Salud mental
Por qué los cibercelos enferman las relaciones
Es un problema social que se acrecienta principalmente en el noviazgo adolescente pero también en parejas de todas las edades y afecta la salud y el bienestar. La psicóloga Sofía Abrate explica cómo impacta en los vínculos y cómo prevenirlo.
Por Isabel Fernández | LVSJ
“Mandame tu ubicación”, “pasame una foto” o “compartamos nuestras claves de Instagram” son conductas o pedidos no poco frecuentes entre algunas parejas en estos tiempos atravesados por las nuevas tecnologías, donde el celular y las redes sociales cambiaron las maneras de vincularnos, comunicarnos y construir lazos.
Un “me gusta” en la cuenta de Instagram de un amigo o amiga en común puede convertirse en el paso previo a un acto violento, físico, simbólico, psicológico. Los cibercelos, se convirtieron en un problema social preocupante y por eso, es importante reflexionar sobre lo que provocan, buscar ayuda si es necesaria y tomar medidas para prevenirlos.
¿Las parejas trasladan al mundo virtual lo que viven en el real?, ¿Por qué los cibercelos suelen visualizarse más entre los adolescentes?. Para saber más de su impacto en las relaciones LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó con la licenciada en Psicología Sofía Agustina Abrate (MP-13996) quien trabaja con familias, niños y adolescentes desde una mirada integrativa y vincular quien respondió distintos cuestionamientos y brindó algunas recomendaciones.
“Mucho de lo que se vive en el interior de un vínculo de pareja se va a ver reflejado en el mundo virtual, pero no por extrapolación, sino porque éste ya forma parte en el modo en el que los miembros se relacionan entre sí. Es un espacio más en el que las parejas habitan el vínculo”, aseguró.
Para evitarlos recomendó: “Registrar, pedir ayuda y problematizar. Es importante poder darle lugar a identificar estos modos de vincularse, reconociendo estilos de comunicarse, de relacionarse, de expresión de las emociones”.
-¿Qué son los cibercelos?
“Cibercelos” es un concepto novedoso, que muchos investigadores utilizan para llamar a aquellas respuestas emocionales, y conductuales que poseen las personas ante el temor de la pérdida de la persona que aman, ya sea por miedo al rechazo o por la aparición de un otro que amenaza la perdurabilidad de ese vínculo. La característica es que dicha expresión se realiza a través del mundo digital. Pero lo que no suele tenerse en cuenta cuando se habla de celos, es que generalmente, se trata de un factor naturalizado de la expresión de conductas agresivas, de control y sometimiento. Éstos se encuentran camuflados por creencias y representaciones sociales reproducidas sobre lo que se considera que se trata el estar en pareja. Lo podemos ver en ciertos mitos del amor romántico como; “si te cela te ama”, con su contracara “sino te cela no te ama.” ¿A quién le suena la frase, “seguro está celoso/a porque te quiere un montón?”. Nos enfrentamos así a un gran problema en todas las etapas de la vida, ya que obstaculiza el poder visualizar a los celos como una forma de expresión de la violencia, en la cual se ejerce un control de una persona por sobre otra. Imposibilitando así otros modos de vinculación en el cual se respete la diferencia, la intimidad y la privacidad de cada.
-¿Cómo nos damos cuenta que una pareja tiene este problema?
Puede manifestarse de múltiples maneras, principalmente en forma de control o espionaje. Por ejemplo, controlar “me gusta” o “likes” en fotos o publicaciones, eliminar amigos o personas de las redes sociales que más se utilizan, poseer contraseñas de dispositivos o cuentas de redes sociales, tener acceso a información personal, recibir varias llamadas o mensajes para chequear dónde está la persona, con quién se encuentra, pedir ubicaciones, fotos, etc.
-¿Por qué es más frecuente entre los más jóvenes?
