Agro
Otro tambo que se cierra en la región: el día más triste de Cristina
María Cristina Coggiola cerró el tambo familiar en la zona de Colonia Prosperidad y le pidió perdón a su papá mediante una carta que publicó en las redes sociales.
La lechería vive en la Argentina una crisis crónica, que en los últimos días se vio agravada por el aumento de costos provocado por el “dólar maíz” y la mala noticia de que los precios internacionales de la leche en polvo se derrumbaron.
En ese contexto, día a día se siguen cerrando tambos y ahora fue el turno de un establecimiento de la zona de Colonia Santa María, a unos 15 kilómetros al norte de Colonia Prosperidad: El Desafío de Cristina Coggiola, que luchó contra todo para mantener vivo el negocio familiar pero no pudo.
Recientemente publicó un sentido mensaje en su cuenta de Instagram para anunciar el cierre del establecimiento que habían iniciado sus abuelos y consideró que cierra esta etapa de su vida “con mucho dolor, tristeza, bronca, angustia, porque era una empresa familiar y siempre poniendo hasta lo que no teníamos”.
“Hoy se apagaron las luces, los motores que se veían a lo lejos de otro tambo argentino. Fue iniciado por mis abuelos, luego mi papá y ahora lo seguía yo”, relató Coggiola quien además es propietaria de la pañalera, juguetería y anexos Tedi Showroom en San Francisco.
A la hora de expresar por qué debió llegar a esta situación, subrayó “cuestiones externas que no permitieron que la empresa pueda crecer y que las cosas sean mejor”, entre las que mencionó “cuotas de la mala suerte, la inestabilidad económica del país”.
“No es posible que una pañalera esté bancando un tambo”, lamentó. En este sentido contó que “la empresa que me compraba la leche me decía que era de máxima calidad, pero los $103,50 de junio y los $106,50 que me pagarán por la leche de julio no me alcanzan”.
“Nos cachetearon de todos lados. No tuvimos la fuerza económica para poder invertir y poder hacer nuevos cambios”, expresó.
“Hoy estamos de duelo”
“Hoy estamos de duelo, fue desconsolador el llanto cuando se alejaban los camiones”, manifestó. La productora contó que lloró cuando las últimas vacas pudieron ser subidas a un camión con destino a otro tambo de la zona de Luxardo, donde logró venderlas con precios por debajo de mercado.
Para Coggiola, “los cambios son muy duros” y en ese sentido enumeró: “Ya no sonará más el teléfono, donde el banco me avise del descubierto. Ya no sonará el teléfono cuando el tambero me diga a las 4 de la mañana ‘no me anda el motor, no tengo luz, no me funciona la electro bomba, se cayó el camión de la leche a la cuneta, no tengo tractor y así muchas cosas”.
“Perdón papá”
La productora en cuestión repasó algunas anécdotas de su vida como tambera. “Recuerdo que le llevaba el mate cocido a mi papá, me gustaba curar a los terneros con el curabichera, íbamos en tractor a recorrer los lotes y así también me perdió del tractor, me caí (ja,ja,ja), y así, muchas anécdotas de familia”, dice en su cuenta de Instagram: @cristina_coggiola.
Y completó: “Solo me queda agradecerles a las vaquitas, mis amores, todo lo que nos dieron. Y pedirle a mi papá perdón porque no supe cómo manejar semejante empresa. Sé el dolor que tiene él, porque acá hubo mucha pasión, amor, compromiso, cansancio, noches sin dormir, inundaciones, de todo vivió mi viejo”.
“Gracias a todos los que nos acompañaron y ayudaron en esta etapa, no siendo fácil, pusieron todo su maravilloso talento y luz propia, para sobrevivir pero no alcanzó. Gracias y ahora a reconvertirnos. La vida nos enseña que nos podemos tropezar, pero siempre asumiendo nuevos desafíos”, concluyó.
“Es imprescindible que los gobiernos ayuden a los productores chicos porque los tambos se van a seguir yendo”, reflexionó.
Además, publicó su número telefónico por si hay otros productores interesados en las herramientas que quedaron en desuso.