Día Mundial del Abrazo
Regalarse autoabrazos, un gesto de afecto que le hace bien a nuestra salud
En esta muestra de afecto y amor, damos y recibimos. Podemos regalarlo a los demás pero también a nosotros mismos. Autoabrazarse es una manera de brindarnos amor y reconocimiento. En el Día Mundial del Abrazo, la psicóloga María Victoria Mazzola explica por qué hay que practicarlo más.
Por Isabel Fernández|LVSJ
Rodear con los brazos a otra persona como muestra de afecto, cariño, felicitación o reconocimiento es un acto recíproco, en el que se da y se recibe. El abrazo es un arma poderosa que puede ayudarnos a estar bien. Pero no solamente podemos ser abrazados y abrazar, sino también autoabrazarnos, una opción sana que levanta la autoestima.
Hoy domingo 21 de enero, Día Internacional del Abrazo, destacamos la importancia de este gesto de afecto, que tuvimos que reprimir durante la pandemia de covid para evitar contagios, pero ahora afortunadamente podemos volver a practicarlo.
¿Por qué es necesario el abrazo? ¿Podemos autoabrazarnos con los mismos resultados?. LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó con la licenciada y profesora de Psicología, María Victoria Mazzola, autora del libro “Palabras fáciles para temas difíciles” quien destacó que el abrazo “es súper importante para los seres humanos, porque somos seres sociales y necesitamos de un otro a diferencia de otras especies”.
“El abrazo es un autorregulador emocional porque libera oxitocina, que es una hormona que nos tranquiliza, también está presente cuando amamantamos. Cuando abrazamos a alguien, lo reconfortamos y conseguimos que se tranquilice”, explicó la licenciada.
No solamente es buenísimo que nos abracen o que le demos un abrazo a otro, sino que –de acuerdo a estudios de la neurociencia- abrazarnos a nosotros mismos también es muy bueno para la salud emocional y física.
Para autoabrazarnos tenemos que colocar la mano derecha sobre el hombro izquierdo y la mano izquierda sobre el hombro derecho y podemos acariciarnos o darnos palmaditas. Mazzola explicó que según la neurociencia “cuando realizamos este gesto con nosotros mismos, cuando nos sostenemos, se encienden en nuestro cerebro las áreas de la calma. Entonces esto es muy importante”.
“Muchas veces estamos nerviosos y estamos sentados y pasamos nuestras manos por los muslos desde las rodillas, ésa también es una manera de tranquilizarnos. Nosotros lo hacemos naturalmente, nadie nos dijo, pero ahora se sabe por los estudios realizados que esas acciones generan calma a nuestro cerebro. Puede servir de autorregulador en un momento de ansiedad y angustia, darnos un abrazo nos va a calmar”.
“A veces decimos que necesitamos un abrazo y ahora sabemos que nos podemos abrazar a nosotros mismos si no tenemos a nadie que nos abrace”, remarcó.
“Me siento triste, ¿me podés abrazar un ratito?
Si necesitamos un abrazo es importante poder pedirlo y también darlo aconsejó la licenciada Mazzola. “Es importante poder pedir el abrazo y también poder darlo cuando alguien lo necesita. Es el dar y recibir, todos buscamos amor como energía, como esencia, pero también tiene que haber un equilibrio entre el dar y el recibir. Lo que doy y lo que tomo del otro y también debo saber que también cuento conmigo mismo con el autoabrazo, que generará a nivel psíquico y emocional las mismas hormonas como si alguien más nos abrazara”.
El gesto que sostiene
El abrazo es el primer lenguaje no verbal que tuvo el ser humano. Mazzola explicó que procesamos “a través del cuerpo y del sistema nervioso, porque el tacto comienza a sentirse en el octavo mes de embarazo, el bebé empieza a sentir todo eso y después es lo que lo conecta con el afuera cuando nace y su mamá lo acaricia, lo sostiene y gracias a que alguien nos sostiene podemos vivir”.
“Los seres humanos somos diferentes. Por ejemplo, entre los animales una yegua que tiene a su cría, a las cuatro horas ese caballito recién nacido se para y camina, ya puede ir en búsqueda de su alimento. Los humanos tardamos un año para caminar, entonces si no nos sostiene otro ser humano, no nos alimenta, no nos contiene, morimos. Por eso es muy importante la contención y el abrazo”, detalló.
La licenciada recordó una situación que la mayoría de nosotros pasamos con nuestros hijos. “Cuando nuestros hijos hacen una rabieta o están mal porque les duele la panza o tienen algún malestar, lo primero que hacemos es abrazarlos, les hacemos cariños porque les transmitimos seguridad, protección y sobre todo la empatía”.
En la pandemia nos prohibían tocarnos por el contagio de covid y eso trajo muchos problemas a las personas. “Esa limitación provocó que las defensas del cuerpo bajen, somos seres sociales y desde dentro del útero maternos sentimos el tacto y las sensaciones, entonces, el que nos impidan tocarnos, no condice con el hecho de ser humanos”.
Lo que necesitamos es gratuito
La psicóloga consideró: “Creo que todo lo que necesitamos es gratuito y lo tenemos al alcance de nuestra mano. Nos hicieron creer que todo lo que necesitamos está en el afuera y hay que pagarlo y no es así. Algo tan simple como un abrazo, digamos de tu madre, de tu amiga, de tu pareja o de uno mismo, puede darnos bienestar, calma sin necesidad de tener que pagar algo del afuera”.
“Nuestro cuerpo es una máquina perfecta que tiene todo lo que necesitamos. No quiero decir que no necesitemos de un otro, pero la tranquilidad no solo llega por tener dinero en el bolsillo, es importante tenerlo, pero no es la base de la felicidad. Hay mucha gente que tiene bienestar económico, pero se siente sola y angustiada y daría todo lo que tuviera porque alguien le dé un abrazo”, finalizó.