Tecnología al servicio de la salud
Miramar: una cirugía 3D le cambió la vida a Estela
“Volví a vivir”, dijo Estela Castellino, quien tenía un tumor en la pared torácica y pasó por una cirugía única en su tipo. Se le realizó el reemplazo de esternón, clavícula y articulaciones con impresiones 3D en el hospital Ferreyra de Córdoba.
Por Isabel Fernández | LVSJ
Gracias al avance de la ciencia, de la tecnología, la capacitación de los médicos y la salud pública, Estela Maris Castellino de 61 años cambió su vida. Estela, que es oriunda de Miramar de Ansenuza, fue operada en el Hospital Raúl Ferreyra de Córdoba, tras ser diagnosticada con un tumor en la pared torácica que afectaba el esternón, ambas clavículas y la primera costilla izquierda.
En la cirugía se le realizó el reemplazo de esternón, clavícula y articulaciones con impresiones 3D. A través de esta intervención, liderada por el cirujano Mario Bustos y su equipo, el nosocomio logró un hito en cirugías de tórax de alta complejidad.
La intervención permitió conservar la movilidad articular de ambas clavículas, un complejo desafío en este tipo de cirugías. Como resultado de ello, Estela puede tener una mejor calidad de vida tras la operación.
“Me siento muy bien, todavía un poco dolorida, pero puedo cocinar, hacer mandados y llevar una vida normal. Volví a vivir porque antes estaba limitada, para mí es una vida nueva”, aseguró Estela a LA VOZ DE SAN JUSTO.
Un dolor en el pecho motivó primero la consulta al cardiólogo y después de realizar estudios descubrieron que un tumor en el tórax era el causante de las molestias.
“Los médicos me dijeron que con estas prótesis no iba a perder la movilidad del brazo y así fue”.
Acompañada por su familia, su hermana Lidia y su hijo Juan, realizó varias consultas y pasó por varios exámenes hasta que llegó al Hospital Ferreyra donde el equipo del doctor Bustos evaluó su caso y finalmente la intervención se llevó a cabo a principios de abril, se extendió durante varias horas y afortunadamente salió bien.
“Siempre me atendieron bien en el hospital, los médicos me dijeron que con estas prótesis no iba a perder la movilidad del brazo y así fue –destacó Estela-. La operación era necesaria porque tenían que sacar el tumor, lo sacaron todo y ahora estoy esperando el resultado de la biopsia que se hace por prevención”.
“Hago vida normal y estoy agradecida”
Estela está recuperándose de la operación en la casa de su hijo Juan en Córdoba, para estar más cerca del Hospital Ferreyra por cualquier problema que pueda surgir, pero está muy bien e incluso puede hacer algunas tareas de la casa como cocinar, tender camas, poner la mesa, limpiar o hacer las compras, siempre con el cuidado de no hacer esfuerzo.
Contó que después de la operación “hago vida normal. Puedo mover tranquilamente el brazo, siento un poco de dolor ya que tengo algo nuevo en el cuerpo, pero el médico me dijo que es normal, no tengo que levantar cosas pesadas, cuidarme un poco y por el momento no me indicaron rehabilitación”, afirmó.
Agregó satisfecha que ahora “puedo ir a ver a mis nietos, reunirme con mi hermana, es una vida nueva, puedo hacer todo lo que antes no podía. Espero poder volver a Miramar pronto para estar con todos y también con mi perrito Shao, que me sigue mucho. Estoy muy agradecida con los médicos y todo el personal del Ferreyra por cómo me atendieron”.
“Hago vida normal. Puedo mover tranquilamente el brazo, siento un poco de dolor ya que tengo algo nuevo en el cuerpo, pero el médico me dijo que es normal, no tengo que levantar cosas pesadas, cuidarme un poco y por el momento no me indicaron rehabilitación”.
“Desde el médico que la operó, su equipo, las enfermeras y todo el personal del Hospital atendieron muy bien a mi mamá, nos explicaron todo, siempre llaman para preguntar cómo está. Fue una atención excelente, afortunadamente está bien”, destacó su hijo Juan quien también agradeció a su familia y a su tía Lidia “por estar siempre presentes, mi tía me apoyó muchísimo”.
Mejor calidad de vida y menos complicaciones
El Hospital Raúl Ferreyra (HRF), centro sanatorial exclusivo para la comunidad de Apross, demostró su capacidad para abordar procedimientos quirúrgicos excepcionales.
Al respecto, Omar Rivera, director del HRF, subrayó que “la ventaja de este tipo de cirugías es que permiten una mejor calidad de vida del paciente y menos complicaciones en el posoperatorio”.
Rivera agregó que además se trabajó exhaustivamente en la planificación de una prótesis con biomodelos cadavéricos, lo que posteriormente permitió un mejor funcionamiento del implante.
La preparación de la intervención llevó aproximadamente 20 días y participó un equipo de 100 profesionales de la salud, entre cirujanos, anestesistas, instrumentistas, enfermeros y personal de sala común.
En detalle
La operación se realizó tras una exhaustiva evaluación preoperatoria y la confirmación del diagnóstico. Luego, se planificó una intervención que incluyó la extirpación del tumor y la reconstrucción de la pared torácica, preservando la movilidad de las clavículas.
El procedimiento quirúrgico y el caso fueron meticulosamente estudiados en la planificación previa mediante prácticas en cadáveres, con el objetivo de minimizar posibles complicaciones.
La empresa Raomed, fue la encargada de desarrollar la prótesis personalizada en impresión 3D.
Durante la cirugía, que tuvo una duración de 7.5 horas, se realizó la resección del tumor con márgenes oncológicos adecuados, seguida de la colocación de la prótesis y la cobertura con colgajos musculares.
Todo el procedimiento fue realizado por el equipo liderado por el doctor Mario E. Bustos, especialista en cirugía torácica y reconocido líder en el campo, acompañado por un equipo de tres cirujanos adicionales y personal especializado en anestesia e instrumentación.
"Este caso refleja el compromiso del Hospital Raúl Ferreyra y la calidad de las prestaciones de Apross en la realización de procedimientos quirúrgicos de alta complejidad que marcan la diferencia en la atención médica”.
En la etapa de recuperación postoperatoria, la paciente recibió cuidados intensivos bajo la supervisión del doctor Oscar Fernández Rostello, jefe de la unidad de cuidados intensivos, junto con su equipo de coordinadores y enfermería.
Actualmente, la paciente se encuentra en buen estado de salud, evidenciando una evolución clínica positiva, pronta al alta. “Este caso refleja el compromiso del Hospital Raúl Ferreyra y la calidad de las prestaciones de Apross en la realización de procedimientos quirúrgicos de alta complejidad que marcan la diferencia en la atención médica”, destacaron