conlleva prejuicios sociales, ya que muchas personas no entienden esta elección y a menudo hacen comentarios despectivos. Creo que hay muchos errores sobre la alimentación, no están informados, muchos creen que hay que consumir carne sí o sí para estar bien”.

“Pero no es así, me siento bien físicamente y mentalmente, estoy más tranquilo que antes, con más energía y me hago chequeos médicos anuales para confirmar mi buena salud. Practico deportes, salgo a correr, natación y judo y no me afecta en eso. Está comprobado científicamente que no comer carne es bueno porque previene enfermedades cardiovasculares, la diabetes y muchas otras”, manifestó.

En cuanto a la vida social, afirmó que cuando comparte asado con amigos “siempre ponemos verduras en la parrilla o hay hamburguesas veganas. Al principio te hacen bromas, porque no saben, eso me molestaba, pero entendí que si me reía de lo mismo, se corta el juego”.

“Hay muchas opciones, siento ser vegano me abrió la cabeza, por un lado, cierra la puerta a las carnes pero las abres en otras cosas que no conocía. Creo que, aunque hay más aceptación en el mercado porque hay demanda de productos, pero todavía existe rechazo entre la gente, se enfrentan desafíos sociales al compartir comidas con amigos y familiares”, consideró.

En la vida cotidiana, ser vegano es un poco más complicado porque lleva tiempo de elaboración de la comida. En ese sentido, Matías aseguró que la “planificación es clave para llevar una dieta vegana, yo dedico tiempo los domingos para preparar comidas para toda la semana”.

“No es perjudicial si está bien planificada y diversificada”

La alimentación vegana se basa en el consumo exclusivo de alimentos de origen vegetal, excluyendo todos los productos de origen animal, como carne, lácteos, huevos y miel. Esta elección alimentaria no se limita solo a la dieta, sino que es parte de una postura ética más amplia que rechaza cualquier forma de explotación y uso de animales en vestimenta, cosmética y otros aspectos de la vida. 

La licenciada en Nutrición, Jorgelina Pérez (MP-2437) que pertenece al Colegio de Nutricionistas de Córdoba orientó su formación en la alimentación basada en plantas y vegana. Afirmó que esta forma de nutrirse “no es perjudicial para la salud si está bien planificada y diversificada. Cuando se presta atención a la ingesta de nutrientes esenciales como la vitamina B12, hierro, calcio, vitamina D, omega-3 y proteínas, una dieta vegana puede ser segura, completa y adecuada para todas las etapas de la vida”.

“Sin embargo, si no se planifica adecuadamente o se basa en alimentos procesados y poca variedad, podría llevar a deficiencias nutricionales –advirtió-. Por eso, es clave contar con orientación de profesionales capacitados y matriculados para asegurar que esta alimentación sea equilibrada y recibir un asesoramiento adecuado y seguro en cuanto a alimentación”.

Pérez afirmó que en cuanto a la salud, “la alimentación vegana puede traer beneficios, como la reducción del riesgo de enfermedades crónicas (diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hipertensión y ciertos tipos de cáncer), siempre y cuando esté bien planificada y sea variada. Puede adoptarse en cualquier etapa de la vida, incluso desde el embarazo y la infancia siempre que esté bien planificada y adaptada a sus necesidades individuales”. 

“Algunas condiciones específicas pueden hacer que sea más desafiante o requiera ajustes adicionales. Por ejemplo, personas con problemas digestivos, alergias a alimentos vegetales básicos (como legumbres o frutos secos), o Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) podrían necesitar un enfoque personalizado y supervisión profesional para asegurar una nutrición completa”, afirmó.

¿Es costosa?

Los alimentos que necesita una persona vegana son, en su mayoría, accesibles y se encuentran fácilmente en supermercados y herboristerías. “Ser vegano no tiene que ser necesariamente caro. Una alimentación vegana puede basarse en alimentos comunes y asequibles, como legumbres, granos, frutas, verduras, frutos secos y semillas. Sin embargo, existen algunos productos especiales, como las leches vegetales, sustitutos del huevo, el tofu, el tempeh, el seitán y ciertos alimentos fortificados, que no siempre están disponibles en todas herboristerías o supermercados. Si bien pueden elaborase caseros en algunos casos debemos contar con el tiempo, las recetas adecuadas y la disposición para elaborar los mismos”. Más información en Instagram: Jorgelina_nutricion