Un pulmón verde en la puerta de la ciudad
Ángel del Bel, agrónomo y profesor de ciencias biológicas forestó casi media hectárea del establecimiento "Don Carlos", en el ingreso a la ciudad. Allí conviven más de 60 especies autóctonas y exóticas con la cría de aves y los vestigios de las más de 800 colmenas demostrando que se puede producir de manera sustentable.
Por Vanina Panero
Combatir el cambio climático es tarea de todos, aunque la conciencia ambiental es materia pendiente para muchos. Pequeñas acciones pueden contribuir a paliar los efectos del calentamiento global que multiplica los fenómenos climáticos extremos -inundaciones y sequías, olas de calor y de frío- agrava los procesos de desertificación y erosión y supone una pérdida generalizada de biodiversidad.
Una de esas acciones amigables con el ambiente es la de Angel del Bel, ingeniero agrónomo y docente jubilado de biología que hace siete años decidió apostar a las nuevas generaciones, dejando como legado un pulmón verde en el ingreso a la ciudad.
Parquizó con más de 60 especies autóctonas y exóticas que conviven con la cría de aves y los vestigios de las más de 800 colmenas que debieron migrar a otros campos producto del desmonte y la desaparición de la oferta floral para las abejas.
Se trata del establecimiento "Don Carlos", ubicado a unos 700 metros en dirección sur de la Autopista sobre la antigua ruta nacional N° 158.
Si bien este espacio sigue cumpliendo la función de
almacenamiento de materiales inertes relacionados a la actividad, se anexo la
actividad avícola, con la cría de gallinas a pequeña escala para la producción de
huevos.
La presencia de vegetales atrae a gran variedad de aves autóctonas que anidan y se alimentan en el lugar. Se trabaja también en la producción de compost como abono propio basado en el trabajo de lombrices californianas sobre desechos orgánicos domésticos.
La proyección a corto plazo es la implementación de invernadero para consumo familiar de productos orgánicos.
De esta manera, el agrónomo demuestra que se puede producir de manera sustentables, dejando un legado a las futuras generaciones y aportando su granito de arena para combatir el cambio climático.
A esta movida ecológica se sumó Gregorio Rojas, vecino de Ángel quien alambró las banquinas de la vieja ruta- aprovechando los espacios abandonados- para el pastoreo natural de sus vacas.
Producir de manera sustentable
"Este espacio ha sido creado hace siete años con una finalidad productiva ya que años anteriores me dedique de manera plena a la actividad apícola donde concentre la producción de unas 800 colmenas", contó Del Bel en declaraciones a LA VOZ DE SAN JUSTO.
"Por otro lado también cumplió una finalidad didáctica donde se concentraba toda la actividad a campo de grupos de Cambio rural dependientes de Inta San Francisco e Inta Brinkmann, con distintas actividades teórico prácticas que requería este compromiso", continuó. Con el paso del tiempo, la apicultura fue desplazada. "Las condiciones ambientales se transformaron : la desaparición de la oferta floral diversa y escalonada que disponíamos los apicultores, o la reducción de los montes autóctonos para dar paso a actividades agrícola ganaderas apuntalada por agroquímicos redujo considerablemente esta noble actividad", explicó.
"En este momento aquí existen más de 60 especies entre autóctonas propias del espinal cordobés que tan devastado está. También especies exóticas ornamentales y aromáticas.", precisó el agrónomo.
Al respecto dijo que "traté de repatriar plantas de distintas partes de América y de nuestro país, desde el norte al sur".
"Se puede vivir con la sustentabilidad a través del tiempo. No todo se tiene que comprar", reflexionó Del Bel.
"Piense globalmente, pero actúe localmente"
Si bien cuida el ambiente es tarea de todos, el sanfrancisqueño reconoce que en su familia existe "una profunda motivación por el cuidado del ambiente".
En este sentido, Del Bel destacó el valioso aporte al ambiente con estas "pequeñas acciones personales".
"Hoy muchas personas que llevan a cabo emprendimientos como este que ayudan a aumentar la conciencia ambiental y el cuidado de nuestra madre naturaleza. Esto permitirá entender cómo influyen las acciones del hombre y como afecta el futuro de nuestro espacio", reflexionó.
