Tiempos para compartir
Pastoral Carcelaria vende bonos para ayudar a los presos a celebrar la Navidad
Con la compra de un bono de $1.000 se puede ayudar para que los privados de la libertad de la Penitenciaría puedan recibir un regalo navideño que este año consistirá en un bolsón llamado “La Casita de Belén”. En la nota, toda la información para aportar.
“En esta Navidad tenemos la oportunidad de hacer nacer una esperanza”, con este lema, la Pastoral Carcelaria de la diócesis de San Francisco, convoca a la comunidad a tener un gesto en esta fecha especial y colaborar con la compra de un bono contribución con el objetivo de armar un bolsón que se le entregará a los privados de la libertad del Establecimiento Penitenciario N° 7.
La idea es entregar un presente navideño a cada uno de los presos y a los integrantes de todo el sistema. Para eso están vendiendo los bonos a un costo de $1.000 cada uno. Todas las parroquias de la diócesis tienen tarjetas a disposición y quienes deseen colaborar pueden comunicarse a través de whatsapp a los teléfonos 3564 507442 ó 3564 597388. Los bonos pueden comprarse hasta el sábado 23 inclusive.
El bolsón, al que llamaron “La Casita de Belén”, contiene dulces, alfajores, jugos y distintas golosinas para que puedan disfrutar.
La delegada diocesana de la Pastoral Carcelaria, Graciela Macchieraldo y el delegado de la Región Centro, Osvaldo Peralta, invitaron a todos a colaborar recordando el pasaje de la Biblia que dice: “Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber, estuve en la cárcel y me fueron a ver”, Mt 25,35-36.
“El año se cierra con la misa que oficia el obispo diocesano, Sergio Buenanueva y con la idea de darles un regalo de Navidad a cada uno de nuestros hermanos privados de la libertad. Hace unos años el bono cumplía la función de poder ofrecerles algo que a los presos les significaba salir de lo habitual, que era un almuerzo distinto, con comidas especiales. Pero este año por el contexto de crisis, ofrecemos este pequeño gesto que hace nacer la esperanza”, aseguraron Graciela y Osvaldo.
Misericordia y liberación espiritual
Ante el prejuicio y hasta a veces el rechazo que provoca en muchos el ayudar a presos desde la pastoral aclararon: “Hay una diferencia entre la persona que comete un delito y que tiene que cumplir una condena impuesta por la Justicia de los hombres, como corresponde y la otra es la mirada de la Pastoral Carcelaria que es la de una de las obras de la Misericordia y la Justicia Divina. No juzgamos a la persona, porque Dios siempre brinda la oportunidad que no da la Justicia humana”.
Los integrantes de la Pastoral acompañan, guiados espiritualmente por el capellán de la cárcel, el sacerdote Daniel Maini. Aseguran que no solo pueden acompañar, sino que también aprenden mucho. “Los internos están privados de la libertad físicamente, pero su espíritu puede ser libre, pueden conocer la esperanza. Lo que tratamos es de liberarlos espiritualmente para que ellos encuentren su paz”, dijo Graciela.
Por otro lado, Osvaldo remarcó que acompañando “siempre aprendemos, cada uno tiene su historia diferente es un mundo totalmente diferente al nuestro”.
“Más allá de los presos, la relación y el apoyo de la Pastoral Carcelaria también se entabla con el director, los guardiacárceles que pasan muchas horas de sus vidas trabajando en la cárcel, como un preso más, con las familias de todos. Tenemos que estar cercano a la realidad que viven también y por eso celebramos el Día del Agente Penitenciario, compartiendo un chocolate con ellos”, añadieron finalmente.