Sociedad
Un encuentro esencial para la conservación de aves del país
La 20° Reunión Argentina de Ornitología en Miramar de Ansenuza reunió a más de 550 expertos para debatir sobre la preservación de aves y crear nuevos vinculos.
Desde el martes 24 hasta el viernes 27 de septiembre se llevó a cabo en Miramar de Ansenuza la XX Reunión Argentina de Ornitología (RAO), organizada por Aves Argentinas. El evento implicó un encuentro clave para el estudio y la conservación de las aves en el país y la región. Uno de los ecosistemas más relevantes sobre estos animales es la laguna Mar Chiquita, donde se realizó el evento, y que alberga una rica diversidad aviar.
Laura Josens, representante de Aves Argentinas y coordinadora técnica del encuentro, señaló a LA VOZ DE SAN JUSTO que "se calcula que hay cerca de 370.000 flamencos residentes". Esta cifra sitúa a Mar Chiquita como una de las colonias más grandes en Sudamérica, destacando su importancia para la fauna local.
A pesar de la atracción que ejercen los flamencos, el foco del trabajo de Aves Argentinas de la región se sitúa hacia una especie menos conocida, el Falaropo Común. Según Josens, "tenemos abundancia, con hasta 600.000 individuos registrados. Se calcula que es un tercio de la población mundial que viene todos los años a la laguna a pasar la temporada de verano. A partir de septiembre u octubre llegan y se van entre marzo y abril". Esta ave migratoria realiza un impresionante viaje de 14.000 kilómetros anualmente, volando desde Estados Unidos y Canadá hacia Ansenuza.
La conservación de estas aves y sus hábitats resulta fundamental para mantener el equilibrio ecológico. En la actualidad no hay especies que estén en peligro de extinción, aunque existen varias que están catalogadas como vulnerables. Josens menciona que "quizás lo que está sobre todo en peligro son los ambientes".
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Según la coordinadora del encuentro, los lagos salados como Mar Chiquita son ecosistemas únicos y presentan una serie de desafíos, como sequías, mala gestión del agua y la utilización de recursos hídricos para consumo humano, agricultura e industria. Por ese motivo, uno de los enfoques de estas organizaciones como el Departamento Científico de Aves Argentinas está en “la protección del ecosistema para asegurar las poblaciones de aves que existen en estos lugares”. Para que se logre, es importante la colaboración entre investigadores y organizaciones no gubernamentales para desarrollar programas de conservación que sean efectivos, y que se puedan dar a conocer, como sucede en la RAO.
Uno de los objetivos de la RAO es, precisamente, buscar fomentar entre sus charlas, conferencias, talleres o simposios, la participación de la comunidad científica promoviendo el intercambio de ideas y la colaboración en proyectos de investigación. “La reunión se da en un ambiente muy relajado. Es académico y trata temas serios, pero también es un ambiente muy fraterno, que sirve para hacer conexiones, vínculos, de eso se tratan estas jornadas”.
La atmósfera del congreso permite a las personas que se acercan a aprender y conectar con otros profesionales del campo, creando redes de apoyo y colaboración. Allí, la difusión de información es esencial. “Al final de la reunión se emite un libro de resúmenes con todos los trabajos presentados en las charlas, que está disponible en la web y es gratuito. Allí se pueden ver los trabajos que se están realizando, entender en qué estamos en materia de metodología en las distintas disciplinas” subrayó Josens.
A través de este congreso, que inició en 1973 en Vaquerías con apenas 20 personas, se pone en relieve la interconexión entre las investigaciones científicas. Hoy, la XX RAO creció exponencialmente, con la participación de más de 550 asistentes en Miramar de Ansenuza.