Entrevista al director Marcos Romero
San Francisco construirá en 2025 la primera cárcel de mujeres
El penal de avenida Savio tendrá un pabellón femenino con capacidad para alojar a casi 30 internas. Además, aplicará un sistema de escaneo para controlar el ingreso. Buscan evitar la reincidencia y apuestan por la reinserción social.
Por Cecilia Castagno | LVSJ
Marcos Romero, director de la cárcel de San Francisco, cumple dos años al mando de uno de los penales más importantes de la provincia de Córdoba, con un desafío singular: hacer frente a las demandas de un sistema penitenciario que, además de albergar a reclusos, debe trabajar en su reinserción social. A punto de ser ascendido a un cargo en la cúpula del Servicio Penitenciario provincial, Romero analiza la evolución del establecimiento y anuncia el inicio de una nueva obra de gran importancia: la construcción de un pabellón para mujeres en 2025. Lo subraya como un paso importante en la evolución de un sistema penitenciario que apuesta por la rehabilitación, el trabajo y la educación como los pilares para lograr una reinserción exitosa de los internos a la sociedad.
En su despacho del Establecimiento Penitenciario Nº 7, durante una entrevista con LA VOZ DE SAN JUSTO, Romero reflexionó sobre su gestión, la realidad del penal y la implementación de nuevos proyectos. “Hoy tenemos un total de 480 internos”, contó y aseguró que no hay sobrepoblación, “todos tienen sus respectivas camas. Tenemos una capacidad para 500 internos, por lo que estamos bien en cuanto a infraestructura”.
Comenzó su análisis detallando los logros de su gestión, que se centraron en mejorar la infraestructura y la operatividad del establecimiento de mediana seguridad. “Fue muy positivo el trabajo con el Juzgado de Ejecución Penal, a cargo de la jueza María Teresa Garay, y también con las otras instituciones de la ciudad. Para mí, fueron dos años muy positivos”, destacó el director, quien reconoce que la colaboración con la Justicia y el respaldo de los gobiernos locales y provinciales fueron esenciales para su labor.
Uno de los proyectos más esperados en la cárcel de San Francisco es la construcción de un pabellón de mujeres, anunciado inicialmente en 2017 por el gobierno de Juan Schiaretti. “Era una demanda desde hace bastante tiempo porque todas las mujeres detenidas en nuestra ciudad y la zona terminan en las cárceles de Villa María o Córdoba”, explicó Romero, al tiempo que remarcó que la iniciativa no responde a un crecimiento en la cantidad de mujeres detenidas, sino a una necesidad operativa.
El pabellón femenino, que se empezará a construir en 2025, tendrá capacidad para alojar a aproximadamente 30 internas. “Será un sector exclusivo, separado de la población carcelaria masculina, ubicado en el ala suroeste del predio”, detalló. Este espacio no solo brindará un lugar adecuado para las mujeres detenidas, sino que también contará con áreas específicas para visitas, reuniones con sus hijos y servicios de salud especializados para ellas.
Intensificarán controles con prueba de scanner
Actualmente, en la cárcel de San Francisco se está construyendo un nuevo espacio para intensificar los controles de ingreso, con la instalación de un avanzado sistema de body scan o escáner corporal. Este equipo de última generación, que utiliza rayos X y escaneo 360º, examina el cuerpo humano para detectar cualquier objeto, especialmente teléfonos celulares, e incluso amenazas ocultas como por ejemplo armas metálicas y no metálicas, drogas, que intenten ingresar al penal. Tanto las visitas como los empleados del Servicio Penitenciario deberán someterse al body scan y a un escáner para sus pertenencias.
“Lo que se pondrá en funcionamiento en el corto plazo tiene que ver con el objetivo de hacer más rigurosos los ingresos y generar más controles, porque queremos saber todo lo que ingresa a la unidad penitenciaria”, argumentó Romero.
Apuesta por el trabajo y la educación
A lo largo de la conversación, Romero hizo hincapié en el importante cambio de paradigma que se implementó en las cárceles cordobesas en cuanto a la educación y el trabajo de los internos en el marco de una política encarada por el Gobierno provincial. “El objetivo es incorporar la población carcelaria a la cultura del trabajo para bajar la tasa de reincidencia delictiva”, declaró, mencionando que los internos tienen acceso a diversos talleres de oficios y programas de formación como vía también para la reinserción social.
