Análisis
Repoblar las pequeñas localidades
Un proyecto universitario propone repoblar pequeñas localidades y devolverles su esplendor, adaptándose a la vida actual, una iniciativa que muchas otras comunidades también necesitarían.
“El secreto de poblar reside en el arte de distribuir la población en el país. Pero no se distribuye la población por medios artificiales y restricciones contrarias a la ley natural de la distribución, sino consultando y sirviendo esta ley por esas medidas”. La frase pertenece a Juan Bautista Alberdi, el gran pensador de nuestra Constitución. Salvando distancias de tiempos, permite introducir el análisis de un proyecto surgido en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica de Santa Fe que fue reconocido internacionalmente y que tiene como objetivo la repoblación de una pequeña localidad que sufrió la migración de sus habitantes hacia los grandes centros urbanos.
Según consigna nuestro colega El Litoral, un equipo de jóvenes estudiantes, guiado por docentes, elaboró una propuesta para la repoblación de Matilde, una localidad del Departamento Las Colonias, situada a unos a 35 km al sur de la capital provincial. Recibieron enseguida el apoyo de la comuna de esa población al exponer los objetivos de su iniciativa. Porque -explicaron- “uno de los requerimientos era que haya participación ciudadana de la localidad, ya que el planeamiento urbano no se trata de armar un plan ideal e imponerlo, sino que se busca que, quienes viven allí, sean parte, con sus costumbres y requisitos particulares”.
El trabajo se basó en la concepción moderna de ruralidad, respetando la historia y las costumbres de la localidad. Se terminó generando una propuesta para familias que no quieran o no puedan seguir viviendo en las grandes ciudades y puedan optar por asentarse en Matilde, una localidad con más de 140 años de historia pero que hoy apenas supera los 900 habitantes.
El proyecto diseñado por estos jóvenes incluyó aspectos propios de la formación disciplinar como planeamiento y urbanismo, con ejes en infraestructura, equipamiento, servicios, posibilidades económicas y de producción, ecología, patrimonio, cultura y tecnología. Luego de reconocer las problemáticas, se definió cómo abordar el despoblamiento: a escala regional, trabajando en sectorizar Matilde; a escala urbana, armaron un máster plan; y a escala arquitectónica trabajaron sobre un modelo de vivienda rural productiva, teniendo en cuenta la calidad de vida y la sustentabilidad.
En verdad, el proyecto comentado puede constituir una instancia primera para comenzar el repoblamiento de distintas localidades del interior que sufrieron la emigración de sus vecinos, primero ante la “deserción” del ferrocarril y, luego, por las distintas vicisitudes de la producción rural, los “atractivos” de las grandes ciudades y la falta de posibilidades educativas o de atención de la salud.
Son muchas en nuestra región las poblaciones que requerirían iniciativas similares para devolver aquel esplendor de principios del siglo pasado, cuando la máxima de Alberdi se intentaba cumplir cabalmente. Porque, escribió el pensador tucumano, “poblar es educar, mejorar, civilizar, enriquecer y engrandecer espontánea y rápidamente”.