Análisis
San Francisco, ¿la Bruselas argentina?
¿Qué significa que nuestra ciudad haya sido declarada sede administrativa de la Región Centro?
Por Fernando Quaglia | LVSJ
Los gobernadores de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos decidieron declarar a San Francisco como sede administrativa de la Región Centro. El anuncio formulado el viernes por la tarde por autoridades provinciales y municipales determinará que en nuestra ciudad se adopten decisiones trascendentes para el fortalecimiento de una alianza de provincias que, por el tiempo transcurrido desde su lanzamiento y por las vicisitudes que se han vivenciado en las últimas dos décadas, tiene necesidad imperiosa de consolidar su perfil federal y profundizar la integración en numerosas áreas.
No suena exagerado sostener que la decisión anunciada va en la misma dirección que los objetivos iniciales lanzados por los gobernadores Mestre y Obeid en el Camino Interprovincial, en aquella fría jornada de agosto de 1998. Haber elegido otra población para asentar la sede de la Región Centro no hubiese sido lógico. Desde su fundación, la alianza interprovincial tiene arraigo en esta ciudad limítrofe, más cercana a las capitales de las dos provincias vecinas que de la propia. Es decir, por historia, por su ubicación estratégica y por su vocación de progreso, San Francisco asomó siempre como el sitio ideal para que desde aquí progresen acciones integradoras y se consolide la aspiración de lograr un país verdaderamente federal.
¿Será San Francisco, a partir de ahora, la Bruselas argentina? La frase lanzada por el intendente municipal se referencia en la capital de Bélgica, sede administrativa de la Comunidad Europea y de la Organización del Tratado del Atlántico norte. ¿Es posible parangonar ambos procesos de integración, aun salvando las distancias enormes entre una alianza de países independientes y otra de provincias dentro de un mismo Estado? Veamos:
- Bruselas es una ciudad centroeuropea con algo más de 180.000 habitantes. Es la capital de la región del mismo nombre que alberga otras poblaciones cercanas y conforma una gran urbe de más de un millón de habitantes. San Francisco tiene menor población, aunque también forma parte de un conglomerado urbano con otras localidades y es capital de un departamento de mucha mayor extensión.
- En comparación con otras capitales del viejo continente, Bruselas es una ciudad pequeña. San Francisco también, si se la relaciona con las capitales de provincia.
- La elección de Bruselas como capital de esta confederación de países se produjo, al igual que la propia unión, de forma progresiva en un proceso que comenzó en 1949 y culminó en 1992. Habían transcurrido 43 años. La designación de San Francisco como sede de la Región Centro también demoró bastante: casi 24 años.
- Como es lógico, la historia de Bruselas data de mucho antes. Se fundó en el año 979. San Francisco nació casi mil años después. Pero ambos asentamientos formaron parte de rutas comerciales y ferroviarias que les concedieron un estatus privilegiado y crecieron rápidamente. La capital belga se transformó en centro neurálgico de distintas corrientes migratorias de toda Europa. El aporte de la inmigración es una de las características más salientes de la idiosincrasia sanfrancisqueña.
- Por último, Bruselas es una de las ciudades más bonitas de todo el mundo, con su ambiente elegante a la vez que sofisticado. Quizás éste sea el motivo central por el que el intendente municipal formuló la comparación: siempre ha sostenido que San Francisco es la ciudad más linda del mundo.
Por cierto, lo anterior es solo un juego periodístico, un intento de encontrar semejanzas entre una capital europea y nuestra ciudad, muy diferentes en lo social, lo económico y lo cultural. Pero la comparación adquiere sentido a partir de la designación de San Francisco como sede de la Región Centro. Es que después de un largo proceso, Bruselas es sede de la entidad multilateral que une a 27 países europeos orgullosos de sus identidades propias, con diferencias culturales, pero con pueblos pujantes y convencidos de que sólo mediante la unidad puede hacerse frente a las nuevas realidades de su continente y del mundo. Por aquí, más allá de todos los problemas y las indefiniciones que puedan persistir, la Región Centro expresa el mismo espíritu acuñado en los pueblos de tres provincias con tonadas e idiosincrasias diferentes, pero enlazadas por su vocación de progreso y su historia común y su incólume pretensión de hacer de la Argentina un país en el que el federalismo deje de ser una aspiración.