“Tenemos el taller textil, que se reactivó este año, y un vivero en convenio con la municipalidad, en el que capacitamos a los internos en jardinería y contribuyen a la parquización de la ciudad. También hay talleres de chapa, artesanía, tapicería, herrería y panificación. Además, hemos comenzado una prueba piloto de un lavadero de autos que, por ahora, atiende a los vehículos del personal de la cárcel, pero la idea es abrirlo a la comunidad”, señaló.
“El objetivo es incorporar la población carcelaria a la cultura del trabajo para bajar la tasa de reincidencia delictiva (…) No es solo sobre aprender un oficio, es sobre cambiar vidas”.
Romero subrayó la importancia de estos talleres, que no solo generan una ocupación productiva, sino que también tienen un efecto terapéutico en los presos. Además, apuntó que la cárcel ofrece oportunidades educativas, desde los estudios primarios y secundarios hasta terciarios, con internos que cursan carreras en la UTN o la Uces (Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales).
“Hay internos que nunca aprendieron a leer o escribir, y aquí tienen la oportunidad de hacerlo. Recientemente, una profesora me comentó que algunos internos pudieron aprender a escribir su nombre. No es solo sobre aprender un oficio, es sobre cambiar vidas”, manifestó Romero.
Sobre la remuneración de los internos que trabajan, Romero explicó que reciben un pago acorde a la categoría de la tarea que desempeñan. "No es un salario alto, pero es un incentivo que les ayuda a entender la importancia del trabajo y les da una herramienta para el futuro en libertad", indicó. La participación en talleres y cursos, además de la buena conducta, puede influir en beneficios contemplados por la ley como salidas transitorias, libertad asistida o libertad condicional, siempre y cuando el juzgado correspondiente lo autorice.
La idea que los prisioneros deben ser obligados a trabajar para devolver a la sociedad por el costo de su encarcelamiento plantea un debate siempre vigente en la Argentina. Consultado Romero sobre cómo lidian como autoridades del sistema penitenciario con esa presión social, afirmó: “Estoy a favor de la reinserción. Aquí hay muchos internos que jamás tuvieron la oportunidad de estudiar o trabajar antes de su detención. Es fundamental darles las herramientas necesarias para que, al recuperar su libertad, puedan reintegrarse”.
El desafío de la rehabilitación
Romero defendió la política penitenciaria implementada en Córdoba, que enfatiza el respeto de los derechos humanos y la rehabilitación de los internos. Ahora bien, ¿cómo se recupera un recluso en un contexto de profunda crisis social y económica? “El desafío es abrir las cárceles, mostrar que no son lugares oscuros solo relacionados con el delito, sino espacios donde se puede trabajar en la rehabilitación de las personas”, sostuvo y destacó las actividades que han involucrado a la comunidad, como las ferias en las que los internos expusieron y vendieron productos elaborados en los talleres de la cárcel.
“No hay que bajar los brazos, hay que seguir trabajando en la rehabilitación del interno. Si de 10 internos uno se rehabilita, ya es un gran logro”.
En cuanto a la salud mental y las adicciones, otro de los pilares de la gestión, Romero explicó que el establecimiento cuenta con un equipo técnico compuesto por psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales, lo que permite hacer un seguimiento más detallado de cada interno.
Puede interesarte
Deportes, otra herramienta
Uno de los aspectos que generó entusiasmo en el penal de avenida Savio es la inclusión de actividades deportivas. La cárcel local cuenta con un equipo de rugby, Los Caranchos, que ha tenido éxito en el campeonato inter cárceles, lo que motivó a otros internos a participar. “El rugby fue muy positivo. Los Caranchos salieron campeones y eso trajo mucho entusiasmo”, subrayó Romero. También se practican otros deportes como fútbol, y se proyecta la construcción de un polideportivo en el mediano plazo.
Romero además se mostró optimista sobre las alternativas al encierro que se están evaluando a nivel provincial, como el uso de tobilleras electrónicas para los detenidos con prisión preventiva, proyecto que ingresó en la Legislatura y reforma el Código Procesal. “Es positivo todo lo que sume y aproveche los avances tecnológicos para mejorar el sistema penitenciario”, dijo.
Romero concluyó la entrevista con una reflexión sobre los desafíos que enfrenta el sistema penitenciario. “No hay que bajar los brazos, hay que seguir trabajando en la rehabilitación del interno. Si de 10 internos uno se rehabilita, ya es un gran logro”, expresó.