Historias
María Rosa y su familia, el alma de la carpa alemana
María Rosa Mensa estuvo presente en los 22 años del Festival de la Buena Mesa. Junto a sus seres queridos, representa a la colectividad alemana con pasión y tradición, manteniendo vivo el legado gastronómico y cultural en cada edición.
La edición número 22 del Festival del Humor, la Buena Mesa y la Canción volvió a convocar a miles de vecinos y visitantes en un evento que ya es tradición en San Francisco. Entre los rostros familiares que año tras año dan vida a la fiesta, se encuentra María Rosa Mensa, integrante de la colectividad alemana, quien ha estado presente en todas las ediciones del festival, representando con orgullo sus raíces.
Desde el primer día del evento, María Rosa y su familia trabajaron sin descanso en la carpa de la colectividad, ofreciendo su gastronomía típica con el entusiasmo de siempre. “Es algo muy asombroso, por la cantidad de gente que se acerca. Ayer vendimos todas las tortas y hoy tuvimos que volver a hacer más”, contó con alegría.
La emoción de participar en cada edición no se apaga con el tiempo. Por el contrario, se fortalece con el crecimiento del festival. “Hace 22 años que vengo y cada día hay más gente, más expositores. Me encanta ver cómo va cambiando y creciendo todo esto. Nos da mucho gusto recibir siempre a quienes nos visitan y poder estar presentes, representando a nuestra colectividad, nuestras familias y costumbres”, expresó.
Uno de los cambios que más destaca María Rosa es la mayor diversidad gastronómica, tanto de colectividades como de emprendimientos locales. “Lo veo como algo positivo porque la gente ya no tiene que hacer colas tan largas y se puede trabajar más tranquilo. Antes, con tanta cantidad de público, hacíamos todo lo posible para que estuvieran cómodos. Ahora se nota una mejor organización y eso es muy bueno para todos”, comentó.
A pesar de los años, la demanda de sus productos sigue siendo alta. “Las ventas se mantienen siempre en un buen nivel. Anoche fue increíble porque vendimos todas las tortas y tuvimos que hacer más para hoy. Ya no nos queda más strudel, que es lo principal de nuestra colectividad y a la gente le encanta”, relató con orgullo.
Para María Rosa Mensa y su familia, el festival es mucho más que una feria gastronómica. Es el espacio donde las tradiciones siguen vivas, donde el trabajo en equipo fortalece los lazos y donde, año tras año, se renueva el compromiso de ser parte de la historia de San Francisco.