Se metió a la villa para encontrar al asesino de su hijo
Mirtha Corvalán contó: "Prometí hacer todo lo posible para que mi hijo descanse en paz". "Nunca fui a enfrentar, cuando tenía datos se los pasaba a la fiscalía", aclaró.
El 14 de agosto de 2007, Mirtha "Coca" Corvalán estaba en la puerta de su casa en Villa Fiorito junto a sus hijos y un vecino hablando sobre lo que podía ser el festejo de su cumpleaños el 19 de ese mes; sin embargo, dos delincuentes asesinaron a su hijo Ezequiel y de ahí en más su vida se convirtió en una constante búsqueda de los responsables.
En diálogo con Cadena 3, relató la historia que luego de 11 años finalizó con el acusado declarando en tribunales bajo las acusación de homicidio criminis causa, cometido para ocultar otro delito: en este caso puntual un robo.
"Era 14 de agosto, tipo 19,30 y como se venía mi cumpleaños, Ezequiel que era el mayor, me decía 'ma si cobrás y tenemos, hacemos algo' y yo le dije que sí", comenzó el relato.
"En esa conversación en la puerta de casa, un chico del frente me dice 'Coca, voy a buscar una gaseosa y empezamos a festejar', entonces fui a buscar un vaso, entré a casa y escuché un disparo", comentó y agregó: "Lógicamente salí corriendo porque estaban mis hijos y el del medio entra diciendo 'Ezequiel mami'".
Ante esa imagen, "Coca" contó que vio como se llevaban la moto de su hijo: "Me descalcé, salí a perseguirlo y cuando lo alcancé le pedí que me dé la moto".
Mirtha expresó que cuando vio el arma le dijo: "Matame, pero la moto de mi hijo me la das".
"Mirándonos a los ojos, siempre, muy despacito me dio la moto", agregó.
"Nunca me voy a olvidar la cara de él, ni de la persona que me informó que me falleció mi hijo", expresó.
La madre que nunca se dio por vencida relató que luego de recuperar la moto volvió a su casa donde su hijo mayor estaba tendido en el piso y junto al "de 14" subieron "a Ezequiel a un auto" y lo llevaron al hospital.
"Me bajé del auto, levanté una barrera, entré a la guardia y llevé a una doctora; en ese momento me hice a un lado y subí a terapia", agregó.
Mirtha señaló: "Me quedé ahí hasta que el médico me dijo que mi hijo falleció".
Luego del momento más trágico de su vida, comenzó la búsqueda del asesino: "Prometí hacer todo lo posible para que mi hijo descanse en paz".
"Al transcurrir los años y ver que no se avanzaba en la investigación, sentía la voz de mi hijo que me decía que 'no hacía nada'", manifestó.
Y agregó: "Entonces agarraba un bolso, le cargaba papas y cebollas para que pareciera que iba de compras y empezaba a preguntarle a la gente si sabía algo, si había escuchado".
Mirtha indicó que "nunca" fue a "enfrentar" y que "cuando tenía datos se los pasaba a la fiscalía así la causa no se cerraba". "Hacía unos mapitas y se los daba a la fiscal", dijo.
Sin embargo, el asesino cayó por otro delito y no por la propia investigación, y cuando la fiscalía que tenía a cargo la causa por la muerte de su hijo fue informada la llamaron para hacer una rueda de reconocimiento y ella no lo dudó.
Ahora espera la pena que la Justicia le imponga.
Fuente: Cadena 3.