Entrevista
“Me encantaría que la gente del barrio vuelva a la escuela”
La escuela "2 de Abril" enfrenta una disminución de matrícula. Llegó a tener 600 alumnos; hoy, promedia los 70. Directora, maestros y alumnos, cada uno desde su lugar, sostienen el colegio y resisten con amor y un fuerte compromiso con la educación pública. “Tenemos chicos de Frontera y no vienen los del barrio”, se lamentan.
Por Cecilia Castagno | LVSJ
La escuela “2 de Abril”, emblemática institución del barrio Roque Sáenz Peña -más conocido como “las 800”-, atraviesa una crisis de matrícula que la llevó a unificar grados y cerrar el turno tarde. Mónica Cassol, directora del establecimiento, expresó su preocupación con una dura frase: “Tenemos chicos de Frontera y no vienen los del barrio”.
Desde su inauguración en 1982, la “2 de Abril” ha sido un pilar en la comunidad, con una matrícula que en sus inicios alcanzó los 600 alumnos. Hoy, 42 años después, promedia 70. Esta drástica reducción ha generado que la escuela esté vacía durante casi medio día, lo que plantea serios interrogantes sobre el uso de sus amplias instalaciones.
Los docentes hacen un llamado a la comunidad para evitar que la situación la lleve a cerrar sus puertas.
El motivo aparente de esa suerte de deserción en una zona tan populosa de San Francisco "es multicausal", según indican las autoridades, pero se relaciona principalmente con la movilidad social y un descenso en la natalidad. Cassol comentó: “Muchos padres que trabajan en otras zonas prefieren llevar a sus hijos a escuelas más cercanas a su trabajo que al lugar donde viven; eso es algo que hemos comprobado”.
También, “hay mucha gente que está alquilando, entonces sus hijos que iban a otra escuela siguen yendo a esa misma institución y no a la de su nuevo barrio”.
La directora recordó cómo nació la escuela y su razón de ser: “En abril del 82 se creó una comunidad y se necesitaba la escuela. Eran 800 familias, 800 viviendas”. Durante años, la “2 de Abril” sirvió a las familias del barrio, pero con el tiempo, la situación cambió drásticamente.
A pesar de contar con un entorno que incluye plazoletas, locales comerciales, un club de baby fútbol y otros servicios, la escuela ha visto un cambio en el perfil de sus habitantes.
Hay sentimientos entrañables en cada persona que por sus aulas pasa. Sin embargo, “ya no vemos ese fuerte sentido de pertenencia que caracterizaba al barrio y a la escuela -advirtió Cassol-. Hay vecinos que están de por vida acá en el barrio, que enviaron a sus hijos a la “2 de Abril”, pero a sus nietos los anotaron en otras escuelas”.
Seguir andando
La unificación de grados fue una consecuencia directa de la baja en la matrícula. “Primer grado, por un lado, pero son muy poquitos; segundo y tercero, y cuarto, quinto y sexto también están unificados. La docente divide las actividades”, explicó la directora.
La percepción de la calidad educativa es otro factor que influye en la elección de los padres. Cassol comentó: “Totalmente, las familias relacionan esto con la calidad educativa”. Aunque la escuela ofrece diversas actividades, como radio escolar, jornadas de literatura, arte, robótica, jornada extendida, entre otras, la falta de alumnos afecta su funcionamiento.
“Hay cuatro docentes de grado, tres docentes de materias especiales y maestros de jornada: educación física, música, literatura y TICs, ciencia y plástica -siguió Cassol-. El colegio sigue funcionando, con un doble esfuerzo también para los docentes. Además, tenemos computadoras para todos los niños y hay un seguimiento casi personalizado del alumno”.
Además, “no tenemos problemas de conducta graves y la relación con las familias de los chicos es muy buena. Creo que acá influye mucho ese efecto ‘golondrina’ de las familias que habitan el barrio por un tiempo y luego se mudan”, insistió. Aludió a cierto desconocimiento: “Quizás las familias no saben lo que la escuela ofrece. Y la escuela trabaja... trabaja mucho y muy bien”, y las invitó a que “se acerquen a preguntar, que no se dejen llevar por esa estigmatización” del espacio barrial.
