Turismo en Playa Grande: el resurgir del pueblo que se hundió hace 41 años
La otra Miramar. A 13 kilómetros de Marull, sumergido en la naturaleza, arenas finas y atravesado por la laguna Mar Chiquita, el pueblo que logró su mayor auge en 1950 y que en 1977 fue tragado por el agua, busca repoblarse de la mano de familias pioneras que apuestan al mercado turístico y la dotación de más servicios. Hasta viajeros internacionales detienen allí su motorhome para contemplar las bondades de Ansenuza.
Playa Grande, en la costa este de la laguna Mar Chiquita, a 13 kilómetros de Marull, tras haber sido tragado por el agua en 1977, quiere resurgir y volver a ser un pueblo, aprovechando las bondades naturales de la región de Ansenuza.
El balneario que eligen hasta viajeros extranjeros, cuenta con siete viviendas y el deseo de sus pocos habitantes es repoblarlo.
La inundación no detuvo el amor que un visionario, Mario Gay, tiene por este lugar, donde construyó y reconstruyó su casa más de una vez, luego de que el avance del agua se interpusiera en su deseo de vivir en la paz y la naturaleza, donde no hay energía eléctrica y eso quizá, lo hace aún más atractivo para muchos turistas que veranean en "el mar cordobés".
La arena de su playa, la inmensidad del paisaje y la avi-fauna invitan a vivir una experiencia fascinante.
Hasta el motorhome de viajeros suizos y alemanes se detuvieron durante algunos días en este destino de nuestra región que hoy busca renacer de la mano del turismo, pero hace cuatro décadas era famoso por su producción de pieles y carne de nutria.
El paisaje natural, el principal atractivo para los
visitantes
El desafío de refundar
La epopeya de refundar el pueblo comienza en los mismos años 70, cuando Mario Gay -que actualmente reside en Brinkmann- compra una precaria casa con un predio de 18 hectáreas perteneciente a Héctor Ceppi, un reconocido odontólogo cordobés oriundo de la zona de Playa Grande.
Así, Gay junto a su esposa y familia emprenden el desafío de refaccionar y ampliar esta vivienda que hoy disfrutan sus hijos y nietos. Pero no fue tan sencillo llegar hasta allí, ya que en el año 2000 fueron víctimas de una nueva crecida que les llevó su vivienda.
A pocos metros se encontraba otro inmueble- cuya construcción fue autorizada por el propio Gay- y que hoy ocupa Zuny de Carena junto a su esposo, ambos habitantes de Marull quienes también perdieron su casa por el avance del agua, dos años después. "Si
bien el agua se tragó las casas, lo que más nos gustaba del lugar seguía
existiendo, por lo que decidimos ahorrar durante dos años y volvimos a hacer
nuestra casita. Esto contagió a Mario Gay, quien replicó la iniciativa y
construyó nuevamente su vivienda en Playa Grande", expresó Zuny a LA VOZ DE SAN JUSTO. "El tiempo pasó y por su edad, Mario-
quien hoy tiene 97 años y reside en Brinkmann- ya no podía mantener todo ese
espacio sólo, por lo que me encomendó buscar gente amante de la naturaleza para
ceder terrenos con el objetivo de que hagan algo en el lugar y se comprometan a
ir, cuidarlo y mantenerlo. De esta manera, se fue poblando este predio que hoy
abarca siete construcciones", continuó la vecina de Playa Grande. Según comenta Zuny, en Playa Grande no
hay energía eléctrica ni servicio para los visitantes. Quienes allí residen o
utilizan las casas para veraneo o descanso, cuentan con pozos de agua y paneles
solares. "Nosotros vivimos un poco aquí y otro
poco en Marull. Amamos Playa Grande por la tranquilidad, la paz y la naturaleza
del lugar", aseguró Zuny. "Es un lugar fuera del mundo, al cual todavía
no llegaron las cosas de la civilización. Lo más bello que tiene es la mar; ver
cuando sale y se pone el sol; así como también la luna que se refleja en el
espejo de agua; poder bañarse hasta de noche sin ningún tipo de peligro;
contemplar la naturaleza en su estado original y saber que nada malo te va a
pasar". "Sabemos que la tranquilidad se va a
terminar cuando llegue la energía eléctrica, ya que muchos van a querer vivir
aquí o bien instalar algún boliche o negocio. De hecho, aquí cerca hay un sitio
que están loteando y creemos que cuando llegue la luz eléctrica, será un lugar
ideal para vivir. Seguro está destinado a ser un lindo pueblo", reconoció. Zuny destacó que Playa
Grande se ha transformado también en un atractivo para los viajeros
extranjeros, siendo que este verano ya pasaron
unos cuatro motorhome de turistas suizos y alemanes que la eligieron
para quedarse a descansar unos días. "Este año hay una playa de arena preciosa
porque la mar se retiró. El agua que viene del Río Plujunta no se va para
Miramar sino que viene para Playa Grande, por lo que las playas son muy bellas",
manifestó Zuny. Playa Grande brilló con luz propia en la
década del 50 cuando atraía con sus carnavales y su fiesta patronal que se
celebraba cada 24 de septiembre en honor a la Virgen de la Merced, nombre que
llevaba la capilla del pueblo y cuya imagen fue donada en 1945 por una
inmigrante italiana de apellido Ervetti, muy devota a ésta. "En los años '20, Playa grande era un
campo donde había cortaderos de ladrillos y luego se transformó en una zona de
criaderos de nutria, apareciendo el primero en el 1927 de la mano de un
inmigrante ruso. Muchos se entusiasmaron y siguieron con este gran negocio que
