Sociedad
Martín y Canela: una historia de amor, adopción y kilómetros recorridos
“Es nuestro momento juntos”, afirma este atleta sobre su perra rescatada en la que encontró a su pareja perfecta de carreras.
Por Luis Giordano | LVSJ
En los últimos días se realizó una jornada de adopción de mascotas en San Francisco y una de las historias conmovió a todos. Se trata de la especial relación entre Martín y su perra Canela. Este dúo ha logrado lo que pocos: transformar el simple acto de correr en un símbolo de amor, compañerismo y compromiso hacia los animales abandonados.
Martín Manzotti siempre tuvo un vínculo cercano con las mascotas. La tradición familiar de tener dos perras era, según él, “para que se hagan compañía entre ellas cuando quedaban solas”. Sin embargo, en marzo de este año, una de ellas, ya mayor, falleció. "Fue un golpe fuerte para la familia, y el vacío que dejó se sintió en casa", expresó Martín a LA VOZ DE SAN JUSTO. Es por eso que luego de algunas semanas decidió que era momento de abrir las puertas a una nueva compañera.
Se contactó con la Protectora "Mario Gemelli", donde muchos animales esperan una oportunidad. Su decisión estaba tomada, en vez de comprar, quería adoptar. Apenas comenzó la búsqueda, los voluntarios de la “prote” le enviaron algunas fotos de perritas en adopción, entre ellas una en particular que se destacaba. “La vi y me gustó enseguida, tenía algo especial”, recordó Martín. Canela, como terminarían llamándola, tenía una mirada que capturó el corazón de toda la familia. “A mi hijo le encantó también, así que fuimos a verla, y apenas la conocimos, supimos que iba a ser parte de la familia”, agregó.
Canela no tuvo una vida fácil. Antes de ser rescatada, fue encontrada en situación de abandono. La historia cuenta que la “mandaron a perder”, y fue Mariana Ghigo, una de las voluntarias, quien se ocupó de cuidarla en un hogar transitorio mientras esperaba una familia definitiva. “Mariana nos contó que Canela había sido rescatada cerca del barrio Brisas del Sur. Nos dijo que la habían encontrado sola y en condiciones bastante tristes”, relató el adoptante.
Al principio, Canela parecía tímida y un tanto desconfiada. Sin embargo, en pocas semanas, con el cariño de su nueva familia, comenzó a recuperar la alegría y energía que la caracterizan hoy. Y fue en ese contexto donde Martín, corredor aficionado, tuvo una idea que terminaría marcando el vínculo entre ambos: “Siempre pensé que el día que tuviera una nueva perra intentaría llevarla a correr conmigo. Es algo que me apasiona y quería compartirlo con ella”.
Martín y Canela empezaron una rutina juntos. Primero fueron paseos tranquilos, luego caminatas un poco más largas y, finalmente, pequeñas carreras. Con el tiempo, Martín se dio cuenta de que Canela disfrutaba el aire libre tanto como él. “Al principio, la llevaba solo a caminar para que se adaptara a la correa. Después, poco a poco, empezamos a trotar juntos un kilómetro, luego dos. Ella se adaptó muy bien y la vi feliz, lo disfrutaba”, añadió.
Para Martín, la experiencia de correr junto a su mascota es algo único. Desde hace tiempo, el corredor entrena regularmente, pero nunca antes había tenido un compañero tan especial. Decidió comprarse un arnés de seguridad que le permitiera llevar a Canela sujeta a la cintura y así correr con las manos libres. “La idea era que se sintiera cómoda, que no le molestara la correa y que ambas manos quedaran libres para poder disfrutar del trayecto”, comentó. Con esta decisión, Martín no solo encontró una forma de ejercitarse, sino que también se convirtió en un ejemplo de perseverancia y dedicación hacia el bienestar animal.
En abril, Martín y Canela participaron juntos en su primer evento en Santa Fe, una carrera que reunía a otros corredores y sus mascotas. “Quería probar cómo se adaptaba ella a correr en un entorno distinto y rodeada de otros perros. Nunca habíamos salido de San Francisco y por lo general, los entrenamientos eran solo nosotros dos. Pero ella se portó excelente, me sorprendió lo bien que se llevó con los otros animales”, contó el atleta.
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El entusiasmo de Canela contagió a Martín. Desde entonces, ambos han mantenido su rutina de entrenamiento, adaptándola a las condiciones climáticas para evitar el calor intenso. “Los días de mucho sol, solo salimos en horarios donde la temperatura es más fresca, y siempre me aseguro de que esté cómoda y no se canse demasiado”, explicó.
Agregó: “Cada vez que me ve cambiarme para salir a correr, se vuelve loca de alegría, como si entendiera que es nuestro momento juntos, eso me alegra mucho, estamos muy conectados”.
En el hogar de los Manzotti, Canela no solo es la compañera de carreras de Martín; también se ha convertido en una hermana para Luna, la otra perra de la familia. Luna, de ocho años, se adaptó rápidamente a la llegada de Canela, quien se mostró cariñosa desde el primer momento. “Luna es muy buena, siempre estuvo acostumbrada a tener compañía, así que fue muy fácil que se llevaran bien. Canela es tan amorosa que enseguida se ganó a todos en casa”, comentó.
Para Martín, el proceso de adaptación y entrenamiento de Canela ha sido una lección constante. “Cada día es distinto; con ella aprendo a tener paciencia y a disfrutar el momento”. Desde los primeros trotes hasta las carreras en grupo, la relación entre ambos ha crecido de forma natural y sin presiones.
Hoy, Canela es parte activa de la vida de Martín, quien se enorgullece de su compañera de aventuras. “Es una alegría tenerla conmigo, ella lo disfruta tanto como yo. Siempre estamos atentos a nuevas carreras, y la verdad es que cada vez que participamos en una, siento que nuestra conexión se hace más fuerte”, concluyó.
La conexión de pasear con tu mascota
Pasear a un perro ofrece múltiples beneficios para su salud física y mental. Mantenerlo en movimiento ayuda a controlar su peso, fortalece sus músculos y mejora su condición cardiovascular, según explican los especialistas.
En cuanto a la salud mental, los paseos proporcionan estimulación mental al permitir que el perro explore nuevos entornos, olores y sonidos, lo cual previene el aburrimiento. También ayudan a reducir la ansiedad y el estrés, promoviendo un comportamiento más calmado en casa.
Los paseos son una excelente oportunidad para la socialización del perro. Permiten que interactúe con otros animales, lo que le ayuda a aprender comportamientos adecuados. Además, pasear juntos fortalece el vínculo entre tú y tu perro, construyendo una relación basada en la confianza y el compañerismo.
Al liberar su energía de manera positiva, los perros tienden a mostrar menos comportamientos destructivos, como masticar objetos inapropiados o ladrar excesivamente.