Maltrato animal: la historia de Mora, la yegua rescatada, que llegará a la justicia
Bio Animalis la rescató hace un mes de un campo en jurisdicción de Porteña con evidentes síntomas de abandono y malos tratos, cuando ya no podía caminar. Gracias al tratamiento recibido y sus fuerzas, de a poco el animal se sobrepone a una vida de sufrimiento.
Por Mauricio Argenti | LVSJ
El maltrato animal es un claro síntoma que predispone a la violencia social, y al mismo tiempo una consecuencia de la misma. Forma parte de los tristes episodios que nos va alcanzando a todos como sociedad.
Desde hace un mes, en las redes sociales comenzó a visibilizarse la historia de Mora, una yegua de unos seis años de edad que fue rescatada de una muerte segura y en este momento está a resguardo judicial recuperándose de una vida de maltratos y abusos que casi termina con ella.
Bastó con una denuncia oportuna ante la Justicia para que alguien tomara intervención y decida interrumpir de cuajo la espiral de abuso que se había desatado sobre este animal que originalmente se encontraba en un campo de la jurisdicción de Porteña.
En ese momento, Mora presentaba indicios de que estaba sufriendo maltrato. No podía caminar porque nunca había sido desvasada y tenía una seria lesión en los tendones de sus patas delanteras. También, un severo cuadro de desnutrición y heridas en una de sus ancas hacían de esta hembra de pelaje zaino colorado una sombra de lo que debía ser.
De inmediato, la Fundación Bio Animalis tomó intervención y a partir de allí, la existencia de Mora comenzó a cambiar para siempre.
Mora tiene una oportunidad de vivir sin maltrato
Plan recuperación
Hoy la yegua se encuentra a resguardo de la ONG de nuestra ciudad, en un ámbito adecuado para su recuperación donde además de alimentación y cuidados médicos recibe el cariño que se merece para poder salir adelante.
Gretel Monserrat, presidenta de Bio Animalis, se está encargando personalmente de la recuperación de Mora, junto a un equipo de profesionales.
"Hasta el momento en que llegó a nosotros, Mora estaba padeciendo situaciones de violencia. La recibimos en pésimas condiciones y ha sido un desafío muy grande recuperarla", explicó en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO.
Si bien el pronóstico inicial no era muy bueno, Mora pone toda su colaboración para superar las secuelas de los malos tratos.
"Cuando encontramos a Mora estaba en terribles condiciones, totalmente delgada, con un déficit nutricional terrible que amenazaba su salud. Además la estamos tratando de una patología muy grave como una retracción de tendones que nunca fue tratado", dijo.
A partir de que Mora llegó a Bio Animalis Monserrat expresó que se puso en marcha un plan de recuperación que consta de varias etapas. Actualmente, el animal se encuentra transitando la primera fase: recuperar peso.
"Queremos que recupere el peso acorde a su edad para que se ponga fuerte" -remarcó Gretel-. Entre otros estudios se le hizo el examen de anemia infecciosa equina que salió bien. Además, fue desparasitada y está siendo tratada con antibióticos y antiinflamatorios".
Con el inicio del tratamiento médico ya se observan los primeros resultados. "Ahora vemos que ya intenta pararse e incluso tira algunas patadas al aire", agregó.
Más allá de todos los cuidados que recibe, desde Bio Animalis no descartan que tenga que ser sometida a una cirugía para intentar corregirle el problema que tiene en sus tendones con el objetivo de que pueda pararse normalmente.
"Sabemos que no se va a poder recuperar totalmente pero al menos buscamos que tenga una mejor calidad de vida", acotó Monserrat.
Mora se recupera de sus lesiones mientras espera que se haga justicia
Lograr su resocialización
A medida que pasan los días, Mora va recuperando su temperamento. Si bien es un buen síntoma, a veces conspira con la posibilidad de brindarle la atención médica que necesita.
Sobre esto, Monserrat dijo que "de a poco se va poniendo mejor. Va recuperando energía al punto de que cada día cuesta más curarla".
Asimismo, los voluntarios trabajan para lograr la resocialización del animal para que "pueda agarrar confianza con las personas" ya que durante toda su vida fueron precisamente estas las que la llevaron a su deplorable condición.
"Mora siempre fue una yegua maltratada que en toda su vida solo conoció el dolor y el abandono", contó la entrevistada sobre la cruda realidad del animal.