le dio un gran desarrollo al pueblo hasta 1945, cuando se inició la guerra y
cayó la demanda de pieles", relató Zuny, quien rescató estas historias, las
cuales fueron publicadas en un libro, entre los que se encuentra el testimonio
del doctor Ceppi, quien fuera el dueño de los terrenos en los que ahora Playa
grande busca refundarse. Continuando con su relato, Zuny comentó
que cuando cae la producción de nutrias, esta zona pasó a ser productora de
frutas (como mandarinas, naranjas, limones) y quintas de verduras que abastecía
a las verdulerías de Marull. "En ese entonces, la gente de afuera venía
a Playa Grande para embarrarse y secarse al sol , por las propiedades terapéuticas
que tenía el barro, sobre todo para los que sufrían de reuma", manifestó. "Tiene que haber sido un pueblo grande ya
que tenía una escuela, iglesia, peluquería y hasta su propia comisaría", señaló
la vecina marullense. "En
1937, un visionario italiano construyó un gran hotel en Playa Grande con todo
el riesgo que implicaba el avance de la mar", recordó Zuny. El hotel contaba
con pista de baile y energía propia (generadores). Mario Gay fue el precursor en la idea de
refundar el pueblo, a partir de la compra dela vivienda que tenía allí el
doctor Ceppi junto a un terreno de 18 hectáreas, el cual hoy es ocupado por
otras seis viviendas. Oriundo de la localidad santafesina de
Esperanza, Gay llegó a Brinkmann a sus 25 años para conocer a quien fuera luego
su esposa. "En ese entonces comencé a viajar por los
tambos de la zona junto a mi suegro y así conocí Playa Grande. En los años 60,
viajábamos y nos instalábamos varios días allí para disfrutar de la mar y la
naturaleza". En este sentido, recuerda que "los
primeros años que fuimos había una parrillada y un camping, que había sido
construido durante la gestión del intendente marullense Guido Viotti, a lo que
sumó una pileta olímpica de natación a la que iban todos los marullenses". "El doctor Ceppi era nativo del lugar
pero luego se fue a vivir a Córdoba y nos ofreció la casita que tenía en Playa
Grande. Se trataba de una vivienda precaria que arreglamos, hicimos
plantaciones, un parque y un galpón, pero cuando vino la creciente se llevó la
mitad del terreno que habíamos comprado". "En ese momento sólo quedó la vivienda de
la familia González, los únicos
originarios del lugar que residían al lado de la iglesia", rememora Gay a sus
97 años. "Empeñados en recuperarla, años después
volvimos a construir otra vivienda 150 metros más arriba, la cual hoy disfrutan
mis hijos, nietos y bisnietos", comentó Gay, que asiste esporádicamente a Playa
Grande. La otra Miramar
Playas de arena fina a orillas del "mar cordobés"
Sin electricidad, "un lugar fuera del mundo"
Atrae a extranjeros
Desde épocas remotas, este sector de la costa de
Ansenuza ya era elegido para veranear
Su esplendor antes de la inundación
Los recuerdos de Mario
Gay, pionero en la zona
Un lugar para disfrutar en familia
El municipio, a través de la dirección de
Turismo, trabaja en la refuncionalización de Playa Grande, donde cada semana se
realiza la limpieza de la playa y se mejoró la accesibilidad a la misma, ya que
se ingresa por un camino rural. El próximo paso será recuperar los
servicios con que contaba el lugar para sus visitantes. "Lo que se hizo es una recuperación de la
playa, refuncionalizando la infraestructura que había como quinchos y asadores,
rastrillado la playa una vez por semana, ya que la laguna- de acuerdo al
viento- lleva o trae todo el desperdicio", expresó a LA VOZ DE SAN JUSTO Fabio
Boetto, director de Turismo de Marull. En tanto reconoció que "el desafío es
ahora la dotación de servicios como duchas con surgentes propias, accesos,
sanitarios, que es en lo que estamos trabajando". Al respecto, explicó que "una arquitecta
está trabajando en ello para desarrollando el plan que nos permita recuperar
los servicios en el lugar". Asimismo, Boetto destacó que "en los próximos
meses estaríamos en condiciones de incluir a Playa Grande dentro ejido urbano
de Marull, lo cual nos va a permitir intervenir directamente en el lugar con
mayores recursos". En cuanto a la recuperación de la
infraestructura existente, Boetto dijo que la escuela que funcionaba fue
reconstruida a 2.500 metros de su lugar originario y cumplirá 75 años, ahora
con carácter de escuela rural y anticipó que " vamos a hacer una pequeña capilla que
reemplazará a la iglesia que se llevó el agua en los '70". Consultado sobre el turismo en el lugar,
Boetto dijo que "pasamos de tener pequeñas visitas de gente del pueblo a entre
30 y 40 vehículos por día con turistas de distintos lugares, inclusive, mucha
gente que está veraneando en el Mar de Ansenuza viene a conocer Playa Grande, a
pasar el día, ya que lo hemos incluido en el mapa turístico de la provincia". "Se trata de una playa virgen, con
naturaleza pura donde no hay contaminación, ni olores de ningún tipo, además
del avistaje de aves con más de 600 autóctonas", resaltó el funcionario
municipal. Finalmente, el director de Turismo dijo
que "la gastronomía y la pesca es nuestro fuerte por lo que nos preparamos
también para la temporada de invierno, tanto en Playa Grande como Laguna del
Plata".El municipio busca dotarla de servicios