Algunas teorías consideran que se visualiza más en los jóvenes, debido a su inmadurez, su falta de experiencia o bien las dificultades que presentan actualmente en cuestiones de “habilidades sociales”. Posicionándonos desde un pensamiento vincular, considerarlo de ese modo, nos acerca a una mirada reduccionista de una problemática más amplia. De esta forma, no podemos dejar de pensar que cada uno de nosotros es sujeto de un vínculo, es decir, nuestra identidad, nuestros modos de relacionarnos, se va construyendo, transformando, -con- y, -a partir de- múltiples relaciones y experiencias con otros, de la cual el contexto sociocultural en el cual estamos inmersos es un actor importante.
Por lo tanto, la invitación sería poder preguntarnos como adultos referentes:
- ¿Qué modos de vincularse ya sea en familia, en pareja, en la sociedad le estamos mostrando a nuestros niños y jóvenes?
- ¿Qué figuras de apego como modelo de identificación son las que los acompañan a armar vínculos con los otros? ¿cómo ayudarlos a sentirse seguros y cuidados en un vínculo?
- ¿Cuáles son los roles y modelos de género, de lazo amoroso que les transmitimos para que ellos puedan construir otros modos de vincularse donde no medie el control, la agresividad, sino más bien, la tolerancia a la diferencia, la empatía, el respeto por el otro, el cariño?
- ¿Qué se les problematiza sobre el amor romántico?
- ¿Qué se les enseña acerca del cuidado y el registro de uno mismo y del otro?
Pensemos en la adolescencia como una de las etapas de la vida en la que se da una gran transformación. El adolescente, se encuentra “duelando” su identidad y mundo infantil para construir una nueva en la que se conjugue no sólo un proyecto de vida, sino también nuevos – y propios- modos de vincularse. En este momento, se ve también, ensayando un estilo propio de construir un lazo amoroso por fuera del espacio familiar; el cual no está exento de valores, normas, roles, estereotipos y representaciones culturales, construidos y reproducidos tanto en el mundo digital como offline, espacios sumamente entrelazados. A partir de ello, podemos pensar que las redes sociales, han tenido un gran impacto en cómo los jóvenes van construyendo un saber acerca de la intimidad, la privacidad, la confianza, el amor, de qué se trata estar en una relación de pareja, cómo comportarse de forma socialmente aceptable en una relación, entre otros.
-¿Las parejas extrapolan al mundo virtual lo de la vida real?
Hay un entrelazamiento muy estrecho entre el mundo virtual y la vida real. Las redes sociales complejizaron los modos que tenemos de vincularnos como sujetos y se ve como una vía más de expresión de estos. Mucho de lo que se vive en el interior de un vínculo se va a ver así reflejado en el mundo virtual, pero no por extrapolación, sino porque éste ya forma parte en el modo en el que los miembros de un vínculo se relacionan entre sí. Es un espacio más en el que las parejas habitan el vínculo. Vemos que las redes impactan y a la vez moldean formas de ser y estar en un vínculo de pareja, de tal manera que, lo que acontezca en el mundo virtual o real, es parte de lo que sucede en el ‘entre’ del vínculo de dos personas, no una mera representación de lo real a lo virtual.
-¿Qué es la dependencia emocional?
La dependencia emocional suele considerarse como la imposibilidad que tiene una persona de ser y actuar por fuera de un vínculo. En este tipo de vinculaciones circula mucha desigualdad y desequilibrio entre sus miembros. Las personas suelen confundir amar con poseer o con ofrecerlo todo ante un temor abrumador de perder a quien se ama. La misma no posee una única causa; no la podemos atribuir, desde el sentido común a falta de autoestima, o imposibilidad para poner límites, sino más bien que debemos pensar este tipo de armados vinculares desde ciertas características históricas y singulares de cada sujeto, modelos de apego que han recibido a lo largo de la historia vital, experiencias de vida significativas, entre otras. Como así también las concepciones de “amor” que se posee en la sociedad de la cual el sujeto forma parte, ya que las mismas encierran creencias, normas y valores culturales que se ven en el rol que expresa cada una de las personas que conforman el vínculo.
