Análisis
Nueva ordenanza de protección animal
El Concejo Deliberante de nuestra ciudad aprobó recientemente una ordenanza para proteger la vida de los animales, prevenir los actos de crueldad y maltrato y controlar su salubridad y reproducción.
El Concejo Deliberante de nuestra ciudad aprobó recientemente la Ordenanza N° 7644, cuyo objetivo es proteger la vida de los animales, prevenir los actos de crueldad y maltrato y controlar su salubridad y reproducción con métodos éticos. La norma dispone que la autoridad de aplicación será la Secretaría de Salud a través del Centro Municipal de Salud Animal y Zoonosis, ente que deberá elaborar, desarrollar e implementar “políticas adecuadas para la preservación de la salud animal y el control de la zoonosis y antropozoonosis en el ámbito del municipio”.
Lo dispuesto por el órgano legislativo municipal constituye un marco específico en materia de protección de animales domésticos especialmente y podría significar un avance para detectar, prevenir y actuar en ocasiones en los que los derechos de los animales estén en juego, así como también su salud y la de los vecinos.
De acuerdo a lo que dispone la ordenanza, entre otras funciones, el Centro Municipal de Salud Animal y Zoonosis deberá controlar la reproducción de perros y gatos, a través de un programa de castraciones quirúrgicas desarrolladas en forma masiva y gratuita. Además, será responsable de controlar las enfermedades que pueden contraer los animales domésticos y el hombre a través de ellos, por medio de “medidas de prevención e información adecuadas, que incluya la promoción del cuidado y la adopción responsable, la vacunación, los tratamientos antiparasitarios y la atención veterinaria primaria.
En el texto normativo sancionado por el Concejo se señala que el organismo referido podrá castrar a todo animal que se encuentre suelto en la vía pública y exigir esa medida a los propietarios cuando medien razones de salubridad o higiene. Prohíbe la matanza de animales de perros y gatos por cualquier método y determina que “toda persona propietaria o que se ocupa de un animal doméstico y/o de compañía deberá procurarle alojamiento, cuidados y asistencia sanitaria y médica adecuada. En particular, será responsable de su vacunación, desparasitación y cualquier otra medida que se disponga para prevenir la transmisión de enfermedades, como así también, de su castración o control de su reproducción”. Además, se establece que, en la vía pública, “el propietario o cuidador deberá conducirlo con collar y correa y retirar las heces que deposite el animal”.
Como puede comprenderse, la Ordenanza citada abarca numerosos puntos que, por momentos, son motivo de conflictos en la ciudad. En especial vinculados a la falta de conciencia de algunos propietarios de animales y a conductas desaprensivas que no reparan en las condiciones básicas que exige su tenencia y el cuidado de su salud. Así también, las funciones del órgano que se encargará de esta problemática responden a inquietudes vecinales que debían ser respondidas.
La promoción de mejores condiciones de vida para los animales domésticos y el control de circunstancias que afecten su salud o pongan en peligro la de los vecinos es una tarea impostergable del municipio que debe conjugarse con los esfuerzos de varias entidades intermedias que trabajan en pos de la defensa de los animales. En este contexto, convendría sugerir que una norma de este tipo abarque también a otros tipos de especies –los caballos, por caso- que también generan situaciones riesgosas si sus cuidadores no cumplen responsablemente su función.
Finalmente, la promoción de una mejor calidad de vida de perros y gatos en la ciudad y, por ende, de los vecinos, implica una estricta tarea de control que deberá llevar a cabo la repartición dependiente de la Secretaría de Salud.