Sociedad
Un clásico solidario: cada año, Raúl le da vida a los Reyes Magos
Este sanfrancisqueño destina parte de su jubilación a comprar juguetes que luego reparte a cambio de sonrisas. Una infancia con carencias y una anécdota movilizadora con la Madre Teresa de Calcuta motivaron un gesto de amor al prójimo que lleva 27 años.
Una vez más, como desde hace 27 años, Raúl Robledo trajo a San Francisco la ilusión de los Reyes Magos. A sus 76 años, cada 6 de enero personifica a uno de los tres magos que llegaron desde Oriente para alabar al niño Jesús que recién nacido aún permanecía en el portal de Belén junto a sus padres, María y José.
De los tres reyes magos, él siempre elije personificar a Baltazar. La razón la explica con mucha simpleza y humor: “¡Porque soy negro!”. En cuanto a Gaspar y Melchor, ese rol siempre lo desempeñan dos vecinos que acompañan al rey Raúl en esta tarea que tiene como principal recompensa la sonrisa de un niño o un adulto mayor.
En esta ocasión, el matrimonio de Fabián Re y Mariana Prelazzi, vecinos de Raúl, conformaron este trío de magos que regala alegría y felicidad.
En la tarde del viernes, los Reyes se adelantaron para llevar a cabo una visita en el Hogar de Ancianos “Diehl de Sienra” donde sus residentes adultos mayores se alegraron de ver a este trío de magos llevando regalos y sobre todo, amor al lugar.
Este sábado, los regalos llegarán a la Asistencia Pública y al Hogar de las Hemanas de la Caridad, en Frontera, por la mañana, mientras que por la tarde, visitarán el Hogar de Ancianos “Enrique. J. Carrá” y el Hospital Regional “J. B. Iturraspe” para terminar su recorrido en la Plaza 1º de Mayo, donde seguramente serán recibidos con mucho cariño por los niños, y no tan niños, que se encuentren en el lugar.
Año tras año, Raúl o el ‘Negro Baltazar’ compra juguetes para regalar en esta fecha tan especial y para ello va destinando mensualmente una parte de sus recursos económicos y de esa manera, al transcurrir el año, como ahora, ya cuenta con unos 200 juguetes para regalar.
El inicio de su historia como Baltazar
Corría el año 1982 y San Francisco y Frontera vivieron un acontecimiento único e irrepetible: la visita de la madre Teresa de Calcuta, hoy canonizada por el Papa Francisco quien la declaró santa.
“Tuve la bendición de Dios de haber conocido a Madre Teresa cuando visitó Frontera. Estuve con ella y me pasó algo muy fuerte ya que empecé a ver la vida de otra forma –contó Raúl a LA VOZ DE SAN JUSTO-. Empecé a destinar dinero de mi bolsillo para comprar juguetes porque entendía que era una manera en que los niños puedan tener una sonrisa en esa fecha tan especial”.
Si bien hoy está jubilado, explicó que “cuando trabajaba, destinaba el 10 por ciento de mi sueldo, todos los meses, para comprar juguetes y luego lo seguí haciendo con mi jubilación”.
“En mi vida de niño tuve dos juguetes. Uno que me compraron mis padres, era un autito. El otro fue un juguete que en su momento repartía el gobierno de Perón”, recordó.
En todos estos años de altruismo, Raúl también tuvo “ayuda de la municipalidad en los distintos signos políticos de los últimos tiempos que colaboraron con juguetes o bien con dinero para comprarlos”.