Entrevista
“Si no tenemos cultura, no tenemos nada”
Matías Kees tiene 37 años y desde hace 10 se pone en la piel de “Mimo Chito”, el personaje animado al que da vida con gestos y miradas. Además del arte, es docente y músico. Todas esas facetas hacen a una persona que trasmite amor, empatía y sabiduría.
Aunque el verano es la temporada alta” para los artistas, Mimo Chito decidió descansar. Sin embargo, ante la primera llamada no duda en ponerse sus enormes zapatos de payaso, calzar su maleta tan especial y brindar todo su cariño y provocar la sonrisa inmediata.
Detrás de Mimo Chito está Matías Kees, el artista de nuestra ciudad que lleva 10 años interpretando este reconocido personaje y que además es docente de historia en los Cenma de la Ipem N°96 Escuela Pascual Bailón Sosa e Ipem 264 “Teodoro Astegiano”.
Mimo y Matías son uno, pero a la vez son dos que concluyen en un solo cuerpo o al menos así lo dice Kees. “El mimo es un hobby, es un juego. Esto lo hago para divertirme y entretener a los otros, parta jugar y que jueguen los otros. Se convierte en un trabajo cuando la gente me contrata para que juegue con ellos. Es contagiar la risa, la empatía, es moverse constantemente cuando el cuerpo y el personaje lo pide”.
“Cuando comienzo a maquillarme para salir a escena, sea la calle o una fiesta, el personaje empieza a tomar forma. Yo le presto el envase y él toma mi cuerpo. Desde que me maquillo ya entro en silencio y cuando me desmaquillo, tengo que salir completamente del personaje y en ese momento comenzó a hablar”.
Para Matías es un ejercicio complejo. “Es mucho el trabajo, talleres de teatro y expresión laboral, de poder disociar a la persona del personaje. Si no logras ser el personaje, no podés lograr el trabajo pero tengo todo el mundo para jugar conmigo”.
“El reemplazo de la expresión verbal, el decir con el cuerpo y los gestos no es cosa sencilla. “No es fácil poder decir sin palabras. Las palabras abren puertas. Decir hola es saludar, pero también mover la mano es hola. La palabra también puede limitar, pero agitar la mano, de la forma que hagamos, tiene más sentimiento que la palabra hablada”.
“Es bueno decir con el cuerpo, buscar en la profundidad de los miedos, la alegría y el amor y transformarlo para que el otro te reciba”.
“Interactúo con bebés pequeños hasta personas de avanzada y todos tienen una empatía con el mimo. Un simple gesto o una sonrisa, te da el pie de jugar un poco más allá. Se tira del hilo para ver hasta dónde se llega, cuál es el límite”, agregó.
El personaje del mimo se da permisos muy particulares. “El límite está en la menta de cada uno. Así como yo los tengo y los puedo romper, la gente también. Es un feedback constante con la gente. Es un dialogo sin palabras, expresar todo y cuando el público te devuelve una sonrisa, te da ganas de volver a maquillarte”.
El docente y el mimo en la escuela
Matías es docente de Historia en los Cenma “Como docente quiero que los estudiantes puedan expresarse y repensar la historia de manera crítica”.
Frente al aula “el mimo me ayuda perder las inseguridades, los miedos, las vergüenzas, pero como profesor trato de intercambiar ya que el hecho que sea profesor no significa que sepa más”.
Matías es un artista callejero y también profesor en el secundario. El claramente ve y vive de cerca la situación que atraviesan hoy. “Me da mucha inseguridad no saber qué nos deparará el futuro porque una de las bases de la sociedad que piensa y transforma la realidad que vive se apoya en la cultura. La poesía, el teatro, la música; todo es cultura y tiene su carga política”.
“Uno es artista y vive de esto todos los días, y no se ve el trabajo que hay detrás de escena para un show, la formación y el resto de los que trabajan”.
“También me produce dolor la falta de reconocimiento a la falta de cultura. Si no tenemos cultura, no tenemos nada”, señaló.
Diez años de docente y lo mismo de Mimo, los dos son Matías. “El mimo es un niño grande y está dentro de Matías porque el profe Mati siempre está en el aula y los actos”, concluyó.
Los momentos importantes de Mimo Chito
1. La primera vez que Pampero, el payaso amigo que impulsó la creación de Mimo Chito me invitó a compartir la recepción de una fiesta de 15 años. Yo fui el balletparking y andaba en una minibici.
2. Variette de artistas callejeros "El Arte Callejero no es delito" en Plaza Vélez Sarsfield.
3. Festejos del día de las infancias. “Todos y a cada lugar que fui. Siempre agotador desde lo físico pero súper confortable para el espíritu”
4. Reconocimiento como Arquitecto Social de la Cultura en el Teatrillo Municipal.
5. Encuentro Nacional de Murgas en Suardi con Murga la Estación.