Historias
“Se habla mucho de discapacidad, pero no hay inclusión plena”
Lo aseguró Daniela Murúa, mamá de Renata de 18 años que tiene discapacidad en el lenguaje y aprendizaje quien en el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad reflexionó sobre las barreras que todavía siguen existiendo.
Cada 3 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, con el objetivo de promover los derechos y el bienestar de quienes tienen discapacidad y concientizar sobre su situación en diversos ámbitos de la vida social, laboral, económica y cultural.
Este día no solo busca celebrar los logros alcanzados, sino también visibilizar los desafíos que aún persisten y que dificultan la inclusión plena. En ese marco, LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó con Daniela Murúa, mamá de Renata Paredes de 18 años, que tiene discapacidad en el lenguaje y aprendizaje.
Daniela reflexionó respecto a las barreras que todavía siguen existiendo y se mostró esperanzada de que se puedan derribar. “Todavía falta mucho por hacer en cuanto a la inclusión. Quienes tienen discapacidad, también son personas, con sueños, sentimientos y proyectan a futuro como cualquier otro. Nadie está exento de sufrir una discapacidad”, aseguró.
Daniela afirmó que es importante “que haya acciones para cambiar. Se habla mucho de discapacidad, pero no hay inclusión plena. Ojalá algún día puedan acceder a todo lo que viven quienes no tienen discapacidad”.
Para Daniela “todavía hay muchas barreras. Nunca pudimos tener una pensión para Renata, porque trabajamos en blanco y tiene obra social. Pero somos empleados y no tenemos la posibilidad económica de afrontar todo”, comentó.
“El certificado de discapacidad es otro tema, aunque lo tiene, nunca pudimos acceder a los pasajes para poder viajar gratis –afirmó-. La provincia de Córdoba hace el pase libre, pero nosotros no accedemos a esos beneficios porque tenemos domicilio en la provincia de Santa Fe, pero los médicos que la atendieron están en Córdoba”.
Daniela advirtió que otras barreras que siguen estando, “son las dificultades en las prepagas que no reciben un niño con discapacidad, mi hija está en la obra social de los gastronómicos que es sindical”.
En las calles, los obstáculos físicos siguen existiendo afirmó Daniela. “No hay rampas en todos lados, hay personas que están en silla de ruedas y es complicado transportarlas. Encima en los lugares donde hay rampas los autos estacionan adelante sin importarles nada”.
Aseguró que otra dificultad “está en las veredas, muchas son imposibles de transitar porque están rotas; o si no, salen con los perros que dejan la materia fecal en las veredas y los que se desplazan en silla de ruedas se ensucian las manos”.
Por otro lado, la mamá consideró que no hay educación, ni en las escuelas ni en la sociedad. “Cuando un niño discapacitado llega a una escuela termina frustrándose porque todavía hay mucho bullying. Es importante que las familias les enseñen a sus hijos que también existen personas con otras capacidades. La discriminación duele muchísimo y la burla está siempre”, afirmó.
“Un día estaba en una heladería y llegó un chico sordomudo y los empleados no sabían lengua de señas, no sabían cómo atenderlo y para mí fue chocante –dijo-, porque tengo mi hija que también le cuesta expresarse. Hay restaurantes que todavía no tienen carta para chicos autistas”.
La satisfacción de la experiencia laboral
Renata asiste a Apadim y recientemente terminó las prácticas de acompañamiento vinculadas con lo educativo y lo laboral en la firma Bianchi. Para Daniela, es una satisfacción verla poder aprender y realizarse en el ámbito laboral y sueña con mayor inclusión.
“La pasantía le encantó a Renata pudo aprender mucho y trabajar sin ningún problema, eso es muy importante. Sería bueno que existan más planes de inclusión laboral”, finalizó.