Un Día de Reyes: la ilusión de los sanfrancisqueños sigue intacta
El ritual se repite todos los años y llena de ilusión a chicos y grandes. Preparamos el pastito, el agua, buscamos un lugar estratégico: el patio, porque los camellos no pueden entrar a casa; o debajo del arbolito de Navidad -que sigue armado- ya que los camellos también son mágicos y no tendrán problema para entrar a la sala. En el lugar elegido dejamos los zapatos esperando un regalo.
Hoy
6 de enero se celebra la entrañable fiesta de los Reyes Magos que en
la historia de la fe cristiana se llama de la Epifanía o la
manifestación del Señor, porque es la primera expresión de la
llegada de Jesús. Un día en el que se mantiene intacta la ilusión
y la sensación de que algo fantástico y fuera de nuestra normalidad
llega a traernos esperanza.
No hay emoción más grande que saltar de la cama a la mañana y descubrir qué nos dejaron en los zapatos. Los regalos del Día de Reyes son mucho más que objetos o juguetes, a los grandes nos llevan a los recuerdos de la infancia y a los chicos, a vivir la magia de la inocencia.
En este día tan especial, en el que los Magos de Oriente vienen de visita a nuestras casas, LA VOZ DE SAN JUSTO quiso contar la experiencia de tres sanfrancisqueños de distintas edades, Osvaldo Antonio Anselmi de 72 años, Magalí Mansilla de 8 y Melisa de los Ángeles Pérez de 30. Ellos reflejan en sus historias la esperanza, la inocencia y el amor familiar.
Osvaldo invitó a todos a seguir esperando a los Reyes con ilusión
Una bicicleta y la esperanza de no perder la ilusión
Con la sabiduría de quien ha vivido muchos años, Osvaldo -que reside hace siete meses en el Hogar de Ancianos Enrique J. Carrá- recordó anécdotas vividas en este día mágico cuando era un niño.
"Los Reyes son lindos, cuando era chico, en el Día de Reyes había más regalos que en Navidad. Me acuerdo que el mejor regalo que me trajeron fue una bicicleta cuando tenía unos 7 años, fue una alegría enorme porque se la pedí y me la trajeron. Otra vez me trajeron un par de zapatos nuevos", recordó emocionado.
Osvaldo reflexionó sobre esta celebración y se mostró esperanzado en que todos sigan esperando a los Reyes con ilusión. "Les digo a los chicos y a los grandes que celebren en este día y no pierdan la esperanza porque eso también traen", afirmó.
La inocencia de Magalí y la ilusión por la visita de los Reyes
La inocencia de una niña
A Magalí se le iluminan los ojitos cuando habla de los tres Reyes Magos y contó que todos los años espera su llegada preparando todo en el patio, donde pone sus zapatitos y porsupuesto el pasto y el agua para que los camellos descansen y coman algo en su largo viaje.
Este año les pidió una muñeca especial. "Me gustaría una muñeca que hable, llore, tenga chupete, pelo largo, duerma y tenga un peine para peinarla. Espero que me la traigan", dijo contenta.
Contó que los Reyes siempre cumplieron y que el mejor regalo que le trajeron años anteriores fue un unicornio de peluche. "Me gustan mucho los unicornios y ese regalo me encantó", recordó.
Melisa junto a sus pequeños Malena y Mateo. "La reunión en familia y el amor es lo más importante, que esté presente no solo en cada hogar sino en toda la Argentina"
El amor y la unión de la familia
Hoy Melisa ya es mamá, de Malena y Mateo. Para ella el Día de Reyes representa el amor y la unión familiar ya que pasaba ese día junto a sus cinco hermanos. "Disfrutábamos la llegada de los Reyes con mis hermanos. Siempre esperábamos la pileta de lona y cuando era muy chica, tenía unos 6 años, finalmente la trajeron. Ese año fue un solo regalo para todos porque era grande, fue inolvidable", recordó.
Melisa afirmó que aunque ahora ella y sus hermanos son grandes, con sus familias siguen manteniendo la costumbre de poner los zapatos, el pasto y el agua para los camellos. "La reunión en familia y el amor es lo más importante, que esté presente no solo en cada hogar sino en toda la Argentina", reflexionó.