Sequía, incendios y prevención
Las restricciones económicas que se viven afectan también la capacidad de acción de quienes tienen la misión social de salvar vidas y bienes amenazados por la sucesión casi interminable de incendios de pastizales totalmente secos.
Varias son las salidas que a diario deben enfrentar los bomberos voluntarios de nuestra ciudad para sofocar siniestros en los que el fuego se esparce por los campos secos, con pastizales que son fácil presa de las llamas. La sequía reinante es un factor decisivo en esta situación, a lo que se agrega el fuerte viento de agosto que, por momentos, torna muy complicada la tarea y obliga a un esfuerzo sobrehumano de los servidores públicos.
Tanto en San Francisco como en Frontera y Josefina se han producido incendios en los que se han quemado importantes extensiones de terreno. Los daños son importantes en todos los casos y se augura que proseguirán generándose en virtud de que las lluvias tardarán en aparecer y las heladas se mantendrán al menos por algunas semanas más. El panorama, por lo tanto, obliga a extremar los cuidados y a evitar que el hombre sea el causante de los focos ígneos que luego se expanden con rapidez inusitada.
La temporada de incendios rurales adquiere este año una dimensión particular. Ello, debido a las penurias económicas que se están viviendo y a la que los bomberos voluntarios no son ajenos. Hace pocos días, en esta columna, se reflexionó sobre los pedidos de las autoridades de la entidad de bulevar Garibaldi para que se ejerza la responsabilidad ciudadana y se tome conciencia y se actúe para evitar siniestros en campos o pastizales secos. También para que se esté alerta frente a estas emergencias y se consiga frenarlas a tiempo. Decíamos que se trataba casi de una súplica, "porque los bomberos van a estar siempre presentes cuando se los necesite, pero cada vez cuesta más obtener los recursos económicos para que la institución funcione correctamente y cumpla con su abnegada misión".
Entonces, la apelación del párrafo anterior adquiere connotaciones significativas debido a que las restricciones económicas que se viven afectan también la capacidad de acción de quienes tienen la misión social de salvar vidas y bienes amenazados por la sucesión casi interminable de incendios de pastizales totalmente secos. Para más, los pronósticos no avizoran una cercana finalización de la sequía, con lo que el panorama puede agravarse en el futuro cercano.
La prevención, se entiende, adquiere relevancia primordial en este contexto. Así lo han entendido en Rafaela, por ejemplo. Allí, la Mesa de Coordinación en Seguridad Rural impulsa una campaña conjunta a fin de prevenir incendios y fortalecer el uso del Sistema de Emergencias 911, según acordaron sus integrantes durante una reunión efectuada en instalaciones de la Sociedad Rural de la Perla del Oeste santafesino. Se trató, afirman nuestros colegas de La Opinión, de "una primera reacción tras la sucesión de incendios que se desataron en áreas rurales de Bella Italia, donde el fuego consumió más de mil hectáreas y provocó heridas serias a un bombero rafaelino, y también en zonas semiurbanas de esta ciudad cerca de viviendas".
Este tipo de decisiones podría servir y mucho para evitar siniestros de proporciones. El aviso temprano y la acción preventiva eficaz son variables sensibles, utilizadas con tino y responsabilidad, se convierten en aliados de nuestros bomberos. Quizás sea necesario aceitar estos engranajes también en nuestra ciudad y la región circundante para que los incendios rurales no continúen azotando y preocupando.