Sociedad
Un sector de la cárcel lleva el nombre de Pablo Montesi por su legado de rugby
El legado del juez federal sigue vivo hoy en el penal de San Francisco, donde además se creó un pabellón exclusivo para los jugadores del equipo Los Caranchos.
El Establecimiento Penitenciario Nº 7 de San Francisco inauguró hoy un sector del patio de la cárcel con el nombre de Pablo Gustavo Montesi, en reconocimiento a su legado y el impacto de su proyecto de rugby en el sistema penitenciario. Montesi, quien falleció en agosto de este año, fue el impulsor del equipo de rugby conformado por internos, una iniciativa que trasciende lo deportivo y busca la reinserción social de los detenidos.
En un emotivo acto, se descubrió una placa en honor al juez federal. Montesi entendía que la justicia no se limita a un fallo condenatorio, sino que debe involucrar también la posibilidad de rehabilitar a las personas a través de nuevas oportunidades, según lo destacó Marcos Romero, director del penal local.
La ceremonia contó con la presencia de familiares de Montesi; autoridades judiciales, como el presidente y la vicepresidenta de la Cámara Federal de Córdoba, Abel Sánchez Torres y Graciela Montesi, respectivamente; la jefa del Servicio Penitenciario de Córdoba Carolina Funes; funcionarios provinciales como el ministro de Justicia Julián López, y el intendente Damián Bernarte, entre otros.
"Montesi creía que la justicia debía integrarse a la sociedad desde otro lugar, y así nació este programa de rugby que fomenta la reflexión, la colaboración y los valores", agregó Romero.
El proyecto, iniciado en 2018, convirtió a San Francisco en la tercera unidad penitenciaria de Córdoba en contar con un equipo de rugby. "Los Caranchos", el equipo formado por los internos, es hoy uno de los cuatro equipos carcelarios de la provincia, y su creación fue inspirada por el modelo de Los Espartanos de San Martín, Buenos Aires. Desde entonces, la práctica del rugby se ha replicado en más de 40 establecimientos penitenciarios en todo el país.
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Durante el acto, también se jugó un partido entre Los Caranchos y un equipo del San Francisco Rugby Club en honor a Montesi, quien, desde su adolescencia, estuvo vinculado al rugby en el Jockey Club de Córdoba. El juez jugó y entrenó durante más de 30 años, y su pasión por este deporte fue un pilar en el desarrollo del proyecto en la cárcel.
El ministro Julián López recordó la importancia de la iniciativa, destacando cómo, con el tiempo, este tipo de proyectos maduran hacia la posibilidad de estudiar, capacitarse en oficios y acceder a una salida laboral.
Montesi siempre resaltó que el rugby no solo es un deporte, sino una "forma de vida" que fomenta la integración social. "Este deporte brinda valores, normas y la posibilidad de pertenecer a un grupo", solía decir, convencido de que esta disciplina era clave para la resocialización de los internos.
El legado de Pablo Montesi, quien veía en los detenidos un potencial para cambiar sus vidas, sigue vivo hoy en el penal de San Francisco, donde la creación de un pabellón exclusivo para los jugadores de rugby fue uno de sus logros más significativos. “Este pabellón responde a un criterio de agrupabilidad que es la práctica del deporte”, explicó López.
"Es un deber del Estado garantizar los derechos de los presos, pero también un deber de la sociedad ayudar en su resocialización", había afirmado el juez en varias entrevistas con LA VOZ DE SAN JUSTO, primer medio que presentó a Los Caranchos. Hoy, su visión se materializa en una placa que llevará su nombre por siempre en el lugar donde su anhelo personal sigue cambiando vidas.
“Montesi bregaba por una justicia más reflexiva, más abierta, transparente, participativa y más colaborativa. Era un hombre de íntegras convicciones que trascendían la mera aplicación de la justicia por sí misma - lo recordó Romero- Él creía que la justicia tiene el gran desafío de integrarse a la sociedad desde otro lugar”.
A su turno, Bernarte recalcó la personalidad de Montesi, “su vínculo con Plaza San Francisco, el primer barrio de la ciudad, y su pasión por el deporte. No solo fue un excelente funcionario, era una excelente persona, siempre dispuesto a tender una mano más allá de lo que tenía que ver con su función en el juzgado, un juzgado que desde su llegada recuperó un funcionamiento acorde a las necesidades de una sociedad exigente; que era motivo de orgullo no solo aquí sino también más allá de San Francisco”.