"Tito” Lamberti, el portero del San Martín, que tiene su monumento
Muy pocas personas en nuestro país con este oficio recibieron este reconocimiento. La iniciativa fue por parte de un grupo de amigos del portero, quienes buscan destacar sus valores y que las nuevas generaciones lo sigan recordando.
Por María Laura Ferrero | LVSJ
Olé, olé,olé...Tito...Tito... olé, olé, olé...Tito...Tito... aseguran los memoriosos del Colegio San Martín que se escuchaba cada vez que el portero Eusebio "Tito" Lamberti aparecía en un acto a leer un discurso o entregar un diploma a un flamante egresado.
"Tito" era algo más para los jóvenes que en ese momento transitaban las aulas. Además de encargarse con sus otros compañeros porteros de la limpieza, él silenciosamente dejaba cada día una frase escrita en el pizarrón para motivar la jornada.
Eso caló tan profundo en esta comunidad educativa que en aquellos tiempos donde todavía no era tan fuerte la instalación del "gabinete pedagógico" en las escuelas y llamar por teléfono era casi una proeza o algo muy caro, la conversación cara a cara o el consejo de un amigo era lo mejor que te podía pasar... y en el San Martín todos tenían a "Tito", que siempre tenía la palabra justa y te brindaba su amistad.
Por iniciativa del grupo "Unidos por Tito", en la jornada de ayer se inauguró un monolito memorial en homenaje a este portero que dejó una importante huella en toda esta comunidad educativa y a muchos sanfrancisqueños que tuvieron la dicha de cruzarse con este tan querido y recordado personaje, quien falleció en mayo pasado a los 85 años.
Edgardo Benvenuto, uno de los integrantes de este grupo, contó a LA VOZ DE SAN JUSTO que la idea de este monumento fue de Antonio Di Monte - otro miembro-, que se puso en contacto con el escultor y profesor Damián Bolaño para que realizara esta obra.
No quiero hablar de estadísticas pero creo que muy pocos porteros en nuestro país tienen tan importante reconocimiento y eso habla de la calidad humana que siempre tuvo Lamberti.
La escultura fue colocada en una de las fachadas del colegio -sobre Pasaje Champagnat sur- y se observa la figura del querido portero y un recuerdo de cuando dejaba sus frases en el aula.
En el acto ayer estuvieron algunos de los integrantes del grupo junto a los directivos del colegio y las colegas de Tito cuando él era portero. También, se contó con la participación de la banda lisa que con su actuación dio su broche destacado en este sencillo pero emotivo homenaje.
Aclamado por los alumnos
Sara Juárez, ex profesora de Francés del San Martín, fue una de las que contó cómo lo aclamaban los estudiantes en cada acto. "Era muy gratificante llegar al aula y encontrar la frase de "Tito" en el pizarrón. Ningún alumno se animaba a borrarla en todo el día", recordó la docente jubilada. "Me parece que todavía escucho ese olé, olé, olé... "Tito"... "Tito"... en los actos... era admirable como los chicos lo adoraban", agregó Juárez.
Ana Ester Bosco, otra integrante de los amigos de Tito, contó que sus hijos fueron ex alumnos del Colegio San Martín y que es admirable la "huella" que él dejó en varias generaciones de jóvenes que pasaron por este establecimiento. "Me llamaba la atención que en los actos de egresados cuando "Tito" entregaba un diploma era ovacionado por todos. Yo siempre remarcaba que era el más elegido y algunos me decían que "Tito" no ponía notas... creo que no pasaba por ahí sino en su calidez humana que siempre lo destacó de los demás", apuntó Bosco.
El grupo "Amigos por Tito" fueron el motor
para la ejecución de este monolito que inmortaliza al portero
Monumento
a la amistad
Raúl Ludueña fue uno de los contó una anécdota de por qué "Tito" se merece esta monumento a la amistad. "En 1978, yo era jugador de básquet del club El Tala y "Tito" era mi entrenador. En esa época caí enfermo y lo que tenía solamente se curaba con el reposo. Estuve 100 días en cama y todos los días venía "Tito" y me traía una novela policial y se ponía a charlar conmigo sin importarle el contagio", relató.
En la misma sintonía, lo recordó Dante Camusso, quien tuvo la suerte de tener una amistad de casi 50 años con el portero más conocido del San Martín. "Para mí su amistad fue un privilegio y agradezco este homenaje", apuntó.
A Lamberti y a Eduardo Vila los unió la pasión por Boca, el cuadro de sus amores. "Yo y mi hijo somos fanáticos y "Tito" era el único autorizado para venir a ver los partidos en casa", afirmó este sanfrancisqueño, quien también indicó que este monumento no puede estar en mejor lugar que este colegio tan querido y donde fue feliz tantos años su amigo. "El San Martín era muy querido por "Tito" y seguro que él hubiera querido estar acá también", indicó.
Carmen Acuña, es integrante de este grupo, y ella junto a un grupo de colaboradores de su geriátrico fue quien cuidó a "Tito" en los últimos años de su vida. "Yo en particularidad y mi equipo de trabajo estamos muy contentos de habernos cruzado con esta persona tan buena, llena de valores y con tantas enseñanza. Todavía encontramos escritos que nos dejó guardados en cuadernos y en diferentes lugares con sus frases y pensamientos", finalizó.
Identidad del San Martín
"´Tito´ es parte de la identidad de nuestro Colegio. Es importante este monolito para las nueva generaciones lo conozcan y sepan el legado que nos dejó", respondió Silvana Romagnoli, directora del Colegio Superior San Martín.
La docente indicó que "Lamberti forma parte de la historia de esta institución y es importante recordarlo por su calidez humana y los valores que llevó durante toda su vida". "Él siempre nos acompañaba y aunque estaba jubilado siempre recordaba las fechas importantes y nos traía las tarjetas con su frases. Ni en pandemia paró y nos pasaba las cosas por debajo de la puerta", recordó Silvana.
"Para nosotros "Tito" no se fue porque guardamos sus frases. Nos gustaría en un futuro poder clasificarlas y dejarlas como parte de su legado. "Tito" no se fue porque nos sigue acompañando con estas palabras y ahora con el monolito memorial en la fachada del colegio", finalizó.