Fútbol
Regreso glorioso
Sebastián Scolari volvió a la ciudad tras haber conseguido el ascenso a la máxima categoría del fútbol de Ecuador con el Manta FC en su función de asistente técnico
Tal su costumbre, como cada fin de año, regresó a la ciudad para recuperar fuerzas en el seno familiar, su fuente abastecedora de energía. Es que la temporada resultó tan agotadora como feliz en este peregrinar por el fútbol, deporte en el que viene potenciando su desarrollo profesional y personal.
Esta vez, la escala realizada en Ecuador, resultó a todas luces brillante. Su equipo, el Manta FC, dio el salto a la división superior, para felicidad de la mitad de aquella ciudad portuaria. Se trató de la tercera conquista futbolística que ya luce en su imaginaria “vitrina de trofeos”.
Un logro que el “profe” Sebastián Scolari celebró en su función de asistente técnico, además de haber coordinado las divisiones formativas. Positivo proceso deportivo que acompañó con otra valiosa experiencia de vida, explorando la idiosincrasia y cultura de esa comunidad ecuatoriana.
“Esta fue mi primera experiencia en el fútbol de Ecuador. El club estaba en la serie B y el único objetivo era ascender a la serie A. Comenzamos a trabajar en el armado del plantel priorizando un buen grupo humano además de sus condiciones futbolísticas, creo que ahí estuvo el gran secreto”, dijo sobre la clave del éxito alcanzado.
Importante lauro que se tradujo en el tercero de su foja de servicios. “Después de recorrer esta hermosa profesión por más de 26 años y con mucho amor y dedicación, son pocas las veces que se logran los éxitos por eso al final del camino se disfruta muchísimo”.
“Me tocó mi primer ascenso en el año 2010 en Santiago Wanderer de Chile después con Central Córdoba de Santiago del Estero y esta es la tercera”, recordó.
“Todos se disfrutan y cada uno tiene su sabor especial, pero después de transitar varios años aprendí que la verdadera felicidad está en el día a día y no solamente en la obtención del objetivo”, añadió.
Mientras tanto no dejó de destacar la tarea colectiva del cuerpo técnico. “Estoy totalmente agradecido a todo el staff de trabajo, primero por la parte humana y segundo, por su capacidad y compromiso. Para el técnico Efren Mera era su primera experiencia y la verdad tuvimos una química especial y una relación hermosa”.
“Intentamos desde el primer día trabajar pensando que esto es un deporte en equipo y que todos somos importantes pero nadie es imprescindible. A partir de esas ideas el grupo lo fue entendiendo y asimilando tratando de dejar los egos personales en beneficio del equipo”.
“Además del entrenador, también todos los asistentes como la parte dirigencial, me recibieron de la mejor manera siendo parte de una familia no solo en lo deportivo sino también en lo personal”, completó.
En forma paralela, la temporada también se tradujo en un desafío personal, por aquello de estar lejos de su esposa e hijos y en consecuencia saber convivir con esa amiga llamada “soledad”.
“Cuando uno está lejos de tus afectos debe aprender a convivir con la soledad que muchas veces te golpea duro pero al final te das cuenta que es la que más te enseña porque te hace mirar para adentro y empezar a aceptarte con todos tus defectos y virtudes”.
“De esa manera experimenté nuevas relaciones, nuevos amigos y voy a estar agradecido siempre porque me hicieron crecer como ser humano”.
Vicisitudes de la vida que lo llevan a mostrar una profunda gratitud hacia sus seres queridos.
“La verdad que tengo que agradecer muy especialmente a Moni, Lucca, Renzo y Santi, la familia, esa que aguanta todo, que te da fuerzas en momentos difíciles, no es nada fácil la distancia, te sentís ausente y te perdés muchísimos momentos lindos, pero es ahí cuando hay que aprender a manejar las emociones”.
“También agradecer a Mario Conti, amigo incondicional de la vida que en un momento delicado allá por julio, donde el año a veces se hace demasiado largo y no sabes si vas a conseguir los objetivos, viajó para allá y pasamos unos hermosos días”.
No obstante se trató de un provechoso transito por un club al que le gustaría volver, y así lo admite: “La continuidad todavía no está definida, pero sí me gustaría volver, poder disfrutar de la primera división de Ecuador”.
Al tiempo que se permite adular a la ciudad que lo cobijó. “Manta es una ciudad de mar muy bonita, es la capital del atún, tiene playas muy bonitas y la gente es muy alegre sobre todo por su forma de vivir”.
“Como en cualquier lugar tiene sus costumbres y hábitos a los cuales siempre hay que acomodarse, pero esto me enriqueció mucho como ser humano, viajar, recorrer, explorar me provoca una apertura mental”, acotó.
Apasionado de su profesión y desde lo alto de su experiencia, reflexionó: “Ya estamos pisando los 50 y todavía hay energía para seguir, creo que la pasión y el amor por este deporte es lo que me da fuerza para seguir intentando, seguir aprendiendo, mejorando, porque ahí está un poco el secreto”.
“No sé hasta cuándo pero la energía está presente, siempre tiene que haber pasión, eso es lo que a mí me moviliza”, subrayó.
Mientras tanto Sebastián sigue fiel a su filosofía de vida, concluyendo que “a través de los años fui aprendiendo que disfrutar del presente me hace muy feliz”, por lo que nuevamente en su ciudad es tiempo de “disfrutar de mi familia y amigos, es el momento para vaciar, para que luego puedan entrar nuevas ideas y sueños”, cerró quien goza de un regreso glorioso, por saberse un “profe” de primera.