Martín Llaryora
“Tenemos que trabajar unidos y en conjunto porque lo que se viene va a ser muy difícil”
Llaryora asumió como gobernador de la provincia en nuestra ciudad ante una multitud que se dio cita en el Superdomo. El sanfrancisqueño pronunció un discurso emotivo y se comprometió a luchar por las obras públicas, así como la salud y la educación.
El sanfrancisqueño Martín Llaryora asumió formalmente como gobernador de la provincia de Córdoba este domingo en un acto que se llevó a cabo en el Superdomo. El ex intendente de nuestra ciudad recibió los atributos de parte del saliente Juan Schiaretti y pronunció un discurso emotivo, enfocado en los agradecimientos pero también con un mensaje político claro: su compromiso en defender la educación, la salud y la obra pública.
Llaryora llegó al Superdomo junto a Schiaretti y ambos fueron recibidos por el intendente Damián Bernarte, quien dio la bienvenida a la comitiva: “Estamos aquí reunidos para agasajar al primer ciudadano de San Francisco, luego de 137 años de vida de nuestra ciudad, que ha sido electo por el pueblo para gobernar nuestra querida provincia de Córdoba. Orgullo, gratitud, felicidad de parte de nuestra comunidad. Gracias por todo lo que nos han dado, gracias por todo lo que vamos a hacer juntos”.
Tras recibir la banda y el bastón, Llaryora despidió a Schiaretti con sentidas palabras: “Quiero que todos sepan que cuando ganamos el municipio, San Francisco era una de las ciudades más endeudadas de la Argentina. Y Juan me dijo ‘no solo te voy a dar una mano, te voy a dar las dos para salir adelante’. De ahí en más siempre estuvo al lado nuestro: no hay una obra en la ciudad en la cual Juan no haya colaborado”.
“Juan: quiero que sepas que no soy un gobernador nuevo que va a despedir a uno que se va. Soy un gobernador que nunca te va a despedir porque para mí siempre serás un gran amigo”, expresó antes de acompañarlo en su salida.
El discurso
Llaryora, visiblemente feliz y conmovido por dirigirse a gente que lo conoce de toda la vida, comenzó su alocución expresando: “Quiero agradecer a quienes vinieron de afuera. Habrán notado que, como Córdoba, San Francisco está cada día más linda. Se van a dar cuenta que tiene muchas cosas buenas, pero la mejor es su gente”.
“Quería compartir este momento con mi casa grande, que es San Francisco. En mi casa siempre se enseñó a ser buen tipo, ser buena persona. Y para ser buena persona debés ser agradecido. Eso me enseñaron de chiquito. Y uno no puede ser agradecido si se olvida de donde viene. Yo vengo de acá, soy producto de todos ustedes. Del barrio que me crio, de los amigos de la infancia, del colegio, acá está la directora. Estudié en la escuela pública, la escuela Núñez, fui a la Escuela del Trabajo, jugué en distintos clubes. Por eso quería compartir esto con ustedes, porque fueron quienes me dieron mi primer envión”, agregó.
Hubo momentos para bromas, como cuando contó: “Muchos no saben que soy técnico en electrónica. Cuando tengan un televisor o algo… Estudié en una escuela técnica, soy producto de la educación pública. Me crie en los clubes, en las plazas, por eso se preguntan por qué ayudo a los clubes, por qué arreglo plazas. ¡Porque no me olvido!”.
Repasando con la mirada al público que seguía su discurso, Llaryora hizo un párrafo especial: “Veo a las mujeres con las que hicimos las primeras mateadas. Hoy en Córdoba me preguntan ¿qué son las mateadas? Salíamos a matear, a timbrear. Hoy creen que la militancia es algo nuevo, que salir a hablar con la gente es algo nuevo. Lo empezamos a hacer aquí”.
En ese sentido añadió: “Llegamos al municipio en un momento de crisis, como también me tocó en la ciudad de Córdoba. Tuvimos que tomar decisiones difíciles, complejas. También desde lo personal, porque uno cuando toma medidas no las toma alegremente, pero sí las toma decidido. Como ese padre que a veces a su hijo le dice que en vez de ir a jugar se quede a hacer los deberes. A veces ese niño se enoja, pero ese niño aprende y tiene en la educación un mejor futuro”.
“Hoy el fruto de esas medidas es un constante crecimiento, que luego continuó Ignacio y que hoy lo sigue increíblemente bien Damián Bernarte”, aseguró.