En este sentido advirtió que "la falta de conciencia ambiental se traduce en pérdida del potencial natural, desaparición de recursos y degradación de los ecosistemas´, como por ejemplo la contaminación urbana e incendios forestales como los que actualmente están afectando a nuestra provincia.
Citó una frase del escritor Eduardo Galeano: "mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo" e instó a la sociedad a "pensar globalmente pero actuar localmente".
Su aporte a la ley agroforestal
Asimismo recordó que junto a otros colegas de la ciudad y la región trabajó mucho por la forestación de la provincia. "En su momento, desde los grupos de Cambio Rural elaboramos y presentamos un pre proyecto de ley y vemos que algunos de esos puntos están contemplados hoy en la Ley Agroforestal de la provincia de Córdoba", destacó.
"Hoy sólo nos queda un 5% del bosque natural que teníamos, siendo que el resto se transformó en llano para la explotación de cultivos. No podemos dejar pasar el desmonte y después tener que mirar los informes periodísticos con todo lo que está pasando en la provincia y el país rente ea esta gran quemazón", manifestó.
"Con lo que hacemos tratamos de evitar que el fuego nos llegue. Somos un grupo de vecinos que estamos unidos y colaboramos para que eso ocurra, evitando en un cien por ciento los focos de incendios, teniendo en cuenta sobre todo que estamos muy cerca de la ciudad".
Todas, por su nombre
Para la identificación correcta de cada especie colocó cartelería para que quienes visitan el predio pueden conocer el nombre común y la clasificación científica de las mismas, es decir, el género, y especie a la que pertenecen, además, del origen fitogeografico.
En este sentido agradeció la colaboración del técnico agrónomo Hugo Villarreal en la clasificación y distribución de este parque.
Entre las especies nativas- que asegura- son caracterizadas por poseer hojas pequeñas, caducas tallos leñosos y presencia de espinas, se encuetran algarrobo blanco, negro, espinillo y quebracho colorado.
Entre las plantas exóticas, se pueden observar algunas como roble, acacia, ciprés calvo, palmera fénix, álamo piramidal, mora híbrida, magnolia, sauce llorón, lapacho rosado y amarillo, olea texana, junto a cítricos como limonero.
También están cultivos de hierbas aromáticas reconocidas por sus cualidades como tal y condimentaria como el llamado hierba del burro tan utilizado para el mate, cedrón, albahaca, romero, lavanda, menta árabe, citronela, orégano, stevia, incienso entre otras.
El agua, la limitante
Este proyecto tiene algunas limitantes, como lo es el agua. Según contó Del Bel, "el establecimiento posee un sistema de recolección de agua de lluvia, factor abiótico que se aprovecha totalmente. En zonas como la nuestra con variantes estacionales, no se producen lluvias de manera regular a lo largo de todo el año por lo tanto existe un déficit.".
"Este es un problema de todos los vecinos del lugar, como pertenecemos al ejido urbano de la ciudad esto se podrá solucionar con la extensión de la red hídrica potable que hoy abastece hasta la zona de lagunas de tratamientos de líquidos cloacales", señaló.
Un "socio ecológico" para cubrirse de los incendios
Las vacas de Gregorio se encargan de mantener el pasto corto en las banquinas
Los vecinos del lugar se sumaron a la "movida ecológica" que
inició Del Bel en el lugar. Uno de ellos es Gregorio Rojas, un campesino que
aprovecha las banquinas de la vieja ruta para el pastoreo de animales.
Colocó boyeros en estos espacios inutilizados y abandonados y los mantienen junto a los vecinos. "Las vacas hacen su trabajo, manteniendo el pasto corto y a su vez, limpio el espacio evitando en un cien por ciento los focos de incendios sobre todo teniendo en cuenta que estamos cerca de la ciudad", contó Rojas quien cuenta con una vasta experiencia de trabajo en ferias ganaderas y hoy vive de la cría de animales.
Con el paso de la Autopista, los caminos alternativos sobre los que están ubicados estos predios, quedaron inutilizados. "Nadie hace el desmalezado de estos espacios, por lo que nos ocupamos los vecinos. De esta forma mantenemos limpio y a su vez ayudamos al ambiente", sostuvo el campesino de 60 años.
"Puse boyeros por todos lados y todos los días largo las vacas a pastorear", manifestó.