Running
María Belén Gambino : “Pasar la meta es lo más lindo del mundo”
La corredora sanfrancisqueña fue parte de la Maratón Internacional de Río de Janeiro.
Durante el sábado 1 y el domingo 2, se llevó a cabo una nueva edición de la Maratón Internacional de Río de Janeiro, donde atletas sanfrancisqueños estuvieron presentes, transitando las calles de Río. En una competencia que se desarrolló a lo largo de las icónicas playas de Copacabana, Ipanema y Leblon, los atletas locales participaron en las distancias de 5K, 10K, 21K y 42K.
La Maratón Internacional de Río de Janeiro, famosa por su recorrido paradisíaco y su alto nivel de competencia, fue el escenario perfecto para que nuestros atletas demostraran su talento y dedicación.
María Belén Gambino, destacada corredora, fue la mejor sanfrancisqueña ubicada en la clasificación general y logró bajar su propia marca. En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO se mostró satisfecha por los resultados obtenidos.
¿Cómo te sentiste al cruzar la línea de meta y ver el resultado que obtuviste?
La sensación que tuve cuando pasé la meta es indescriptible porque fue muy emocionante por la cantidad de gente alentando, el lugar hermoso. Un montón de sensaciones juntas que tuve porque fue mucho sacrificio: el entrenamiento, el trabajo, cumplir con todo, con mis pacientes, con mis hijas, con mi familia. Entonces, pasar la meta es lo más lindo del mundo, es como un alivio, una satisfacción increíble y fue muy emocionante. Cuando pasé la línea de llegada, le escribí a mi entrenadora para decirle que lo había logrado porque es una persona que siempre confía en mí, así que lo primero que hice fue llamarla a ella.
Puede interesarte
¿Cuál fue tu preparación para esta maratón y cómo la comparas con otras competiciones en las que has participado?
Mi preparación fue a base de mucho sacrificio porque tengo un trabajo de muchas horas. Soy mamá, me debo a mis pacientes que son niños, y justo vengo de una semana con un brote respiratorio, entonces, como kinesióloga respiratoria, mis pacientes estaban todos llenos de moco y yo acá. Fue muy largo el entrenamiento de 42 kilómetros, muchos meses de frío, calor, cansancio, días buenos y malos. Generalmente, cuando me pongo un objetivo, trato de lograrlo. A veces me cuesta mucho entrenar en San Francisco porque se le terminan las calles y tengo que hacer 30 km y no sé por dónde agarrar, pero acomodo el chip y salgo. Es como una terapia para mí, además de ser un estilo de vida; es un momento en que salgo con algún problema y vuelvo diferente después de correr.
"Pasar la meta es lo más lindo del mundo, es como un alivio, una satisfacción increíble y fue muy emocionante"
¿Qué aspectos del recorrido de Río de Janeiro encontraste más desafiantes y cuáles más motivadores?
Lo más desafiante para mí fue cumplir sin parar las dos distancias, 21 y 42 kilómetros, y mejorar mi marca en la maratón, lo cual logré bajando el tiempo. El recorrido de ambas carreras fue hermoso e inolvidable. Fue muy motivador ver a tanta gente que no te conoce alentando con gritos y música, eso fue muy emocionante.
¿Qué significó para vos representar a San Francisco y a la región en una competencia internacional tan prestigiosa?
Siempre es lindo representar a mi ciudad en cualquier evento, pero este era un sueño que tenía hace un tiempo. Por razones laborales, mis nenas chiquitas y la situación económica, lo venía postergando. Poder cumplirlo fue muy significativo para mí.
¿Cuáles son tus próximos objetivos y desafíos en el mundo del running después de este gran logro en Río de Janeiro?
Por el momento, mis próximos objetivos son volver a San Francisco, trabajar mucho y participar en las carreras que se hagan en la zona si el cuerpo lo permite porque estamos muy cansados. No tengo ningún objetivo grande en mente todavía.
Agradecimientos…
Quiero agradecerles a mis hijas por siempre bancarme, acompañarme y estimularme a hacer lo que me hace feliz. Agradecerle a Silvi Torres, mi entrenadora, compañera y amiga, que siempre confía en mí, y me hace sentir que puedo cuando yo siento que no puedo. También a Nico (Venier), que me trajo hasta acá. Por último, a mis pacientes, gracias por haberme bancado esta semana, les mando un beso grande y ya vuelvo.