Se casó en Italia y su familia lo acompañó por Zoom desde San Francisco
Martín contrajo matrimonio y el aislamiento no fue un impedimento para celebrar el amor con los suyos. "Fueron dos horas muy emocionantes", aseguró su papá en nuestra ciudad.
Martín Correa (29) vive en Florencia, Italia, donde este sábado se casó con su con su novia italiana Ester (23).
Por el aislamiento que impone la pandemia del coronavirus en el mundo, la celebración no fue como la planearon, pero no por ello dejó de ser especial; e inolvidable.
En la boda estuvo presente su hermano Lucas (30), quien también vive en Italia, pero sus papás Ariel y María Inés no pudieron estar y siguieron tan importante acontecimiento a través de la plataforma Zoom.
"Estas son situaciones inmanejables, exceden lo que uno planificó durante mucho tiempo", dijo a LA VOZ DE SAN JUSTO el papá del novio, Ariel.
"Los chicos suspendieron su casamiento que era el 21 de abril y lo iban a postergar de nuevo, pero les dijimos que tenían que cumplir su sueño y sus proyectos", siguió.
Distinto e inolvidable
Aunque al casamiento concurrieron solo 9 personas, fueron muchas otras las que se conectaron a través de la plataforma virtual para seguir el momento a momento del otro lado de la pantalla.
"Fue algo nuevo para todos porque los chicos pensaron muy bien todo el evento para que sea digno de ver y disfrutar y aunque fue a través de una pantalla, todos se quedaron las dos horas que duró la trasmisión prendidos a ella", explicó Correa.
Los chicos son Testigos de Jehová por lo que "primero se realizó una conferencia bíblica, luego el ministro le tomó los votos y fue el encargado de la libreta de matrimonio. Para consagrar el momento, los novios bailaron el vals y luego Martín con su flamante esposa junto a Lucas y su mujer Luci, bailaron una canción de cuarteto", narró.
También se trasmitieron videos que enviaron los que no pudieron estar físicamente en la fiesta, recreando momentos de emotividad en todos. "Fueron dos horas muy emocionantes", aseguró.
Un detalle importante es que tanto los presentes en la fiesta como los que participaron a través de la pantalla se vistieron para el evento y en el caso de los Correa en San Francisco, compraron una torta simbólica para la boda y decoraron un rincón de la casa para sentir que estaban allí.
Otra curiosidad es que el lugar donde iba a ser el casamiento tenía que tener buena conexión de Internet para que todos los invitados pudieran seguir la boda minuto a minuto. "Pasaron de una fiesta en un gran castillo a un lugar donde lo más importante era tener buen Wi fI", bromeó Correa.
Para este padre, orgulloso del paso que dio el menor de sus hijos: "Cuando hay un plan, nada puede detenerlo, ni una pandemia. Nosotros desde acá teníamos el corazón partido pero tenían que cumplir su deseo de casarse".