Un justo reconocimiento
La actualización de las pensiones de los bomberos es un reconocimiento que no admite objeciones. Sin embargo, nadie, en ningún cuartel de la provincia, reclamó el pago de un salario. Porque la mayoría de los bomberos cordobeses son voluntarios, no perciben remuneración. Y están orgullosos de que así sea.
Un justo reconocimiento. Así catalogó el actual jefe del cuerpo de Bomberos Voluntarios de nuestra ciudad, Hobey Salvático, a la medida por la cual el gobierno de la provincia otorgará a estos servidores públicos que se hallen en situación de retiro un aumento en las pensiones equivalente a dos y medio (2,5) haberes mínimos de jubilación, dando respuesta a la solicitud formulada en octubre pasado. Esta suba alcanza a unos 350 bomberos retirados en toda la provincia -aunque serán 500 a futuro-y no significa un sueldo sino una pensión a quienes hayan alcanzado los 25 años de servicio voluntario. En el ámbito del cuartel de San Francisco, la medida beneficia a 14 bomberos retirados y a 48 en el departamento San Justo, que empezarán a percibir el aumento desde el mes próximo.
No se puede menos que coincidir con la apreciación del hoy líder de los bomberos sanfrancisqueños. Porque la misión voluntaria en la que se pone en riesgo la vida supone un ejercicio de altruismo y servicio que casi no tiene parangón en nuestra sociedad. Y que, más allá del reconocimiento que cada comunidad hace a sus bomberos voluntarios, requiere que el Estado también contemple decisiones que registren su invalorable aporte.
Lo que en las grandes ciudades y en otros países es una tarea propia de organismos estatales y servidores pagos, en la gran mayoría de las poblaciones argentinas es cubierta por miles de personas que dejan mucho de lado para brindarse por el semejante, para capacitarse en la asistencia en emergencias y en el combate contra el fuego, para entregarse con su ejemplo, decididamente, a la forja de una sociedad mejor.
El gobierno provincial por fin escuchó la demanda de la Federación de Bomberos Voluntarios. Lo hizo luego del enorme esfuerzo se hizo para sofocar los terribles incendios que asolaron las serranías cordobesas este año, los peores en más de una década. Un trabajo a destajo y sacrificado que salvó vidas y bienes y que, también es necesario recordarlo, se hizo en medio de una sequía espantosa, así como en el marco de las limitaciones que impusieron la pandemia y la cuarentena.
Gracias al apoyo de instituciones intermedias y de la ciudadanía en su conjunto, el reclamo de los bomberos hoy pasivos se escuchó. Si bien las cifras no son muy altas y no alcanzan para cubrir los desfasajes de la inflación, no era económico el motivo principal de la demanda. Se requerían gestos oficiales que visibilizaran el trabajo bomberil. Que se constituyeran en un símbolo que valora el esfuerzo realizado y contempla la admiración por el ejemplo dado a la comunidad.
Nadie, en ningún cuartel de la provincia, reclamó el pago de un salario. Porque la mayoría de los bomberos cordobeses son voluntarios, no perciben remuneración. Y están orgullosos de que así sea. No obstante, la actualización de las pensiones que por ley están establecidas es un reconocimiento que no admite objeciones.