Compañerismo perruno
Max, el “salchicha albañil” que no falta a las obras
El perro de tres años acompaña a su dueño Maximiliano a sus jornadas de trabajo. Como todos, “deja su marca” en cada lugar que asiste y es conocido por todos los que se dedican a la construcción.
Por Stefanía Musso
En las obras en construcción es común ver a perritos dando vueltas. Pero en este caso, se trata de Max Rabito, el perro salchicha que acompaña a su dueño Maximiliano Almada a las obras donde trabaja.
Max tiene tres años y desde que tiene tres meses de vida se levanta a las 5.30 de la mañana para salir temprano a las obras junto a Maximiliano y Gabriel, padre del albañil.
Según Maximiliano, Max Rabito “es un perro conocido por todos. Todos lo quieren y no falta a ninguna obra”.
Con su pelota verde, el perro salchicha con collar rojo es conocido por viajar en la parte delantera de la camioneta de los Almada si las temperaturas son bajas, pero si el día estás agradable, se va a la parte trasera de la caja al aire libre, es su asiento.
A llegar a las obras, es el último en descender, entrar pero al primero que todos saludan porque su simpatía y bondad es poco vista. “Él hace amigos de inmediato, todos lo quieren”, contó el albañil.
Puede interesarte
Un gran compañero
Max llegó a la vida de Maximiliano cuando tenía apenas tres meses de vida. “Lo vi en una veterinaria y lo compré sin pensar”, recordó el dueño.
Con los días, el pequeño comenzó a hacer travesuras y cada día se complicó más que quede solo en la casa mientras Maximiliano trabajaba. “Cada vez que llegaba a casa de trabajar me encontraba con zapatillas tiradas, sillas y la escalera de madera mordida, plantas rotas. No podía dejarlo solo porque destruía todo”.
Por ese motivo, el albañil decidió llevarlo con él a sus trabajo “Al principio, lo teníamos atado en la obra con su comida y agua para que no se escapara pero cuando cumplió un año, decidimos soltarlo y ahora es uno más dando vuelta en las construcciones”.
Pero eso no es todo. A Max parece que le gusta mucho sociabilizar y suele darse algunos paseos. Eso sí, ante el grito de “Rabo” o el motor de la camioneta de Maximiliano, aparece en segundos. “Es libre y va para todos lados. Algunas veces se cruza a otras obras o lo encontramos durmiendo entre el pasto al solcito”.
Los viernes son los días preferidos de este perrito y los albañiles porque saben que come bien rico. “No hay asado o ´faldeada´a la que no se sume. Los albañiles le dan huesos y él muy agradecido por su parte. Una vez entró a una obra y robó el pan casero a unos obreros. Lo corrieron pero él fue más rápido y se escondió”, recordó.
Un amigo fiel como pocos, cuando llega del trabajo duerme hasta el día siguiente que comienza una nueva jornada. “Apenas come y toma agua, se acuesta y se despierta al otro día”, concluyó el obrero.