-¿Es una causa de los cibercelos?
Podemos pensar que la dependencia emocional y los “cibercelos” se interrelacionan entre sí; en tanto ambos encierran en sí mismos modos de concebir, actuar y sentirse dentro de un vínculo. Lo cual también varía no sólo de cada sujeto sino también de cada pareja. Por ello determinar si la causa de que alguien sienta y actúe esos celos se debe a la dependencia emocional es unívoco y unidireccional, cuando puede haber en dicha expresión múltiples causas y motivaciones.
-¿Cómo luchamos contra esa dependencia?
Resulta importante poder psico- educar, no sólo a los jóvenes; a la comunidad total, desde los adultos hacia las infancias, en modelos de vinculación en el cual haya tolerancia y registro del otro como ser diferente a mí, con sus propios deseos, valores y creencias. Hoy en día vivimos en un mundo en el cual la intención es borrar y anular toda diferencia. Desde ahí es muy complejo que se puedan construir vínculos de pares, familiares, grupos o parejas donde se respete la alteridad y la singularidad de cada uno sin imponer mi propio deseo o subjetividad por sobre el otro. Poder transmitirles a niños y jóvenes que en sus vínculos es importante, que cada uno de los miembros se sienta validado en su sentir, en su pensamiento, en su sistema de creencias, ayuda a que cada uno pueda ir registrando sus propios límites, sus deseos y necesidades, fortaleciendo así la propia validación interna. A su vez, poder trabajar en espacios de encuentro con otros, factores de riesgo y protección de la violencia al interior de los vínculos es clave para poder identificar situaciones de riesgo propias o ajenas; brindándoles así, espacios de ayuda y contención.
-¿Qué recomendaciones existen para evitar este problema?
Registrar, pedir ayuda y problematizar. Es importante poder darle lugar a identificar estos modos de vincularse, reconociendo estilos de comunicarse, de relacionarse, de expresión de las emociones. No sólo del otro con el cual me vinculo, sino más de bien de uno mismo como parte del vínculo. Distinguiendo, así cómo uno se va sintiendo para buscar otras maneras más saludables y adaptativas de vincularse. Otro consejo significativo es poder pedir ayuda. Que pueda haber otros espacios o personas que los acompañen a ver que existen otros modos de vincularse con las personas, comprendiendo que en un vínculo amoroso hay muchos modos de sentirse cuidado, amado y respetado cada uno desde su singularidad, sus deseos, trabajando en acuerdos de pareja que alojen a cada uno de los miembros del vínculo. Para todo ello, no deja de ser importante psicoeducar a cada una de las personas de nuestra comunidad en modos saludables de querer y cuidar al otro, concientizar en problemáticas de violencia y género, interrogando mitos del amor romántico, como así también, problematizando roles y representaciones sociales que posee cada uno y que se ponen en interjuego en una relación amorosa.
Algunos datos
Según el informe “Rompiendo moldes: transformar imaginarios y normas sociales para eliminar la violencia contra las mujeres”, realizado por Oxfam en 2018 en América Latina y el Caribe:
- El 80% de los y las jóvenes afirma que sus amigos varones revisa el celular de sus parejas.
- Seis de cada 10 hombres de 15 a 19 años en América Latina piensan que celar es una demostración de amor.
- El 86% de los y las jóvenes indica que sus amigos y amigas creen que es mejor no meterse en las peleas de pareja.
- El 84% de las mujeres de entre 15 y 19 años piensa que revisar el celular de la pareja no es violencia.
- El 59% de los hombres de 20-25 años cree que no es violencia decirle a la pareja qué ropa debe usar.
- La dependencia emocional, que se manifiesta en las primeras relaciones de noviazgo, suele influir en cómo se da la violencia en la parejas adolescentes y juveniles.