Sanfrancisqueño en uno de los eventos más importantes de la ingeniería “verde”
Andrés Cuberli de 27 años se encuentra realizando un máster en Italia, su intención es especializarse en energías renovables. Desde su nuevo hogar comentó su actualidad y también su visión acerca de cómo está nuestro país.
Andrés Cuberli, de 27 años, es un ingeniero industrial sanfrancisqueño, está radicado desde 2016 en Italia donde realiza un máster en Ingeniería Ambiental y Planeamiento Territorial en el Politécnico de Milán (Polimi).
Luego de empezar la carrera en la Facultad Regional San Francisco de la UTN y recibirse de ingeniero en Córdoba, decidió animarse a más para formarse como profesional.
Recientemente participó en el Festival della Green Economy, en Trento, donde visitó fábricas que aplican principios sustentables, una valiosa experiencia para adentrarse en la rama de la ingeniería en la que quiere seguir especializándose.
Su estadía en el país europeo le permitió conocer sobre la cultura de aquel país y el viejo continente en general, pero también a reflexionar sobre la Argentina y su situación actual. Para él, la pregunta que deben hacerse aquí los profesionales no es "¿llegaremos?", sino "¿cómo lo haremos?", ya que sostiene el país tiene potencial suficiente para desarrollar tecnologías que lo conviertan en protagonista para la administración de recursos y su empleo social.
Nuevas oportunidades
Para Cuberli el máster fue una gran oportunidad que requirió no sólo de un esfuerzo intelectual sino también económico y afectivo. Actualmente reside en Italia donde asiste al Politécnico de Milán. Tras un año y medio de recorrido piensa en su tesis y nuevos proyectos que le permitan avanzar en su área de conocimiento.
"Pasé de una facultad con enfoque industrial, a ver contenidos en el ámbito civil como el manejo de suelos, sistemas geográficos, manejo de residuos, hidráulica, gestión energética, materiales sustentables, ordenamiento territorial, entre otros contenidos", explicó el joven en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO.
Todo empezó cuando recibió una carta del ateneo de Milán donde se aprobaba su ingreso y también otorgaba una beca para la matriculación. El agradecimiento de Andrés es infinito para su familia que lo apoyó sentimental y económicamente.
Y un agradecido de la educación superior que recibió en la Argentina a la cual considera de "primer nivel".
Detrás del objetivo principal que es el título también encontró como motivación el nuevo enfoque que tiene la sociedad de las cosas. "Hoy lo que se busca es la mezcla de distintos conocimientos y experiencias. Yo creo que el mensaje de fondo es ese, por más chico o grande que sea el salto a nuestro alcance, lo importante es darlo porque no sólo estaremos mejorando nosotros mismos, sino aportando otro punto de vista a nuestro entorno, haciéndolo más rico".
Con los grandes
Recientemente y en el ámbito de su formación académica Andrés participó de un evento mundial de gran importancia donde cosechó nuevos conocimientos para su futuro profesional en relación a energías renovables. "En el Festival della Green Economy que se realizó en Trento realicé visitas a fábricas que aplican principios sustentables en la región, y también a conferencias a cargo de expertos en diversas ramas de la ingeniería como ambiente, movilidad, energía, construcción, urbanismo, alimentación incluso sociólogos dando sus visiones acerca del futuro de la economía italiana y como pararse frente a un mundo en vertiginoso cambio", sintetizó el sanfrancisqueño.
Puntos de contacto
El ingeniero sanfrancisqueño se interesa en la llamada economía verde, una corriente que se basa - según si visión - en la aplicación técnicas y modelos de negocio que salvaguarden el desarrollo en el plano económico, social y ambiental. "Durante el siglo pasado, nos hemos llenamos de plástico, de artículos electrónicos que duran menos de un año y hemos hecho de la producción en masa un medio para generar riqueza, basados en el compro, uso y tiro", resalta y agrega que "hoy el paradigma es la circularidad. Esto quiere decir, pensar los procesos productivos desde la extracción de materiales, hasta su deposición final (como vuelven a la tierra) y cómo generar el menor impacto posible".
Este contexto cuenta Andrés implica un desafío y salto social donde se combina el bienestar y la tecnología pero que también requiere de la cooperación. En eso Italia y Argentina - desde la visión del joven - se unen puesto que aquí "existe el cooperativismo".
Argentina desde lejos
El mundo se encuentra en una encrucijada para administrar recursos y alimentar amén de contribuir al desarrollo de cada vez más personas. Eso dejó sus huellas en el presente que incluso podrían poner en juego el bienestar de otras generaciones. "En la Argentina - considera Cuberli- no somos conscientes de todos los problemas que hay porque no los padecemos, y no hacemos nada para desarrollar tecnología en estos aspectos que luego podamos vender al mundo".
Para el ingeniero no se trata de compararse o medirse con otros países desarrollados. "Yo creo que la pregunta es, ¿cómo llegaremos y con qué recursos?
A mi parecer, la clave está en sostener las economías regionales y los complejos Pymes que siempre han dado el sostén, orientar nuestro esfuerzo en mejorar lo que tenemos en casa".
El país "tiene potencial y espacio", por eso la pregunta dice Cuberli es, "¿seremos nosotros los protagonistas de nuestra propia evolución?". No quedan dudas que el joven para sí mismo ya respondió su pregunta y por eso más allá de donde se encuentre, está decidido a dejar su impronta en la ingeniería ambiental.