Análisis
Paicor: crece la demanda
Es plausible que el Estado haya mantenido el Paicor a lo largo de los años, pero duele constatar que las necesidades de la gente hayan tenido un crecimiento también permanente en los últimos tiempos.
Los pedidos de inclusión al Paicor de niños y adolescentes en edad escolar aumentaron notoriamente este año, de acuerdo a las estimaciones que han hecho funcionarios del gobierno provincial. En efecto, en declaraciones formuladas a un colega capitalino, el crecimiento de la demanda superaría el 10% respecto de 2023, con lo que sería de aproximadamente 400 mil el número de menores que deberán ser asistidos por este programa que lleva 4 décadas de funcionamiento en todo el territorio cordobés.
En declaraciones periodísticas, el secretario general de la Gobernación, David Consalvi, sostuvo que “el padrón del programa cerró el año pasado en 365 mil beneficiarios, y a esta altura, cuando todavía falta que muchísimas familias inscriban a sus hijos, ya tenemos 334 mil chicos accediendo al beneficio”, explicó el funcionario. “Estimo que este año, cuando consolidemos la base de datos, estaremos superando los 400 mil chicos y chicas asistidos por el Paicor”, indicó.
Por cierto, la primera interpretación es que este incremento se debe a la grave crisis socioeconómica que padecen vastos sectores de la sociedad, producto de la inflación y la licuación de los ingresos familiares. Es más, se asegura que son muchos los hogares que ahora necesitarán el apoyo del Paicor cuando nunca debieron hacerlo en los años anteriores. De confirmarse, éste sería un indicador contundente de la seriedad del problema.
En Córdoba, el Programa de Asistencia Integral de Córdoba (Paicor) constituye una política de Estado que, con altibajos, se ha afianzado como una estrategia de contención que permite a miles de familias aliviar la carga económica y asegurar que sus hijos puedan ir a la escuela en las condiciones que se requieren para el aprendizaje. Se trata de un programa consolidado y cuyos resultados son reconocidos por la mayoría de los cordobeses.
No obstante, el crecimiento de la demanda de asistencia en el Paicor refleja una realidad angustiante. Exhibe el deterioro ostensible de la calidad de vida de la población, especialmente cuando se observa que sectores considerados siempre como medios recurren al auxilio estatal, en virtud de los serios problemas socioeconómicos que sufren. El citado funcionario provincial lo admitió: “Los nuevos beneficiarios que se están sumando al programa son alumnos de familias de clase media que no solían pedir el Paicor para sus hijos, y que este año están más comprometidos económicamente”, dijo.
Si bien es plausible que el Estado haya mantenido el Paicor a lo largo de los años, duele constatar que las necesidades de la gente hayan tenido un crecimiento también permanente en los últimos tiempos. Vale recordar que, en 2020, el programa de asistencia cordobés proveía de ayuda alimentaria y de vestimenta a una cantidad de niños y adolescentes que no llegaban a los 300 mil.
Por ello, el crecimiento de la demanda deja expuesta la gravedad de una situación que sería, por cierto, mucho más severa si no existiesen los programas asistenciales. Pero que denota el enorme deterioro de la calidad de vida de miles de familias y la decadencia de un país que sigue proclamando, con ingenuidad y toscamente, que con su producción podría alimentar a millones de seres humanos. Una supuesta “verdad” cada vez más lejana.