Se cumplen 30 años de las demoliciones controladas, símbolo del “resurgir” de Miramar
El 15 de septiembre de 1992, el Ejército Argentino realizó la primera detonación. El hecho tuvo repercusión en la prensa nacional porque era la primera vez que se realizaba este procedimiento en el país. Esta semana se colocó una placa para conmemorar esta fecha que significó una "refundación" del pueblo.
Por María Laura Ferrero |LVSJ
Miramar de Ansenuza. "El día de las demoliciones controladas se vivió como un gran duelo para la comunidad. Fue muy difícil ver caer las ruinas y con ellas nuestras propias historias, anécdotas y recuerdos que quedaron sepultados bajo el agua, pero también fue un alivio y una necesidad de volver a resurgir con ese espíritu tan característico de nuestra gente", contó la historiadora local, Mariana Zapata, que en el momento de las voladuras era una joven de 17 años cursando su último año del secundario.
El pasado jueves 15 de septiembre, las autoridades municipales junto a instituciones y vecinos de la localidad descubrieron una placa recordatoria para conmemorar los 30 años de este hecho que cala muy profundamente los sentimientos de los miramarenses.
Zapata reconoce que hablar y recordar estas historias es muy difícil por los torbellinos de emociones que producen entre los habitantes. "Acá tenés personas que piensan que eran totalmente necesarias para volver a empezar y otros que todavía están muy dolidas por esta decisión", apunta el historiadora.
A pesar que era muy joven, Mariana lo recuerda con mucha precisión esos convulsionados días, donde el Ejército Nacional se había instalado en la comunidad para realizar el procedimiento. "Parecía una guerra, los soldados yendo y viniendo para todos lados y la prensa nacional cubriendo el evento porque era la primera vez que se realizaba este procedimiento en el país", recordó la historiadora.
"Yo como adolescente lo viví con mucha intensidad. Era muy doloroso ver las imágenes del pueblo sumergido. Y a pesar que algunos decían que las aguas iban a bajar en algún momento esas construcciones inundadas con agua saladas no se iban a poder usar", relató Zapata. "Ese 15 de septiembre - agregó - convocaron a la población a presenciar la primera voladura controlada a las 1:30. La primera detonación fue la del Centro Municipal Termal y se vivieron momentos muy conmovedores. Nos abrazamos y las lágrimas brotaban porque desaparecían ante nuestros ojos parar de la historia del pueblo pero en el fondo sabíamos que era un nuevo resurgir para todos".
Miramar soportó varias inundaciones pero la mayor de todas fue la ocurrida en mayo de 1978 cuando las aguas de la Laguna Mar Chiquita sepultaron a casi todo el pueblo: 37 manzanas quedaron bajo el agua, y con ellas cientos de hoteles, comercios y casas de familia, produciéndose un gran éxodo de sus pobladores que vieron sumergidos sus sueños y esfuerzos de años.
Las voladuras controladas se realizaron bajo la intendencia de Daniel Cerutti, quien estaba convencido de que debían sepultarse esas ruinas para poder resurgir.
Para esta comunidad esta fecha es considerada un "día histórico" por los que significó en sus múltiples sentidos.
"No solo recuperamos la puesta del sol y la vista a la lagunas sino reactivó la fuerza, la energía y el motor interno de cada miramarense que se quedó y trabajó para convertirnos en los que hoy somos", finalizó Zapata.
Punto cero
Para Julio Escobar, secretario de Gobierno de Miramar de Ansenuza, las detonaciones controladas significaron el "punto cero" para volver a refundarse y empezar de nuevo.
"Esta fecha es muy singular y muy cara a los sentimientos de todos los habitantes que decidieron quedarse en aquel momento. Si uno hace un proyección histórica desde ese punto hasta la actualidad, se puede ver fácilmente que las voladura fue el puntapié inicial que permitió el crecimiento de esta población", apuntó el funcionario.
Además de la eliminación de esas ruinas, el secretario sumó otras dos obras fundamentales de la gestión del actual intendente Adrián Walker que fueron importante para el desarrollo turístico que tuvo la comunidad. Ellas son la construcción de la nueva costanera y el desembarco de un hotel de categoría para recibir a los turistas con mayores exigencias.
"La obra de la costanera permitió la planificación del nuevo trazado urbano ya que a través de estudios se determinó que esta es la costa más alta y evitará desbordes y futuras inundaciones. El hotel dejó constancia y hace escuela de los servicios que se deben prestar para recibir a quienes nos visitan", precisó Escobar.
Otro de los motores para el impulso turístico se dio el 30 de junio de este año, cuando el Congreso de la Nación aprobó la creación del Parque Nacional Ansenuza, convirtiéndose así en el número 41 bajo esta categoría y el tercero en la provincia de Córdoba.
"Nuestro presente no tiene precedente en nuestra comunidad con referencia al turismo. Estamos mucho mejor que antes de las inundaciones porque se logró cortar con la estacionalidad del verano y tener turismo todo el año", afirmó Escobar.
"Todos los fin de semanas tenemos muy buenos indicadores de ocupación, y entre semana, también hay un importante movimiento. Hoy estamos muy contentos, inclusive mejor que aquella época dorada", finalizó el secretario.
Por otro lado, el funcionario municipal indicó que se está dotando a la localidad de nuevos servicios para adecuarla a las nuevas necesidades. "Estamos pronto a que se empiece a ejecutar la planta de cloacas y se hizo una escuela nueva. También tenemos el 100 % de iluminarias Led y pensamos llegar al mismo porcentaje en la obra de cordón cunetas", finalizó.