La cooperadora de la escuela, que normalmente ayudaría a cubrir necesidades, también ha sufrido debido a la disminución de estudiantes. “Es muy escaso el aporte mensual de cooperadora”, señaló la directora. “Parece que para el club de fútbol sí hay plata, pero para la escuela no; las prioridades están un poco alteradas”, comparó.
El colegio ocupa casi media manzana en el corazón del barrio y no refleja a la vista graves carencias edilicias. Reluce por lo bien cuidado y mantenido, aun bajo estas tristes circunstancias.
“Esos chicos que hoy no mandan a la escuela, después los ves jugar todos juntos en la canchita del barrio, acá al frente. Los envían al club del barrio pero no los quieren mandar a la escuela de su barrio”, reflexionó.
“Me encantaría que la gente del barrio vuelva a la escuela. Las puertas están abiertas para todos -anhela Cassol-. Los problemas sociales están en todos los barrios, en todos los colegios”.
En este contexto, la comunidad educativa de la “2 de Abril” se aferra a la esperanza de recuperar su matrícula. “Tenemos las aulas, el equipamiento, pero nos faltan los alumnos”, subrayó Cassol.
Robos y vandalismo, otra preocupación
Además de los desafíos de matrícula, la escuela enfrenta problemas de inseguridad, pese a que a escasos metros está el destacamento policial. Recientemente, se reportaron robos en las instalaciones y episodios de vandalismo. “Nos robaron dos televisores, uno lo recuperamos y el otro está roto”, lamentó Cassol. Este tipo de incidentes generan impotencia y agravan la situación de la escuela, que depende de su comunidad para subsistir.
“Nos cuesta un montón remontar esto porque ese televisor de 65 pulgadas no sé si lo podremos volver a comprar. Era una herramienta de trabajo para los chicos -agregó-. El daño nos da mucha impotencia, nos duele. No lo deberían hacer en ningún lugar, obviamente, pero menos con una escuela”.
Qué dicen desde Inspección
Desde la Inspección de Nivel Primario, María Azucena Sánchez se refirió a la situación de la “2 de Abril”: “Confluyen diversos factores, algunos externos al colegio y otros propios de la institución”. Reconoció que, aunque la escuela ha recuperado algunos estudiantes tras la pandemia, esto no fue suficiente para abrir secciones independientes.
“Desde la Inspección tuvimos varias acciones para atender la situación: nos comunicamos con el nivel inicial para que los niños que concurren al jardín luego continúen la primaria en esa escuela. Además, se hizo un trabajo de socialización con las instituciones del barrio reflejando testimonios de alumnos”.
“Las configuraciones de las matrículas escolares van cambiando, y desde el Ministerio de Educación y la Inspección siempre se vive con preocupación una caída de la matrícula de alumnos”, afirmó. Descartó el cierre, pero habló de una “reestructuración”.
“Las elecciones de las familias son diversas en cuanto al colegio de sus hijos”, dijo Sánchez y aseguró que “en San Francisco no hay problemas de falta de cupo, hay bancos para todos los chicos de la ciudad”.
“Es muy difícil que gente de otros barrios se traslade a este sector para llevar a sus hijos a la escuela, por una cuestión de logística. Por otra parte, funcionan otras dos escuelas primarias a pocas cuadras ('Raúl G. Villafañe' y ‘Río Negro’)”.
El futuro de la escuela “2 de Abril” depende de un cambio en la percepción de la comunidad y la voluntad de las familias de optar por la educación pública local. Mientras tanto, la comunidad educativa resiste con amor y dedicación, esperando que los vecinos valoren la oferta educativa que brinda la “2 de Abril” y que el vínculo entre la escuela y el barrio se renueve.