Educación
ONU: modelo para aprender
Tras ganar la instancia regional y obtener una mención especial en la etapa nacional, los alumnos de Pablo VI reflexionan sobre cómo ser parte del Modelo de ONU los ayudo a crecer individualmente siendo parte de un colectivo.
Por Manuel Ruiz
Mayra Lencinas, Paulina Filippa, Francisco Testa, Carolina Galetto, Ingrid Von Buren, Lucía D´eramo Salomón, Violetta Olivero Fornero, Tiago Díaz y Delfina Martín son los 9 alumnos, que coordinados por el profesor Emiliano Buffa, representaron al Instituto Pablo VI y a la ciudad, en la instancia nacional del Modelo de Naciones Unidas que hace 30 años desarrolla en nuestro país la ONG Uniendo Metas.
Durante los primeros días de noviembre en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Buenos Aires, y simulando la delegación diplomática de Kazajistán, los sanfrancisqueños obtuvieron una mención especial por su trabajo realizado en Concejo de Derechos Humanos, algo que más allá del premio, refleja el compromiso con la preparación, el deseo del aprendizaje y la evolución en artes, como la oratoria, que este grupo consiguió desde que integran el modelo.
No fue sencillo, no obtener una mención, sino estar, participar activamente y volver satisfechos de esta experiencia en la capital federal de nuestro país. Lo cuentan ellos: “Fue tenso los dos días. Había delegaciones que no te querían dejar hablar directamente, te interrumpían. Muchas delegaciones o muchos delegados en sí eran muy violentos en la forma en la que decían las cosas. Y cuando pasa eso se pierde un poco el mensaje de lo que es el Modelo”.
“Nada que ver con lo que sucedió acá. Fue un cambio porque, por ejemplo, acá se respetan mucho las formas. Allá mucha gente te ninguneaba. Eran muchas más delegaciones y es distinto. O sea, el trato que tienen los delegados de allá comparado con los que tienen los de acá es muy distinto. Aunque acá sea bastante competitivo el modelo, allá es como que la gente ya deja la competición sana de lado y te empieza a atacar para ganar. Acá se compite, pero es sano”, ilustran los chicos sentados en un aula de su colegio en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO.
Dicen que el Modelo de la ONU intenta ser lo más similar posible a lo que puede suceder en una Asamblea General desarrollado en Nueva York y compuesta por líderes y diplomáticos de las naciones del mundo. Lo que le tocó vivir a ellos en Buenos Aires, no parece muy distante a lo que pasa en realidad.
Aprender es otra cosa
Historia, geografía, política, cultura. Y podríamos seguir enumerando asignaturas. Pero en realidad, el modelo de Naciones Unidas es una instancia para aprendizajes más complejos, más sensibles, más a largo plazo.
“Sirve un montón, no solamente por el modelo en sí, conocer otras personas y conocer cómo preparar tu oratoria, como preparan sus discursos los otros. Conocer estudiantes de otros lugares, otro tipo de escuelas, eso te enriquece mucho”, enumeraran los adolescentes.
Aseguran que es una forma de mantenerse en constante conocimiento de lo que pasa en el mundo y fortalecer el compañerismo mientras se genera una conciencia de los vaivenes de la política internacional “Aprendes a debatir, a escuchar. Por el simple hecho de que somos todos individuos, y todos tenemos nuestras distintas metodologías aprendes a trabajar en equipo".
Una de las alumnas remarcó que el aprendizaje fue mucho más profundo, inclusive: ”A mí ONU me ayudó mucho a liberarme. Soy bastante cerrada en algunos ámbitos. Entonces me ayudó a dar un poquito más mi opinión y a expresarme un poquito más”, señaló.
Ganar una instancia regional, ser distinguidos a nivel país en una propuesta que aúna en el debate a 95 establecimientos educativos, si, es meritorio. Pero no es más meritorio que el hecho de tener ganas de aprender, de preocuparse por aprender y darse cuenta que las herramientas que te brinda el conocimiento generan una satisfacción y una alegría que muchas veces queda en un segundo plano en cualquier instancia educativa.
El Modelo de la ONU es eso: aprender a aprender, disfrutarlo y aprender a que el trabajo en grupo siempre da premios más felices.