En ese sentido ejemplificó con la obra del Superdomo: “Esto era un galpón abandonado que el colegio no había podido terminar. Estuvo años abandonado, a la mitad, y hoy es un lugar de encuentro, de deporte, de cultura, que lo pone a San Francisco en la meca del espectáculo. Como otras obras que hicimos con Ignacio y con el Peta como la Tecnoteca, el Centro Cultural, los desagües, las obras, las cloacas, las escuelas. En todas esas cosas hay un pedazo de nosotros y un tiempo que le resté a la familia. Que valga como perdón”.
En otro momento emotivo, expresó: “Sin el apoyo constante que ustedes me dieron en cada una de las elecciones, hoy yo no estaría aquí. Esto es parte de ustedes. Nunca me fui de San Francisco, no me voy a ir nunca. Espero estar siempre y el día que me muera quiero que me entierren acá, porque esta es mi comunidad, mi familia, mi ciudad”.
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El mensaje político
Llaryora habló de los ejes de lo que será su gobierno, se mostró abierto al diálogo, pero aseguró que no le temblará el pulso a la hora de tomar medidas difíciles.
“Estoy convencido de que distintos partidos, distintos sectores, en una sociedad compleja, nos suman visiones y esas distintas visiones nos dan la posibilidad de tener nuevas alternativas, de nuevas soluciones para viejos problemas. Pero si no estamos dispuestos a salir de la grieta, si no estamos dispuestos a –como decía José Manuel- a construir puentes en vez de trincheras, va a ser muy difícil que la Argentina pueda salir adelante”, expresó.
Y luego continuó: “Soy una persona de diálogo, que va a estar siempre buscando acuerdo, pero con la firmeza siempre para tomar las decisiones que haya que tomar en estos momentos difíciles. Les quiero agradecer por el acompañamiento y los consejos. Vamos a estar escuchando a todos los sectores, esa es la orden que tiene mi gabinete. Veo a muchos intendentes jóvenes. ¡Qué momento les tocó para gobernar!, ¿eh? Pero quédense tranquilos porque van a tener un gobernador que no les va a dar una mano, les va a dar las dos manos para que puedan hacer una gestión exitosa”.
En otro pasaje de su alocución habló sobre el presidente Milei: “Pidamos a Dios que ilumine a nuestro presidente, que ilumine a Javier Milei. Yo espero que le vaya bien, porque si le va bien a él, la va bien a la Argentina. Voy a acompañarlo en lo que pueda, para darle gobernabilidad y que podamos hacer las reformas necesarias para que nuestro país se encamine”.
También se refirió a un tema clave: la obra pública. “Como hombre del interior del interior, digo que tenemos que rediscutir lo obvio. Hay cosas obvias como la obra pública. Cuando vivís en la Capital Federal o en alguna de las grandes ciudades parece algo normal. Muchas veces las puede hacer el sector privado, porque hay volumen, porque hay negocio, porque hay rentabilidad. Cuando vas entrando hacia el interior del interior y empiezan a desaparecer los grandes conglomerados, ahí el mercado no existe. Ahí es solo la economía necesaria. Los pueblos necesitan de las cooperativas, de las mutuales y del Estado presente. Las obras no solo generan trabajo, sin ellas no hay progreso”, aseguró.
En ese sentido indicó: “Yo he visto en carne propia el progreso de las obras. Cuando le ponés el agua potable a un vecino, cuando llega el gas, las cloacas, cuando se pavimentan los caminos. Las obras no son solo obras: son progreso. Es por eso que voy a continuar, más allá de esta crisis, con las obras que inició nuestro querido gobernador Juan Schiaretti. Voy a hacer lo posible y lo imposible para que en conjunto con las cooperativas y las mutuales podamos seguir haciendo obras en cada uno de nuestros pueblos, en cada uno de los rincones de nuestra querida provincia. Queremos que las obras vayan a donde está la gente y no que la gente vaya donde están las obras”.
“Sin educación no hay progreso, no hay futuro. Tenemos que trabajar unidos y en conjunto porque lo que se viene va a ser muy difícil. Pero sepan que no voy a parar de invertir en educación pública y en salud pública”, añadió.
Finalmente aseguró: “La Argentina tiene un futuro mejor, de eso estoy convencido. Me tocó campear otras crisis, en San Francisco y en Córdoba. Ahora sé que en la provincia me toca otro desafío. Tengan la certeza que voy a ser el mismo Martín de siempre, que voy a tomar las decisiones que haya que tomar. Entendiendo siempre que van a ser en beneficio de nuestro pueblo. Le pido a Dios que nos libere de las piedras que se interpongan en nuestro camino, nos haga fuerte y nos ilumine para construir una Córdoba que no pare, ese faro productivo del interior, que le muestra a la Argentina un camino posible para que nuestro país sea cada vez más grande”.