Vóley
Silvestre, jerarquía en la conducción
El entrenador Mauro Silvestre aludió al proceso iniciado en San Isidro que se prepara para la nueva edición de la Liga Nacional de vóley.
Consciente de la magnitud que representa la organización de la Liga Nacional de vóleibol en febrero próximo, San Isidro dejó en claro que no escatimará recursos en la logística de trabajo como tampoco viene regateando en la conformación del plantel con el que afrontará la competencia y así lo certifican los nombres propios que pusieron su rúbrica para encarar el seductor desafío.
En ese contexto se produjo el desembarco de Mauro Silvestre, entrenador de amplio recorrido en la disciplina a nivel nacional e internacional, habiendo sido incluso técnico de los seleccionados argentinos de base. En rigor de verdad, una jerarquizada incorporación.
Sobre las razones que determinaron su arribo a la entidad de la calle Corrientes, comentó: “Generalmente un entrenador pone cuatro indicadores muy cuando le hacen una propuesta para decidir trabajar o no. La primera es la energía y la motivación que tiene uno personal como entrenador, la segunda es el proyecto institucional, la tercera como es el club y la cuarta la parte económica. Todos estos aspectos estuvimos hablando y me convencieron”.
“Además creo que San Francisco es una ciudad hermosa y una plaza muy buena para lo que es el vóley nacional, porque tiene todo lo que necesita un club para estar bien”.
“Eso me sedujo y también en poder, dentro de mi capacidad o mi conocimiento, poder dar una mano y ayudar al proyecto deportivo que tienen en cuanto a las formativas Mailén (Mansilla) y Mario (Castel)”.
Al mismo tiempo admitió que la decisión de seguir peregrinando con el vóley no le resultó fácil, por lo que pesó más su pasión por el deporte.
“Soy sincero, en un primer momento mi respuesta iba a ser no, porque hace muchísimos años que estoy fuera de mi casa, fuera de mi pueblo. Si bien yo soy de Santa Fe, estoy radicado en un pueblo muy pequeño que se llama Buquet, vivo viajando hace más de 25 años, y tengo una hija pequeña y quería parar”.
“Entonces pensaba que esa llamita estaba apagada, pero como digo siempre, la razón no entiende del corazón. Lo pensé unos días, no mucho, y enseguida dije ¿por qué no vamos para adelante? Esto me mueve, me motiva, me moviliza a tratar de dejar algo en “Sani” y en San Francisco, que es lo más importante.
Acerca de los objetivos trazados, indicó: “el básico es que “Sani” siga manteniendo la categoría, uno medio que es estar entre los cuatro primeros, y el objetivo más alto que es pelear por un ascenso”.
“Otro trabajo importante es el desarrollo de las jugadoras menores dentro del proceso de liga, que vivan la experiencia, sigan creciendo, por eso el plan es que seis o siete jugadoras de 15, 16, 17, 18 años estén trabajando con nosotros que absorban la mayor cantidad de conceptos posibles”.
Por otra parte se mostró conforme con la conformación del plantel, destacando el nivel de los refuerzos.
“Hasta ahora cerramos jugadoras de experiencia y de una gran calidad humana como González, Jappert y Mitchell que tuve la posibilidad de dirigir en la selección, lo que lleva a una gran responsabilidad. También se sumó Emma Williner, elevamos la vara muchísimo y el gran desafío en estos 45 días es ponerlas en ritmo y en la intensidad de una liga nacional”.
“Estoy más que conforme con el plantel que tiene jugadoras de nivel y que van a hacer crecer mucho las jugadoras de San Isidro que es lo que también uno aspira”, resaltó.
En ese sentido confió en realizar una buena competencia, consciente que el protagonismo no se negocia.
“El material para ser protagonistas creo que va a estar. Después el resultado depende de muchísimas cosas. Pero lleguen o no muchas jugadoras el protagonismo tiene que estar siempre, es decir, no para uno que ha tenido la posibilidad de jugar muchísimo, de haber tenido algunos resultados, sino que los resultados tienen que ser para las propias jugadoras, para el club y para la ciudad, que es lo más importante”, cerró.