Sociedad
Matías, el primer sanfrancisqueño en animar la noche de Bariloche
Tiene 30 años y está a cargo de llevar adelante la diversión en Genux. “Es como jugar en Primera”, aseguró el joven que está dejando la huella local en la ciudad de los estudiantes.
Por Stefanía Musso | LVSJ
La noche de San Carlos Bariloche es mítica, única e irrepetible. Esto es porque desde hace décadas, es la elegida por estudiantes de todo el país y de Sudamérica para despedir el nivel secundario.
De hecho, hace setenta años que cientos de miles de jóvenes viajan año a año a esta ciudad de Rio Negro transformando a la ciudad en un verdadero centro recreativo para los chicos.
En esta ciudad los boliches son muy importantes y algunos de ellos se lo catalogan como los mejores del país y hasta tienen reconocimiento mundial.
Matías Caula tiene 30 años, es de nuestra ciudad y es el encargado de la animación de Genux, la disco más joven de Bariloche, inaugurada en 1993 y se insertó inmediatamente en el circuito nocturno de los viajes de egresados.
El joven con experiencia en otros boliches asegura que tener esta oportunidad es como jugar en primera, cumpliendo su mayor sueño.
“Animo a 127 mil egresados en la temporada y presento artistas de renombre como Rusherking, a El Polaco, Trueno, El Duki. Nunca pensé que lo iba a vivir y menos aún tomé dimensión de lo importante que es mi rol en el boliche”, dijo Matías Caula a LA VOZ DE SAN JUSTO.
Diversión y trabajo
Más allá de la música, del entretenimiento y la noche; ser animador es un trabajo con mucha responsabilidad teniendo en cuenta la gran calidad de público, el tipo de gente que los visita y que una noche de boliche ronda en los $33.000, teniendo en cuenta la entrada y lo que se consume dentro del local bailable; lo que obliga a brindar la mejor experiencia posible.
“Hay que estar a la altura de las circunstancias por no solo animas a chicos argentinos sino de toda Sudamérica. Los adolescentes son distintos y en estos tiempos, tenemos una responsabilidad gigante porque esta generación de egresados no es la misma que hace diez años atrás. Son más conscientes de algunas cosas pero también tienen otras formas de ser. El mundo adolescente cambió por completo”, expresó Matías.
“Tenemos que ver cómo es la noche en el boliche, cómo se lleva el público y tenerles mucho respeto. Nosotros tenemos dos eventos como la fiesta de disfraz y de blanco, que es de gala; y para cada noche tengo que prepararme de una manera diferente”, remarcó.
Y para que la noche sea un éxito, es importante saber manejarse ante cualquier eventualidad que pueda ocurrir. Según el coordinador, “nos capacitamos constantemente sobre el sistema de los boliches, también de incendio y simulacros de evacuación. Tenemos que estar en todos los detalles. Requiere un alto nivel de formación y profesionalismo”.
Llegar a la cima
Matías es animador desde hace tiempo pero siempre quiso estar en la cuna de la diversión estudiantil. “La propuesta llegó el año pasado luego de un trabajo de coordinación del Colegio Monserrat de Córdoba en la ciudad de San Carlos de Bariloche. Allá me enteré que la empresa a cargo de los boliches estaba buscando un animador para Genux. Cuando llevo el curriculum, a los 10 minutos me llamaron pero cuando me pidieron de hacer una prueba, estaba congestionado y no podía dar lo mejor de mí. Ellos no tuvieron problema algún con mi situación pero enviaron a Luigi Saavedra a San Francisco que es el DJ de Rocket y me tomaron”, recordó el entrevistado.
“La experiencia no se compara con nada de lo que haya hecho antes. Si bien estuve trabajando en Khalama, el boliche de Villa Carlos Paz; para los que somos animadores es como jugar en Primera del fútbol argentino”.
Para Caula, “el mayor desafío de estar al frente de la animación de Genux era llegar acá. Si bien uno siempre se pone metas u objetivos, llegué a cumplir este deseo porque es como el sueño del pibe. Trabajar con los chicos, ser animador, gozar de la vida en Bariloche, estar con famosos es un sueño que estoy viviendo”
“Todo es increíble”, siguió. “Como experiencia, me ayuda a crecer, a ver la vida con otros ojos. Estar acá al principio fue duro por el clima, el tipo de gente, las formas pero me pude adaptar. Me sirve para crecer y madurar. Este era mi sueño y lo estoy disfrutando mucho”, concluyó.