Posta
Pensamientos, las flores que nunca pasan de moda
De todas las plantas anuales de desarrollo invernal, el pensamiento es, sin duda, la más florida de todas.
Es una planta híbrida ornamental obtenida de la especie silvestre Viola tricolor. Su nombre científico es Viola x wittrockiana y es nativa de Europa.
No deja de florecer durante todo el invierno, llegando a su esplendor a finales de la estación inicios de primavera y es que, con los primeros calores, la planta decae.
Son los candidatos perfectos para el frío, tanto por su capacidad de soportar bajar temperaturas como por la increíble paleta de colores que ofrecen. Presentes en jardines y hogares, cultivar pensamientos es sumamente sencillo ya que se puede decir que se cuidan solos. Hay pocas plantas tan poco exigentes y tan generosas.
Por todo ello, el pensamiento es una de las flores de invierno de exterior perfectas. Sus únicas exigencias son el riego regular durante los meses de floración, que sucede durante el invierno; y un suelo con un buen drenaje, ya que no soporta el encharcamiento. Tampoco está de más aplicar un abono para plantas de flor diluido en el riego para promover su floración.
Entre sus diferentes usos, la flor de pensamiento es comestible y normalmente se emplea para decorar los platos. Sin embargo, a veces se incluye en los platos para comerla. Se utiliza también en repostería, donde las flores frescas de pensamiento se cristalizan en azúcar para hacer dulces de violeta.
También, se utiliza en perfumería, ya que tiene un aroma cautivador y suave al que algunos han atribuido un poder afrodisíaco.
Los cuidados
1 – Riego
Durante la floración es necesario regar tu flor de pensamiento cada 3 días y debes cuidar su drenaje.
2 – Luz
A esta planta le encanta la iluminación natural. Así que cuanta más luz solar le dé, mucho mejor.
3 – Sustrato
La tierra debe estar siempre húmeda, pero sin encharcarla.
4 – Abono
Se recomienda diluir el abono en el riego para promover su floración.