Urbanismo y sociedades líquidas, una nueva forma de ver la ciudad
En esta tendencia que se impone lentamente en diferentes espacios, las personas son las que promueven el cambio cada vez más rápido en una sociedad que busca ser flexible y romper con el tradicionalismo.
Por Ivana Acosta | LVSJ
El urbanismo es una de las áreas de desarrollo que entienden de mejor forma lo que significa diseñar espacios adaptativos, actuales y que respondan a los requerimientos de las sociedades conforme avanza el tiempo.
Cuando el sociólogo Zygmunt Bauman, desarrolló el concepto de modernidad líquida para describir la vorágine de transformación permanente y apropiación que hacen de las cosas las comunidades dijo que esto abarcaba a todos los sectores; sucede en la economía y también en la sociedad ¿por qué no lo haría el urbanismo si también son sinónimo visual de cada época y los valores que la caracterizan?
Antes una plaza podía ser solo eso, un espacio verde donde los juegos predominaban, pero desde hace un tiempo el mismo terreno puede convivir con un edificio en el mismo predio, espacios culturales generando una simbiosis que hace difícil entender ante qué lugar está.
El Centro Cívico podría ser un sinónimo de ello que, aunque fue pensado hace 60 años tiene en su génesis una idea de ser funcional y tan útil para ser visto como espacio para vivir, de disfrute cultural (a lo que se apunta con la Tecnoteca), de ocio y trabajo, todo al mismo tiempo y en una misma traza.
Las personas son las que ahora marcan el ritmo en esta nueva concepción de "urbanismo líquido"
Otro punto de vista
El arquitecto Arturo Rodríguez del Amo, con experiencia de trabajo en España, Taiwán, Estados Unidos, entre otros lugares, sostiene que el urbanismo también es reflejo del cambio de una sociedad rígida, desarrollada en base a esquemas sociales y normas a la apropiación y flexibilidad "impuesta" por las personas que marcan sus propias tendencias.
"En contraposición con una sociedad llena de normas y esquemas sociales, nos encontramos con una generación opuesta, una generación que pretende redefinirse desde sus bases y cuyos mayores valores no son la rectitud y la constancia sino la flexibilidad y la adaptación, como un líquido que es capaz de adaptarse a su continente de manera inmediata y sin esfuerzo", dijo en una columna de opinión publicada en la revista digital de arquitectura Cosas de Arquitectos.
Este "urbanismo líquido", sinónimo de un cambio de paradigma sociocultural, termina resquebrajando las estructuras tradicionales y entremezclando los espacios de una época con el contexto actual.
"Durante estos últimos años nos encontramos con que el uso de las calles, parques y espacios públicos en general se están flexibilizando para dar cabida a numerosos eventos y a diferentes situaciones que cada día surgen en nuestras ciudades. Es ahí donde aparece el concepto de arquitectura efímera, para suplir todas esas necesidades cambiantes y temporales que requiere la ciudad", destacó el profesional.
Los espacios adyacentes a las vías del ferrocarril también fueron apropiados por los vecinos que les dieron un nuevo sentido. Algunos sumaron jardinería, otros paseos, también canchas que les permiten tener espacios verdes cercanos y recreados en base a sus necesidades.
Nada permanece inmóvil y los cambios que han experimentado espacios públicos diseñados como sinónimo de una época - tal como sucede con el Centro Cívico - ahora se ven transformados para representar otro tiempo. La modernización le ha llegado a todo y la sociedad líquida - parafraseando a Bauman - trae una nueva conciencia sobre eso en un nivel de rapidez inusitado.