Un futuro feliz
Una vez que Mora se sobreponga de las consecuencias del maltrato y logre recuperarse le espera una vida mucho más feliz que la que tuvo hasta ahora.
En esto tiene mucho que ver la Fundación Bio Animalis desde donde ya están trabajando para definir el futuro de la yegua una vez que recupere su salud.
"Lo mejor en este tipo de animales es poder encontrar un ámbito ideal donde vivir" explicó Monserrat y para ello puso como ejemplo el caso de la cerda "Enriqueta", un animal que fue rescatada en abril de 2019 en un procedimiento judicial realizado en un campo de Luxardo, con un severo cuadro de desnutrición.
Meses más tarde, y gracias al cuidado y dedicación de los voluntarios de Bio Animalis, Enriqueta logró salir adelante y actualmente está a la espera de un lugar definitivo donde poder vivir acorde a lo que dicta su especie.
En el caso de Mora la situación es similar. Sobre ella, Monserrat dijo que "la idea es poder integrarla a una manada ya que puede estar con dos o tres caballos más".
Mientras en Bio Animalis trabajan para encontrar el mejor refugio, Mora se va recuperando, de manera lenta pero sin pausa gracias la dedicación que recibe luego de que le negaron el cariño las personas que la tenían a su resguardo y que ahora enfrentan una causa penal.
Su historia irá a la Justicia
El rescate de Mora derivó en una denuncia penal en contra de las personas que la tenían bajo su cuidado.
Desde Bio Animalis confirmaron que "hemos iniciado un proceso judicial. Nos vamos a presentar como querellantes", anticipó Monserrat.
Si bien la pandemia del covid -19 atrasó los tiempos judiciales, con el levantamiento de la feria en Tribunales, desde la institución ya diagramaron cuáles son los pasos a seguir para hacer justicia por Mora.
Consultada sobre las expectativas del proceso penal, la abogada animalista explicó que en estos casos se apela al límite de la ley de maltrato animal Nº 14.346, que en su artículo 1º establece que "será reprimido con prisión de 15 días a un año, el que infligiere malos tratos o hiciere víctima de actos de crueldad a los animales".
Con una escala penal tan baja para este tipo de delitos, en todos los casos se obtiene una pena que se encuentra muy lejos de ser de cumplimiento efectivo.
"A nadie la sirve que pasemos a una instancia de juicio oral y público donde se obtenga una prisión en suspenso", indicó Monserrat quien se mostró a favor de utilizar la aplicación de la suspensión del juicio a prueba.
"En ese caso la Justicia contempla un abanico grande de posibilidades para los querellantes que pueden ir desde un resarcimiento económico hasta trabajos comunitarios", comentó.
Caballos sueltos
La presencia de caballos sueltos es una constante en las calles de San Francisco. El peligro no es solamente el accidente que puedan ocasionar, que es grave, sino también su vida.
Desde septiembre de 2019, en San Francisco rige la ordenanza municipal Nº 7.118 que impone multas a todas aquellas personas que sean responsables de la presencia de caballos sueltos en la vía pública.
A su vez, la ordenanza Nº 7.119 contempla un convenio con la Sociedad Rural de San Francisco para destinar un terreno que sirva como lugar de resguardo de los animales rescatados.
En cuanto a las penalidades fijadas, la ordenanza prevé una sanción que va desde las 20 a las 40 unidades de multa -una unidad de multa equivale a un litro de nafta de mayor octanaje actualmente de $ 66,41- o sea entre $ 1.328,20 y $ 2.656,40 por animal, "a quien sin estar facultado por autoridad competente, tenga animales peligrosos o que puedan causar daño, o que estando autorizado, no los custodie con la debida cautela".
También sanciona con 20 a 100 unidades de multa por animal -entre $ 1.328,20 a $ 6.641-, "al responsable que dejare equinos, bovinos, ovinos, porcinos, caprinos u otros de similar porte, sean ganado mayor o menor, sueltos y/o atados en rutas, calles, caminos y espacios o lugares públicos, y en los predios privados, donde su estadía no sea permitida, que no se encuentren debidamente alambrados o cerrados".
Dónde denunciar
Las personas que vean caballos sueltos pueden denunciar llamando al 103 y se da intervención a Medio Ambiente que constatará si está el dueño o no, se labra el acta y se secuestra el animal para resguardarlo en la Sociedad Rural.