Entrevista
Sofía Caggiano: talento for export
La joven bailarina fue seleccionada para formar parte del elenco de una compañía de entretenimiento para hoteles en Turquía. En ese país, demostrará el talento y profesionalismo que ha aprendido en nuestra ciudad desde pequeña.
Muy pocas veces en la vida surgen oportunidades como esta. A veces, las dejamos pasar y otras, con valentía, sin miedo y confianza, se pueden tomar como un desafío y una experiencia imborrable; tal vez la consagración o el verdadero premio a tanto esfuerzo y sacrificio puesto.
Este es el caso de Sofía Caggiano, la joven bailarina de 24 años del barrio Vélez Sarsfield que fue seleccionada para ser parte del elenco de una empresa de Turquía dedicada al entretenimiento por siete meses. Ella, junto a otros grandes talentos del mundo, atravesó las audiciones con creces y volará para mostrar su capacidad frente a viajeros y turistas que visiten el hotel donde trabajará. Para Sofía, “Antes de la pandemia tuve varias oportunidades de viajar afuera del país gracias a la danza y después se frenó ese estilo de vida que llevaba”.
“Este es un contrato que hace mucho tiempo que estoy buscando, porque siempre tuve el objetivo de que me pagaran por bailar, y que además sea en otro país es un sueño. Siento y espero que sea la puerta para nuevas oportunidades y experiencias”.
Haber logrado el objetivo tiene su desafío. “Estar tantos meses afuera y la responsabilidad del contrato, que el trabajo depende totalmente de mi cuerpo, es el mayor desafío de esta experiencia”.
Ser una
Enamorada de lo suyo, Sofía argumentó que “el baile no es algo separado de nosotros. Las personas, cada uno de nosotros, somos danza aún así nunca hayas bailado, tu forma de vivir, de moverte, de relacionarte. Todo es danza”. Por eso creo que “no hay dos ´Sofías´. Soy yo en todo momento y toda actividad, así esté bailando o en una juntada con mis amigas. Y por eso también entendí la frase ´Así como vivo bailo, así como bailo vivo´. Y muchas cosas de la vida diaria que las entendí bailando y hay muchas cosas de la danza que comprendí en lo cotidiano”.
Pero “después es lo que a todos nos pasa; es una terapia. La danza me hizo salir del egocentrismo del bailarín y me enseñó mucho. Siempre me gustó darles clases a adolescentes, sabiendo lo complicada que es esta etapa. Y con esto pude hacer de mis clases un lugar seguro en donde podés venir con todos tus problemas y bailarlos”. “La mente, la cabeza no está separada de nuestro cuerpo y repercute en la forma en la que nos movemos. Entonces me encanta usar el movimiento como canal y lenguaje de las emociones y pensamientos”.
“Con la danza tengo una vida fuera de lo común. Cada caso es distinto, pero a mí me dio amistades, muchos viajes, y lo más importante es que no necesito otro pasatiempo para despejar la mente de mi trabajo. Mi trabajo es mi momento de liberación y disfrute. Me siento afortunada”.
Una vida de danza
Sofía dio sus primeros pasos en el baile a los 7 años en Danzas Árabes porque sus amigas de la primaria iban y a sus papás les pareció una buena actividad extracurricular para que sociabilice.
La cuestión fue que, después de un tiempo, la danza se convirtió en todo para esta niña. “Pasé por muchas danzas; danzas clásicas, jazz, danzas polinesias, folclore, tango, acrobacias en telas, ritmos latinos, heels, contemporáneo.
Mis papás no se imaginaban que iba a elegirlo como mi forma de vida”. A pesar de todo su conocimiento, es lo contemporáneo lo que seduce a Sofía. “Después de haber atravesado varios estilos de danza me encontré con muchas frustraciones y limitaciones. Además de que en ninguna sentía que me completara y abarcara todo lo que soy como persona”.
“La danza contemporánea me abrazó, me aceptó tal cual soy y me flechó. Obviamente amo y bailo de todo, pero mi amor está en la danza contemporánea. Y algo que me parece súper importante es que no hay límites de edad, yo sé que cuando tenga 90 años voy a seguir bailando”.
Como todo artista que llega a una meta, la joven sanfrancisqueña está cumpliendo su sueño. “Siento que estoy viviendo la vida de mis sueños. Obvio que no es todo tan fácil como parece. Cumplir sueños no es sentarte y esperar a que la suerte este de tu lado. Los sueños se trabajan”.
Los cinco momentos de la danza
1-Haber logrado este contrato de trabajo con destino a Turquía. “Todavía no lo puedo creer”, dijo la joven promesa.
2-Brindar una clase de capacitación para los bailarines del Ballet Municipal Patria por invitación de sus directores y la Municipalidad de San Francisco. “Quedé muy sorprendida por la cantidad de gente que se sumó. Fue un regalo hermoso ver tantos bailarines que se entregaron a mi clase. Espero haber dejado algo o alguna sensación linda en su danza. Lo sentí como un gran reconocimiento”, aseguró.
3-Ser parte del Ballet Martin Fierro de Ariel Sosa. “Los admiraba cuando era chica y recibir su llamada fue increíble”, expresó Sofía.
4-Bailar en el escenario “Atahualpa Yupanqui” de Cosquín con el Ballet Camín y con el Ballet Martín Fierro.
5-Cada clase que doy con mis alumnos. “Siento que hay muchos momentos más hablando artísticamente, pero quiero destacar todas las veces que un alumno me ha dicho que se han ido de una clase mía feliz, liberado o en paz. Son momentos que guardo en mi corazón. Porque más allá de donde yo pueda llegar, me parece más importante el dejarle algo o ser de ayuda para el otro”, concluyó.