Sociedad
Pentacomb, una empresa familiar que siempre apunta al crecimiento
La familia Gordo continúa con el legado y con nuevas energías busca el progreso en un rubro tan difícil e importante como es el de las estaciones de servicio.
El apellido Gordo en nuestra ciudad estuvo relacionado durante décadas con el mundo de la distribución de verduras. Más tarde, con las estaciones de servicio. Pero más allá del rubro, el apellido fue sinónimo de tesón, trabajo y voluntad de crecimiento.
Desde que adquirió su primera estación de servicios en 1979 la familia Gordo fue construyendo un negocio familiar que le dio trabajo a decenas de familias y contribuyó al progreso no solo de San Francisco, sino también de Frontera, Santo Tomé y Santa Fe.
La partida de Héctor, en 2019, fue un golpe duro para la familia. Pero esa misma determinación que llevó a la familia a manejar 5 estaciones de servicio y darle trabajo a más de 110 personas, es la que quienes sostienen su legado le ponen al día a día a un negocio tan demandante como importante para el desarrollo de cualquier comunidad.
Sentados en el renovado shop de la estación de barrio Jardín (9 de Septiembre y Alem), dialogamos con Lorena –quien fuera pareja de Héctor- y con Hernán, uno de los hijos que hoy llevan adelante la empresa.
“Es verdad, la gente conoce mucho más el apellido Gordo que el nombre de la empresa que es Pentacomb S. A.”, comenta Lorena, quien destaca que “siempre fuimos sinónimo de Shell en la ciudad y eso es un orgullo porque la marca es símbolo de calidad”.
“Anteriormente la familia Gordo se dedicaba a la venta mayorista de frutas y verduras. Era muy conocida la firma Gordo Hermanos en la ciudad por ese motivo. Pero a la familia se le presentó la posibilidad de comprar una estación de servicios, que era la de Sáenz Peña y el camino interprovincial”, cuenta Lorena.
Ese hito se produjo el 1° de mayo de 1979 y desde allí la historia cambiaría para siempre. “Como el negocio les gustó y siempre tuvieron esas ganas de crecer, siguieron comprando estaciones. Llegaron a tener 7: 5 en San Francisco, una en Santo Tomé y otra en la ciudad de Santa Fe”, agregó Lorena.
Desde el inicio y hasta hoy en día, la empresa familia estuvo ligada al nombre de Shell. “Es una característica de la empresa. A lo largo de más de 40 años de trayectoria, siempre llevó la bandera, los colores de Shell”, comenta Hernán.
A través de las décadas, la firma atravesó distintas vicisitudes, siempre con ansias de crecimiento. “Pasaron distintos gobiernos, distintas economías, hubo buenas y malas, la empresa vivió todas las vicisitudes y siempre se mantuvo vigente en base a mucho esfuerzo”, aseguran.
Por su parte Hernán acotó: “Lo mío es más reciente, porque hace solo 5 años que estoy en la empresa, pero sé que durante toda su historia se atravesaron muchísimos obstáculos y situaciones adversas”.
El auge
El crecimiento fue tal que la empresa llegó a tener 5 estaciones en la ciudad y dos en la provincia de Santa Fe: una en la capital y otra en Santo Tomé. “Llegamos a tener 110 empleados. Después, por distintas razones como políticas de la empresa o de la misma Shell que en una etapa decidió cerrar algunas estaciones porque no eran rentables, se dieron de baja las de 25 de Mayo y Moreno y la que se conocía como ‘la Pecera de Porcari’ por Buenos Aires. Otra que se decidió no continuar el contrato de la de avenida Urquiza que hoy explota otra gente”, recuerdan.
Hoy quedan dos en la ciudad y las de la provincia santafesina. La única que no cuenta con la bandera de Shell es la de barrio Jardín. “Siempre le recordamos a la gente que seguimos vendiendo todos los productos de Shell, por eso conservamos los colores de Shell. El combustible que se expende es Shell, no compramos en otro lado. Es una estación ‘blanca’ pero el producto siempre es el de mejor calidad, de Shell”.
“De chica cuando veía las estaciones de servicio de las distintas marcas y Shell era la que daba una imagen de mayor calidad. Era de las más caras y la más importante. Entonces, seguir manteniendo esos colores y ese estándar de calidad es una de nuestras premisas. Otra es la unión familiar para seguir creciendo”, recuerda Lorena.
Héctor falleció en 2019 y Lorena junto a los hijos se propusieron seguir con el legado. “Fue un golpe duro, pero tomamos la posta, a seguir remándola. Pasamos pandemia, pasamos muertes de empleados, cuestiones económicas difíciles y seguimos adelante, con la ayuda de nuestros asesores, que para nosotros es muy importante porque no tenemos mucha experiencia”, expresa Lorena.
“Antes todo pasaba por la cabeza de una sola persona. Antes la administración era de la vieja escuela, les costaba delegar, tenían otro pensamiento, pasaba todo por ellos (los hermanos)”, asegura Hernán.
Con respecto a la actualidad cuenta: “Estamos más unidos que nunca. Puede haber pensamientos diferentes porque somos seres humanos y no todos pensamos de la misma forma. Pero siempre se llega a un pleno entendimiento para ir todos para el mismo lado”.
Inversión millonaria
Actualmente la firma se encuentra en el proceso de una obra que demandó una inversión millonaria y que tiene como objetivo modernización y crecimiento.
Se trata de un trabajo estructural muy importante que se está realizando en la estación de Saénz Peña y el Camino Interprovincial. Allí, se está realizando bajo la conducción del arquitecto Federico Busato una reforma a nivel de subsuelo para implementar el sistema de descarga directa.
Esto responde a exigencias de la Secretaría de Energía y también de Shell, que también aporta en la inversión a los fines de renovar el contrato en esa estación.
“Es una obra necesaria para luego hacer otros cambios a nivel edilicio, siempre con la intención de darle las mejores condiciones a los clientes. Es una estación de servicio con un tráfico tremendo, porque prácticamente todo Frontera carga ahí, además de todos los barrios sanfrancisqueños de ese sector”, comentaron.
El trabajo consiste en trasladar las bocas de descarga a un único sector, para que el camión pueda depositar los productos más ágil y rápidamente. Además, habrá una renovación de los surtidores y un cambio de cara completo en el shop.
De cara a lo que viene, Lorena expresó que “la situación de la empresa siempre va de la mano de la situación del país. Uno va remándola permanentemente pero siempre pasa algo. De todas maneras siempre nos proponemos seguir creciendo para alcanzar tranquilidad. Este es un rubro donde no se descansa nunca, que te consume mucho tiempo. Entonces, uno lo que quiere es alcanzar un equilibrio entre el crecimiento de la empresa y la tranquilidad personal”.
“Hacer futurología en este rubro y en este país es un poco difícil. No se puede ver mucho más allá de los próximos años, pasan muchas cosas. Hasta puede aparecer un comprador y ahí se verá. Desde afuera uno cree que esto es fácil, pero es todo lo contrario. Un contexto nacional más estable sería muy bueno”, comentó Hernán.
Ambos coindicen en que gran parte de la responsabilidad para seguir creciendo y el agradecimiento es para las familias de los 75 empleados que hoy tiene la firma. “Gracias a ellos seguimos creciendo. Nuestro esfuerzo también es para esas familias”.